Leer esta novela de Sándor Márai es como sentarse frente a un viejo y escuchar sus historias, mil veces repetidas tal vez, pero marinadas y añejadas con la suma de reflexiones que durante mucho tiempo ha rumiado en soledad.
Es un viaje introspectivo a través de la conciencia de alguien que ya vivió su vida y da una mirada hacia atrás para buscar las respuestas a dos preguntas que ni el tiempo ni sus propias cavilaciones han sabido responder.
Ha necesitado además cuarenta y un años con cuarenta y tres días, para ubicarse frente a frente a la única persona que puede resolver los misterios que lo apesadumbran.
Comencé a leer este libro con aquella mezcla de sorpresa y encanto que se siente al encontrarse con una narración tan bien escrita. Márai es impecable con sus frases correctas y sus aseveraciones pulcras.
También me parece que construye a sus personajes de tajo. No omite ningún detalle. Sumamente introspectivo. Desde un inicio me capturó la descripción que hace por ejemplo de Nini, la nodriza. Y todo iba de perlas hasta que el libro se convierte en un monólogo sin salida. Estoy de acuerdo con lo que alguien escribió en algún blog que me enseñó mi esposo, que decía que le hubiera parecido más honesto que la novela tuviera un formato de ensayo. Y pese al mérito que merece construir una novela en un diálogo extenso, debo decir que por momentos me cansó. Yo deseaba escuchar a su amigo, saber sus reacciones, escuchar sus respuestas o sus defensas, o simplemente alguna confesión. Pero esta confesión vino en forma silente y, para mi, poco satisfactoria.
Cualquiera podría decir que el personaje principal ya estaba muy por encima de cualquier explicación y que ya no la necesitaba. Es posible, pero a mi si me hizo falta.
Lo que rescato de esto es el hecho de que la mayoría de las veces las conversaciones con los viejos que pasan mucho tiempo solos así son. De una vía. Ellos ya no esperan una retroalimentación, solo quieren ser escuchados y decir lo que guarda su corazón en las horas de soledad. Y con eso basta. De ahí la opinión del que escucha es solo un adorno, un silbido en medio de su charla.
Mi valoración en términos generales es que es un buen libro, muy bien escrito, pero que me costó asimilar su formato y sobre el que me quedaron algunos vacíos, pero eso es por mi gusto particular. Por ejemplo, me habría gustado que Nini, a quien nos describe al inicio tan bien y por quien nos hace sentir tanta simpatía, hubiese figurado más en la historia o en el desenlace. Me habría gustado también conocer el contenido del diario que quemaron y las motivaciones de Krisztina, entre otros; pero reconozco que es el estilo propio de Márai y hay que respetárselo.
No obstante estas observaciones que podrían parecer negativas, sí he quedado invitada a seguir leyendo más sobre su prolífica obra, que lamentablemente no está toda traducida del húngaro, sino unos cuantos libros nada más.
Finalmente quisiera compartirles una pequeña parte de tantas frases que me animé a remarcar:
“Vivía en aquella habitación, adaptado a las dimensiones de las enfermedades que le acechaban”.
“La fuerza de Nini llenaba la casa, a las personas, traspasaba las paredes, los objetos, como una corriente secreta”.
“Cuando pasa de los noventa, la gente envejece de manera distinta que a los cincuenta o a los sesenta. Envejece sin resentimiento”.
“Detrás de las pareces frescas resonaba y se fermentaba el verano”.
“La primera palabra íntima que le dijo a aquella joven fue el nombre de su patria”.
“Pretender por primera vez apropiarse del cuerpo y del alma del otro, sacándole del mundo para poseerlo en exclusiva. Esto y sólo esto es el sentido del amor y de la amistad”.
“Solamente somos capaces de ejercer el poder sobre las almas humanas si conocemos a quienes se ven obligados a someterse a nosotros, si los comprendemos y si los despreciamos con muchísimo tacto”.
“Era perfecta hasta en su falta de gusto”.
“Es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. El deseo de ser diferentes de quienes somos.”
“Hay personas a quienes todo el mundo quiere, a quienes todo el mundo regala con una sonrisa, a quienes todos miman y perdonan, y esas personas generalmente tienen algo de coquetas, algo de prostitutas”.
“El que busca la verdad tiene que empezar buscando dentro de sí”.
“Todo vuelve, las cosas y las palabras avanzan en círculo, a veces atraviesan el mundo entero, siempre en círculo, y luego se vuelven a encontrar, se tocan y cierran algo”.
“Uno no puede ser músico y pariente de Chopin sin consecuencias”.
“El secreto y el regalo mayores de la vida es cuando se encuentran dos personas semejantes”.Y bueno, son tantas que no voy a transcribir la mitad del libro, pero esas fueron las que más me gustaron.
Espero que todos hayan disfrutado de esta lectura y que, a pesar del asueto nacional, nos reunamos para comentar el final.
Un abrazo y como siempre ¡Felices lecturas!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPersonalmente, tengo que decirlo, he encontrado muuuuuuuucho más interesante a Marái que a Borges...... Puede ser que no se puede comparar, son dos genios incomparables, dos vidas de escritores y caracteres diferentes..... Pero desde que empecé con "El último encuentro" comencé a imaginar la vida solitaria y triste del protagonista...... En mi mente surgían imágenes de la casa, las paredes, la humedad, el olor a viejo y dejado en el olvido.... Excelente libro!!
ResponderEliminarSí Karen, sin duda es un excelente libro. Algo muy distinto de Borges. Yo no puedo decir que sea mejor porque son dos cosas absolutamente distintas, comenzando por el género. Borges nunca quiso escribir una novela. Decía que no valía la pena extenderse tanto pudiendo plasmar una idea en unas pocas palabras. Pero sí concuerdo con que es mucho más sencillo crearse imágenes con Márai. Me llamó mucho la atención que describiera siempre los olores del lugar donde estaban los protagonistas. El apartamento por ejemplo olía siempre a moho... que alegría que te haya gustado el libro!!! esperemos que nos vaya igual de bien con el premio Nobel.
ResponderEliminarRecién ayer terminé de leer el libro y coincido en muchas cosas con las apreciaciones de Loida, es bastante bueno y bien escrito pero llega un momento en el que cansa un poco y el final decepciona (por lo menos a mí), pues lo que se perfilaba como una conversación histórica, llena de emociones y de verdades, se convierte en un monólogo en el que la realidad es, como se la ha imaginado el general, ni más ni menos.
ResponderEliminarEn un principio creí que serían dos monólogos y que luego, cuando el general terminara, Konrad haría lo propio explicando sus sentimientos; me lo imaginé diciéndole que le había presentado a Kriztina con la intensión de que su amigo conociera la mujer que amaba y el duro golpe que había sido para él ver como ésta se dejo deslumbrar por el porte, clase y riqueza del general, como todo el mundo que los conocía, que una vez más era Konrad el que salía perdiendo, por que al parecer la vida se había empeñado en negarle a él todo lo que a su amigo le daba a manos llenas, y que el acostumbrado a solo ser un invitado en la felicidad del general lo había aceptado como lo venía haciendo desde niño, que fue incapaz de intervenir a tiempo en la relación, por que el había notado que su amigo se había enamorado perdidamente de Kriztina y que el general carente de sensibilidad (la misma que le faltaba para apreciar la música) no había podido notar lo mismo en Konrad (pero que Nini si lo había notado y veía ante sus ojos, hecho realidad, aquello que siempre temió y es que Konrad le haría daño al general), me lo imaginé diciéndole lo feliz que se sintió cuando Kriztina estuvo en sus brazos haciéndolo sentir por primera vez el ganador de un juego donde siempre llevo las de perder, y como le había apuntado con la escopeta con la intensión de terminar de una vez con todo y no se había atrevido por que finalmente por dentro Konrad sabía que las cosas se debían quedar como estaban para no alterar el orden del Universo y que por eso prefirió huir.
Eso y muchas cosas mas me las imaginé, al igual que todo lo que Kriztina pudo haber escrito en el diario, pero nada se pudo saber y Konrad ni siquiera le respondió al general la última pregunta, lo que me imagino constituyó para él su última venganza.
Al final el libro me gusto, si bien hubo un momento que me pareció tedioso y decepcionante fue más por que el inicio fue tan bueno que me había hecho muchas expectativas, pero definitivamente leería otra vez a esta autor.
!Wow Stephanie! escribiste de nuevo el libro!!! jajajajaja gracias por tu "versión" del final de la novela.
ResponderEliminarEs cierto que es innegable la calidad del libro de Márai, sin duda!!!! y para muestra un botón, te abrió la imaginación para darle otro desenlace.
Lo bueno de todo es que la valoración, a pesar del desencanto por el estilo muy propio del autor, siempre es positiva y lo deja a uno animado a seguir leyéndolo.
Gracias por tu comentario y ojalá nos vaya así de bien con Alice Munro.
Un abrazo y ¡felices lecturas!