lunes, 23 de agosto de 2021

Lontananza | David Toscana

Queridos integrantes del Club de la Buena Estrella, 

Este mes de agosto tenemos libro complementario en la viñeta de Cuentos.
En esta ocasión nos tocará leer los Cuentos de "Lontananza" del autor mexicano David Toscana. Este libro es el 195 que leemos en el Club.

En “Lontananza” la cantina sirve de ambiente terapeútico para sus personajes, así como de su propietario, el amargado (o curtido en su negocio) de Odilón.

“Lontananza”es el nombre de una cantina, alrededor de la cual David Toscana teje una serie de relatos independientes pero con elementos unificadores, como ciertos aires de novela y el espacio común de una cantina. A esa cantina acuden a saciar la sed y compartir sus nostalgias personajes diversos: desempleados, oficinistas, pequeños comerciantes, poetas locales y muchos otros, todos marcados por la frustración de sueños y esperanzas fallidas. La cantina, el cantinero Odilón y el tema del fracaso y la esperanza fallida, forman la  “triple unidad” que va apareciendo en el desarrollo de los textos y que logra su encadenamiento.

El restaurante bar Lontananza existe realmente, y se localiza en la zona del centro de la ciudad de Monterrey, México.


La palabra "cantina" es un término que se usó en México desde el siglo XIX con el significado que actualmente se le ha impuesto. A esta le precedió la taberna, el tendejón y la vinatería, establecimientos que tuvieron vida robusta en la época colonial (1521-1821)

    El terminó "cantina" deriva, según el Diccionario latino, de la palabra cella que significa: despensa, gabinete o cuarto pequeño donde se ordenan y se ubican los vinos. La palabra specus-us nos conduce también a este concepto, pues significa: sótano, despacho de bebidas, taberna y vinatería.

    El cronista Salvador Novo afirma que el término aparece en 1847 cuando entraron a México los soldados norteamericanos invasores del país. Estos demandaban los licores y las bebidas mezcladas a las que estaban acostumbrados y esto fue lo que motivó la oferta de tales bebidas en sitios que llevaron el nombre de cantinas. El mismo Salvador Novo afirma que a la mitad del siglo XIX funcionaban oficialmente en México once de estos establecimientos.

    Otro cronista de la Ciudad de México, don Artemio del Valle Arizpe, afirmó: "las cantinas o bares a la manera americana sobria y pulcra no proceden en México sino de la era en que gobernaba el general Porfirio Díaz. Antes de esos pacíficos años no eran conocidos tales establecimientos para la bebida , sino que funcionaban las típicas vinaterías y tradicionales pulquerías procedentes del viejo tiempo de la Colonia. Se acepte una u otra idea, lo cierto es que el término cantina aparece en México en el siglo XIX.

Todos los personajes que acuden al Lontananza son hombres: Amaro, Hildebrando, Rubén, Alberto, Carlos, Héctor, Parra, Víctor, Amílcar, Felipe,  sólo “existen” en la narración que les corresponde, los personajes que se repiten son: Odilón, el dueño de la cantina y cantinero desde hace 40 años, quien interactúa con los clientes, el “Güero” su ayudante y, por supuesto, el Lontananza como el principal personaje de estos textos sin nombre, que se encadenan en su espacio al que yo llamo terapéutico.

             ¿Por qué terapéutico? Porque la cantina, espacio de refugio, de espera, lugar de huida, de ilusión, de angustia, de alegría, de amistad y de muchas otras cosas más, es una entidad social que juega un papel definido en la zona socioeconómica en la que está enclavada.

    Es también un jardín heterogéneo donde florece la interrelación humana al calor de la camaradería que manifiesta un deseo grato de que todo problema humano, sea político, social o religioso, se resuelva con facilidad y prontitud. Significa sociabilidad, calor humano, conversación amena, distante de todo problema que aqueja a la humanidad. Es lugar donde se acrisola la voluntad en el uso o abuso del libre albedrío. Las cantinas son lugares para bebedores, no para enfermos alcohólicos.            

La cantina es el lugar donde el mundo de ilusiones del hombre cobra vida, y donde las esperanzas se hacen presentes, cuando en la mente del cliente se agolpan las claras soluciones a sus problemas personales, surgidos en la sociedad, en el trabajo o en el mismo hogar. Sí, la cantina es un lugar donde se comercializa la bebida acompañada por la comida, pero también es un sitio para la reflexión y el diálogo. 

 

SOBRE EL AUTOR

 



David Toscana

Escritor y traductor

David Toscana nació en Monterrey, en 1961. Ha publicado Estación Tula, Santa María del Circo, Lontananza, Duelo por Miguel Pruneda, El último lector, El ejército iluminado, Los puentes de Königsberg, La ciudad que el diablo se llevó, Evangelia y Olegaroy.

Formó parte del International Writers Program de la Universidad de Iowa y del Berliner Künstlerprogramm. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores.

Su novela El último lector recibió los premios Antonin Artaud, Colima y José Fuentes Mares; El ejército iluminado recibió el premio José María Arguedas, otorgado por Casa de las Américas.

Olegaroy fue distinguida con el Premio Xavier Villaurrutia 2017 y Elena Poniatowska 2018.

Su obra se ha traducido a quince lenguas.

La Universidad Autónoma de Nuevo León le concedió el Premio a las Artes 2016.

En 2017 se estrenó la película brasileña Deserto, basada en su novela Santa María del Circo.

Después de abandonar Monterrey en 2009, ha radicado en Varsovia, Comillas, Lisboa, Tarifa y Madrid.


DIVISIÓN DE LECTURAS

26 de agosto: Hasta el 50% de la versión digital
02 de septiembre: Hasta el final de libro