III
Si aceptamos la proposición "lo absurdo y Dios comparten identidad-significado", entonces es posible acordar que en El Mito de Sísifo existe una limitante que nos conduce al corazón mismo del texto, y dentro de él: una contradicción.
La toma de consciencia de lo absurdo, nuestro 'salto por aceptación', se termina invirtiendo en el momento en que nos negamos a desarrollar la ecuación Dios=Absurdo y sus implicaciones. El razonamiento de Camus es al final de cuentas una respuesta a las cosas, la cual termina funcionando como un 'trascedente' que connota toda explicación, es decir que: la no-explicación o el no-entendimiento del mundo es y funciona como meta-explicación del mismo. Este argumento, tomado en su forma radical, asume un gesto ontológico.
Esta ontología, donde el Ser mismo se articula a través del 'desconocimiento originario del mundo'1, queda encarnada en Sísifo, quién es, en un sentido hitchcockiano, aquel hombre que 'sabía demasiado'. Un hombre que 'sabe que no sabe'2. Aquí, todos los movimientos de Camus generan una certeza que inserta coherencia, justificación, orden3 y la anulación misma de lo absurdo como el concepto que pretende defender el texto, y dibuja de esa manera, el soporte que lleva a Sísifo a orquestar su propia muerte4.
Sísifo, a pesar de 'saber', de haber 'saltado', morirá haciendo lo mismo, morirá por una 'verdad', morirá - dirá Kafka - ¡Como (a) un perro! (Ecce Homo, ese que Camus aseguró jamás haber visto4). Y las consecuencias de esta situación son, aún, más amargas.
La 'libertad', que vendría a representar el efecto de aceptar lo absurdo, en Sísifo, es estéril. La libertad en Camus queda reducida a pathos, a una experiencia individual y de consuelo íntimo.
Sísifo pregona:
Esta ontología, donde el Ser mismo se articula a través del 'desconocimiento originario del mundo'1, queda encarnada en Sísifo, quién es, en un sentido hitchcockiano, aquel hombre que 'sabía demasiado'. Un hombre que 'sabe que no sabe'2. Aquí, todos los movimientos de Camus generan una certeza que inserta coherencia, justificación, orden3 y la anulación misma de lo absurdo como el concepto que pretende defender el texto, y dibuja de esa manera, el soporte que lleva a Sísifo a orquestar su propia muerte4.
Sísifo, a pesar de 'saber', de haber 'saltado', morirá haciendo lo mismo, morirá por una 'verdad', morirá - dirá Kafka - ¡Como (a) un perro! (Ecce Homo, ese que Camus aseguró jamás haber visto4). Y las consecuencias de esta situación son, aún, más amargas.
La 'libertad', que vendría a representar el efecto de aceptar lo absurdo, en Sísifo, es estéril. La libertad en Camus queda reducida a pathos, a una experiencia individual y de consuelo íntimo.
Sísifo pregona:
"¡Ahora he descubierto la siguiente verdad: todo lo que hago no tiene sentido. ¡Los he descubierto, dioses estúpidos! ¡Ya no me pueden engañar! - dijo Sísifo antes de emprender, nuevamente, el ascenso de la roca5".
Sísifo sabe lo que hace y aún así lo hace.
En sus implicaciones, esta libertad-experiencia-personal de Sísifo a parte de asemejarse a una forma de redención religiosa-moderna, reconoce y fortalece al Otro que demanda lo absurdo. Hacer y seguir haciendo lo mismo6, independientemente de la consciencia del sin-sentido del acto, perpetua - de forma ideológica7 - la posición absoluta de los dioses8; y la lección para todos aquellos que observan a Sísifo será que los designios de los dioses siempre estarán más allá del entendimiento, por lo tanto, lo único que queda ante el inconmensurable misterio de su divinidad es bajar la cabeza, callar y temer.
[El desdoblamiento de las imágenes lo dice todo. No sospecha el Camus de 1944, fumando su absurdo, que por su izquierda se acerca el Chesterton de 1935, cargando su legajo como las tablas de la ley de un nuevo Moisés ! H.A.]
El problema que debemos resolver es el problema de Dios. Como garante de coherencia, orden y verdad (y absurdo). 'El Otro absoluto y definitivo'8 tiene que ser cuestionado. En este juicio, probablemente, se encuentra la clave para aceptar y superar lo absurdo y así en lugar de saltar, volar.
Callemos a Dios,
dejemos hablar a Job.
[¡Lo que se viene! H.A]
III.1
Lo que intentamos es, en primer lugar, hacer un juicio a Dios sin la necesidad de recurrir a empirismos y parangones - aquí el fracaso del ateísmo11 actual -, sino elaborar un discurso que trabaje el concepto de Dios como el Otro - y su relación con lo absurdo -, con el fin de superarlo y esbozar un programa para la práctica de la libertad.
Nuestra intención de recurrir a Chesterton, es dilucidar una solución para lo absurdo y la coerción, la cual nos recuerda al chiste de Zizek, en el cual...
Un tipo cree ser un grano de maíz y, por tanto, lo llevan al loquero. Tras una terapia, los médicos le convencen de que no es un grano de maíz, sino un hombre, y le dan el alta, pero el fulano regresa aterrorizado a los tres minutos: se ha encontrado una gallina en la puerta de salida y tiene miedo a que se lo coman. Su médico le tranquiliza: "No se preocupe, amigo, usted no es un grano de maíz, sino un hombre". "Ya lo sé" - dice el paciente - "pero ¿lo sabe la gallina? 12
No basta con decir que las cosas son absurdas o que Dios no existe, porque el problema - volviendo a Zizek - es que puedo decir que Dios no existe, ¿pero sabe Dios que él no existe?
Notas
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1 Aquí es donde, considero, que el estructuralismo logro mayores avances en la construcción de modalidades de conocimiento que estén fundados en la 'falta' y 'carencia' de un 'algo' (antropológico, biológico, cultural, lingüístico, ontológico o epistemológico) que en lo absurdo; que viene a formar parte de una epistemología de la presencia, en palabras de Derrida.
2 La referencia es inmediata, Platón en Apología de Sócrates refiere que "Solo sé que no sé nada". Aunque esta que claro que hago la referencia por la mera asociación gramática, tomarla como eje de razonamiento abriría nuevos caminos y contraposiciones entre las formas de conocimiento y las prácticas de la libertad helénicas: la 'epimeleia heautou' y 'gonthi seauton'. Para abordar más sobre este asunto, sugiero la lectura de La ética del cuidado de uno mismo como práctica de la libertad de Michel Foucault.
3 Podría animarme a catalogar esta situación como 'trampas de la subjetividad', las cuales vienen señaladas desde la pintura de Hans Holbein, Hegel, Marx, Freud hasta Lacan.
4 "lo fei gibetto a me de le mie case" Divina Commedia, Inferno/ Canto XIII. Dante Alighieri. "yo hice de mi propia casa un patíbulo".
5 "Nunca vi morir a nadie por el argumento ontológico. Galileo, que defendía una verdad científica importante, abjuró de ella con la mayor facilidad del mundo, cuando puso su vida en peligro. En cierto sentido, hizo bien. Aquella verdad no valía la hoguera. Es profundamente indiferente saber cuál gira alrededor del otro, si la tierra o el sol. Para decirlo todo, es una cuestión baladí" (Lo absurdo y el suicidio, El Mito de Sísifo).
5 "Nunca vi morir a nadie por el argumento ontológico. Galileo, que defendía una verdad científica importante, abjuró de ella con la mayor facilidad del mundo, cuando puso su vida en peligro. En cierto sentido, hizo bien. Aquella verdad no valía la hoguera. Es profundamente indiferente saber cuál gira alrededor del otro, si la tierra o el sol. Para decirlo todo, es una cuestión baladí" (Lo absurdo y el suicidio, El Mito de Sísifo).
6 El Señor Albert Camus de G.K. Chesterton, Traducción: Jorge de Burgos. Editorial Biblioteca de Babel.
7 "Les prometen libertad, mientras que ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues uno es esclavo de aquello que le ha vencido. Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo son enredados en ellas y vencidos, su condición postrera viene a ser peor que la primera. Pues hubiera sido mejor para ellos no haber conocido el camino de la justicia, que habiéndolo conocido, apartarse del santo mandamiento que les fue dado. Les ha sucedido a ellos según el proverbio verdadero: El perro vuelve a su propio vomito, y la: puerca lavada, vuelve a revolcarse en el cieno" 2 Pedro 2: 19 - 22, Citado en en El Señor Albert Camus de G.K.Chesterton.
8 La ideología, categóricamente, es el no reconocimiento de una determinada red de relaciones entre los objetos y por defecto, ante esta ignorancia, atribuir cualidades a esta red. Es decir, por ejemplo, que asumimos que alguien posee 'poder' como cualidad inherente al mismo, cuando negamos que dicha cualidad es construida por una serie de relaciones sociales, económicas y culturales que fabrican un parche en nuestro desconocimiento; entregando así, a nuestros marcos de entendimiento, coherencia y totalidad.
9 a) Neil Gaiman nos recuerda, desde Sandman hasta American Gods, que los dioses dejan de existir en el momento en que se les deja de 'adorar'. Sísifo es un cínico 'adorador' de los dioses: dice no creer pero cree, porque sigue ahí junto a su roca y su acto, aunque íntimamente rebelde, sigue siendo 'alimento' para los dioses. b) Aquí el limite político del programa de Camus, y muy probablemente el núcleo mismo del resentimiento de Sartre.
10 Que por su amplitud, ambigüedad y forma es un concepto maleable y que lo puede acaparar todo: Dios=Ciencia empírica, Dios=Física cuántica, Dios=Genética, Dios=Lenguaje, Dios=Dios.
11 Aunque no esta dentro de los planes de este (intento) ensayo, será inevitable no identificar la intima relación entre el cristianismo y el ateísmo. (Cosa que me hace decir: ¡Gracias a Dios que soy ateo!)
12 Mis chistes, Mi filosofía de Slavoj Zizek (2015). Editorial Anagrama, Barcelona.
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