Empecé El túnel con el entusiasmo que la intriga de su frase inicial
genera: “Bastará decir que soy Juan Pablo
Castel, el pintor que mató a María Iribarne”, el problema no solo fue que
no me gustara el libro, sino principalmente que sus personajes me aburrían.
La paranoia de Castel me pareció
interesante al principio, su sentido de incomprensión incluso me causó alguna
simpatía en un momento, pero luego de ciento cincuenta y nueve páginas de lo
mismo, me cansó. Admito que la evolución de víctima a victimario es un tema
atrayente, pero en este caso, la repetitiva indecisión entre el uno y el otro
tuvo un efecto negativo en mí. María Iribarne es un personaje que me parece
todavía peor, porque aunque en todo el libro se pasa hablando de ella, para mí
pasa desapercibida.
Reconozco, sin embargo, que la
narrativa al inicio es muy buena y que hubo frases que me atraparon, las
comparto a continuación:
“Y andar rápidamente mientras mi espíritu vacilaba tanto me producía una sensación singular: mi pensamiento era como un gusano ciego y torpe dentro de un automóvil a gran velocidad”.
“Y andar rápidamente mientras mi espíritu vacilaba tanto me producía una sensación singular: mi pensamiento era como un gusano ciego y torpe dentro de un automóvil a gran velocidad”.
“A veces creo que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que
corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores,
crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos,
morimos, mueren y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil”.
“¿Sería eso, verdaderamente? Me quedé reflexionando en esa idea de la
falta de sentido. ¿Toda nuestra vida sería una serie de gritos anónimos en un
desierto de astros indiferentes?”
“El departamento estaba atestado de gente idéntica que decía
permanentemente la misma cosa”.
Katy Álvarez
Gracias por tu comentario, siempre es importante compartir nuestras impresiones sobre los libros que leemos, para mí es muy valioso leer sus aportes pues he tenido dificultades para llegar a las reuniones. A mi me gustó mucho este libro, la considero una novela psicológica que sabe describir muy bien cómo poco a poco una persona va perdiendo el control de sí mismo. Creo que el libro da para discusiones interesantes que estoy segura tuvieron en las reuniones del club.
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