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«Golpéate el corazón, ahí es donde reside el genio.» Alfred de Musset |
Llegó abril y con él un nuevo libro.
Un libro nuevo, pero no una autora nueva para muchos de los integrantes del club de la Buena Estrella y de La Tregua, ya que Amelie Nothomb es no solamente una escritora conocida sino para muchos y muchas algo así como una vieja amiga.
En septiembre de 2013 leímos su libro “Ni de Eva, ni de Adán” como un opcional y posteriormente Estupor y temblores, en diciembre de 2014. De más está decir que desde entonces nos convertimos a la religión de su imaginación y su escritura sin máscaras. O como lo dijo alguien en aquellos días: de sus agallas para escribir sobre sí misma de la manera en que lo hace. (Saludos Karla Majano ;) )
En aquellos años se acuñó en el club de la Buena Estrella el apelativo cariñoso “la mera Belga” para referirnos a la autora, no solo para hacer referencia a su origen sino al “top” donde como lectores la colocamos al conocer su particular estilo de escritura que nos hizo disfrutar de su afilada prosa llena de frases contundentes y su humor siempre al filo de la ironía y el sarcasmo que puede parecer hasta pedante, pero que tratándose de ella resulta más bien fino y elegante.
Una de las razones para proponer este libro fue la curiosidad de reencontrar la escritura de la Mera Belga a más de 20 años desde cuando escribió el libro Estupor y temblores que se publicó en 1999 y 14 desde que se publicó Ni de Eva ni de Adán.
Aunque Amelie Nothomb es reconocida como una escritora que ha cautivado a sus lectores desde sus primeras novelas que la convirtieron en una escritora de culto, me parece necesario reconocer que no es una autora común de esas que “le encantan a todo el mundo”. Hay quien se atreve a asegurar que tampoco tiene seguidores intermedios, a la Nothomb o la amas o la odias.
De escritura ágil y con un humor a menudo considerado feroz, sus novelas no van de historias increíbles con frases inteligentes o ingeniosas, sino de la profundidad del ser. Amelie Nothomb habla del alma de los seres humanos, de sus sentires más profundos y por tanto no se corta al hablar ni de grandezas, ni de miserias.
Sobre Golpéate el Corazón se ha dicho que es un libro para mujeres, pero yo creo que es más bien un libro sobre mujeres porque la maternidad, ser hija, ser madre, ser joven, ser adulta, tener carencias, no puede considerarse jamás “cosa solo de mujeres”.
Para mí en este momento es el libro que nos convoca tanto a las mujeres como a los hombres dentro del club y que deshojaremos capa a capa para que al final, con la mirada de unas y otros tengamos lo que nos queda cuando se lee un libro junto a otras personas: muchas visiones del mismo que lo hacen distinto a si lo hubiésemos leído en solitario.
No se si estoy poniendo muy alta o muy baja la vara para generar expectativa respecto al libro de abril, pero no creo que haya otra manera de presentar a una escritora como Amelie Nothomb que no sea de forma brutal, como lo son su mirada y su escritura.
Personalmente la presento con una sonrisa en los labios, la misma que aparece cuando hablando con amigas y amigos lectores de aquellos años en que la conocimos al recordar sus frases que siguen resonando en la memoria incluso muchos años después de haberlas leído y compartido:
"No: si por algo merece ser admirada la japonesa -y merece serlo- es porque no se suicida" (Estupor y temblores, 1999)
"No te traiciono al marcharme. Huir también puede ser un acto de amor. Para amar, necesito ser libre. Me marcho para preservar la belleza de lo que siento por ti."
(Ni de Eva ni de Adán, 2007)
De esta manera entonces, amigas y amigos les presento a la autora del primer libro para el mes de abril con una de sus últimas publicaciones. Un libro sobre mujeres, pero no solo para mujeres. Un libro para compartir.
SinopsisGolpéate el corazón desliza un conflicto de madres e hijas. En este caso, como un desmán absoluto y una confusión de identidades. Marie será cardióloga y lo será a pesar de las mujeres que marcan su biografía. La rivalidad y la manipulación agotaron sus secretos para ella. No le dejaron más opción que el crimen o el coraje. Y eligió el combate. Otros vendrán que maten.
Diane crecerá marcada por la carencia de afecto maternal e intentando comprender los motivos de la cruel actitud de su madre hacia ella. Años después, la fascinación por el verso de Alfred de Musset que da origen al título del libro la impulsará a estudiar cardiología en la universidad, donde se topará con una profesora llamada Olivia. Con ella, en la que creerá encontrar la anhelada figura materna, establecerá una ambigua y compleja relación, pero Olivia tiene a su vez una hija, y la historia dará un vuelco inesperado… Esta es una historia sobre manipulaciones, el poder que ejercemos sobre el otro, la necesidad que sentimos de ser amados.
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"Creo que soy belga, que es como no tener una identidad clara" Amelie Nothomb |
A continuación presento algunas pinceladas a manera de biografía y no necesariamente una biografía en formalidad como lo hacemos usualmente en las entradas para cada libro del mes.
¿Por qué? pues simplemente porque prácticamente la obra completa de Amelie Nothomb es en sí una especie de autobiografía, una autobiografía ficcionada en la que se convirtió a sí misma en un personaje.
Lo que sigue son algunos puntos biográficos que podrían ayudan a contextualizar un poco antes de adentrarnos en sus letras.
BIOGRAFÍA
Su biografía asegura que Amélie Nothomb nació en Kobe, ciudad portuaria al sur de Japón, allá por 1967. Los anales de la nobleza belga, sin embargo, dan otra versión: lo habría hecho un año antes en Etterbeek, privilegiado barrio de Bruselas, con el nombre de Fabienne-Claire. La escritora no aclarará qué versión es la correcta, tal vez porque es la suma de ambas la que da fe de su desarraigo existencial.
El oficio de su padre, diplomático que desciende de una familia aristócrata que desempeñó un papel fundamental en la independencia de Bélgica, hizo que creciera de mudanza en mudanza entre Japón, los Estados Unidos, Laos, China, Birmania o Bangladés junto a sus dos hermanos. Habla japonés y trabajó como intérprete en Tokio. Desde 1992 ha publicado una novela cada año. Actualmente vive como ella lo dice a caballo entre Bruselas y París, «En una busca tranquilidad y en la otra guerra».
Al volver a Europa a los 17 años decidió que era belga y tras superar una anorexia que casi acabó con su vida, Amelie Nothomb se puso a escribir para intentar entender de qué va todo esto. No ha parado. «Solo dejé de escribir un domingo por la mañana. Fue el peor día de mi vida».
Singular como ella, su manera de escribir personal no lo puede ser menos, ella misma confiesa que con una disciplina inquebrantable escribe cada día entre las 4:00 y las 8:00 de la mañana y entre 3:00 y 7:00 de la tarde. Por la mañana lo hace en ayunas, solo bebiendo té. En sus palabras “para tener hambre”. Cuenta también ella misma que probó todos los horarios y todas las comidas hasta que entendió que la mejor manera para ella era en esa, y que su hambre a menudo será saciada posteriormente con mucho chocolate y champan…
Personaje excéntrico y sobreactuado en sus intervenciones mediáticas, Nothomb se revela como una mujer tímida y extremadamente cordial en la intimidad del pequeño despacho que ocupa en su editorial francesa, pegada al cementerio parisiense de Montparnasse. Allí pasa algunas mañanas respondiendo a sus hordas de lectores. El próximo año se cumplirán 30 años desde la publicación de su primer libro Higiene del asesino, que la convirtió en una “rock star literaria” casi de la noche a la mañana
Al responder hace algunos años a la pregunta ¿Qué ha cambiado desde entonces? Nothomb responde: «Muchas cosas. La primera es que ahora me gano bien la vida, lo que supone un cambio considerable. Y la segunda, que ya no vivo sola. Antes me encontraba en una soledad abominable, mientras que ahora ya no es así. Cuando llegué a Europa a los 17 años, después de crecer en Japón y otros lugares, me sentía incapaz de establecer cualquier tipo de vínculo con los demás. El éxito literario me dio una seguridad en mí misma de la que siempre había carecido. Y eso me permitió tener relaciones con los demás cuando me apeteciera, lo que tampoco sucede siempre. Pese a que nunca fuera mi objetivo, ahora tengo incluso una vida amorosa»
Su verdadero nombre es Fabienne Claire Nothomb. Escribe sus libros en lengua francesa y tal como ya dijimos nació en la ciudad japonesa de Kobe en julio de 1966 (¿ó 1967?), país que encarnó el decorado de las distintas vivencias de la autora durante sus cinco primeros años.
Mientras vivía allí, todavía niña, no era consciente de que la rodeaban dos lenguas diferentes: el francés y el japonés. A pesar de haberse mudado tantas veces, será Japón el país que más influencia ejercerá en ella y, por tanto, en su literatura.
En sus propias palabras, tuvo que pasar su infancia y su adolescencia en compañía de continuas mudanzas, por lo que pronto comprendió que su universo no sería estable y que perdería todo cada tres años. Ese hecho hizo nacer en ella una angustia muy fuerte que nunca llegó a desaparecer. Ese «apocalipsis», un fenómeno regular en su vida, la vinculó de una forma muy profunda al lenguaje y, en consecuencia, a la literatura: en un mundo donde perdería todo continuamente, el lenguaje era lo único que se mantenía estable.
En 1980 se muda a Bélgica, país en el que se siente extranjera. Amélie comienza a cursar Filología románica en la Université Libre de Bruxelles, una universidad de tendencias liberal-socialistas donde no es bien recibida debido a su apellido, que recordaba su procedencia de una familia de la alta burguesía católica y a su bisabuelo de extrema derecha. Ese problema de aceptación, que no ayudó a la joven a integrarse y reforzó su sentimiento de no ser belga, de no ser occidental y de ser japonesa, apareció reflejado posteriormente en su novela semibiográfica Antichrista. Amélie Nothomb se sentía incapaz de comunicarse con los jóvenes occidentales y, según ella, quizás fue esa la razón que la condujo por la vía de la escritura.
De todas formas, Nothomb consiguió terminar su formación en la universidad mencionada y, tras obtener la licenciatura, regresa a Tokio, donde acaba trabajando como intérprete en una prestigiosa empresa, una experiencia que posteriormente se convertirá en el argumento principal de Estupor y temblores, libro que será galardonado con el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en 1999 y que será traducido en términos cinematográficos por Alain Corneau en el año 2003.
Más tarde regresa a Bélgica, donde despunta su carrera de escritora con Higiene del asesino, libro que escribió en solo tres meses. Envió el manuscrito a diversas editoriales, entre ellas la prestigiosa Gallimard, pero acabó publicándolo en Albin Michel, una empresa más modesta a la que permanecerá (casi siempre) fiel. Así como recibió numerosos elogios, su primera novela fue la diana de numerosas críticas negativas, ya que «no podía haber sido escrito por una joven de 23 años», «era evidentemente la obra de un hombre, y más concretamente de un hombre mayor». En ese preciso momento, Fabienne Claire Nothomb empieza a conocer el significado de la palabra «fama» y adopta el nombre de Amélie, quien se convierte no solo en escritora, sino también en todo un fenómeno mediático. A partir de entonces puede permitirse vivir únicamente de la literatura. De las tres novelas que escribe al año, solo publica una, siempre en el mes de agosto, y sus escritos están traducidos a unas 40 lenguas diferentes.
En 2012 vuelve por primera vez a Japón, un país que la había salvado en numerosas ocasiones, porque necesitaba volver a sentir el poder curativo del archipiélago. Al regresar allí, se da cuenta de que lo que había definido su personalidad no había sido Japón, sino la nostalgia que había sentido por ese país. Aprovechando la ocasión, graba un documental cuyo tema central se convertirá más tarde en el argumento de uno de sus libros, La nostalgia feliz. Con el paso del tiempo, Amélie Nothomb se da cuenta de que, en ella, al sustantivo «nacionalidad» le corresponde el adjetivo «belga», pero únicamente porque eso supone no pertenecer a ningún sitio, no tener una identidad clara, definida.
Para Amélie Nothomb, la escritura se define como una vía de escape que le permite expresar pensamientos y sensaciones. A través de ella se evade y se aleja de mundos monstruosos como el de la anorexia, enfermedad que padeció a los 13 años. También suele refugiarse en el mundo de la infancia, ya que para la autora la pureza del ser humano es exclusiva de dicha etapa. Sus novelas se describen como una intertextualidad entre la literatura japonesa medieval y la literatura occidental, y en ellas confluyen los términos binarios que distinguen occidente y oriente. Por esta razón se puede calificar a la autora como híbrida: es occidental y no occidental, activa y pasiva, observadora y observada, móvil y estática, moderna y tradicional, etc. De hecho, Amélie Nothomb ha llegado a ser definida como la intersección de polaridades culturales. Precisamente por el hecho de que haya estado en contacto, desde muy temprana edad, de diversas culturas, su literatura puede inscribirse en una especie de literatura global, ya que sus novelas se alimentan de una cultura poliédrica de la que la autora siempre extrae una receta exquisita.
En sus novelas reflexiona sobre el sentido de la vida, la condición humana, la profesión de escritor, el suicidio amoroso, pero en ellas la escritora aborda sobre todo los temas de los orígenes y de la identidad. Amélie usa sus textos para reflejarse y componer un discurso propio de sí misma, es decir, los utiliza para buscar una solución a su problema identitario, ya que no consigue ubicarse en un punto geográfico concreto. Por esa razón, a Amélie le cuesta mucho no incluirse en sus novelas: la mayoría de sus escritos tienen carácter autobiográfico.
Nothomb es una de esas autoras que se identifican con varias culturas, con varias lenguas e incluso con varias personalidades. En ella confluyen la heterogeneidad, la ironía, la paradoja, los extremos y las diferencias, y quizás por eso el mejor personaje de Amélie Nothomb sea ella misma.
Fuentes:
Periódico El país
Lecturalia
Blog "La piedra de Sisifo"
Golpéate el corazón es una recomendación de María Ofelia Zúniga