"Clásico no es un libro (lo repito) que necesariamente posee tales o cuales méritos; es un libro que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad." Jorge Luis Borges
Visto así ¿podría decirse que lo que convierte a un libro en un clásico se relaciona más con la receptividad de una generación que con la calidad de su escritura?, ¿será entonces que libros como "El Principito", "Matar a un Ruiseñor", "Ana Karenina", "Cumbres Borrascosas", "Pedro Páramo", "El Viejo y el Mar", "Frankestein" o el mismísimo "Quijote" y tantos otros que consideramos clásicos, lo que tuvieron en su momento entonces fue "suerte" de que una generación fuese sensible y receptiva a su contenido y los llevara "al altar de los clásicos" y que las otras lo aceptaran así sin rechistar bajo la influencia de las que les precedieron?
Realmente no creo que algún día se llegue a una sola definición que diga porqué unos libros son clásicos y otros, por estupendos que nos parezcan, no. Lo que sí es cierto, es que los clásicos -por clásicos que sean- no son libros que por fuerza gusten a todo el mundo, pero lo que no se puede negar de ellos es que tienen "un algo" que les distingue y les hace no ordinarios.
Realmente no creo que algún día se llegue a una sola definición que diga porqué unos libros son clásicos y otros, por estupendos que nos parezcan, no. Lo que sí es cierto, es que los clásicos -por clásicos que sean- no son libros que por fuerza gusten a todo el mundo, pero lo que no se puede negar de ellos es que tienen "un algo" que les distingue y les hace no ordinarios.
Pero bueno, considerando que en el Club de la Buena Estrella como siempre lo decimos, no somos eruditos, sino tan solo personas que disfrutan la lectura y de manera puntual, disfrutamos leer en grupo; como una simple lectora, quiero hablar de ese momento "íntimo y mágico" en el que sin haberlo
previsto de ninguna manera, un libro (incluso alguno que otro momento no pudimos leer por alguna razón o razones) de pronto nos captura y nos hace sentir que tenemos una valiosa joya en nuestras manos ¡y ya no lo podemos soltar!
¡Qué bonita sorpresa ¿verdad?!, como ese momento cuando una música nos inunda el alma o cuando al abrir un vino desconocido, el primer sorbo nos deja saber sin ninguna duda que estamos bebiendo "uno de los mejores vinos de nuestra vida". ¡Qué regalo más grande es encontrarnos de pronto ante un libro que nos atrapa y nos hace pensar en lo afortunados que somos por tener la oportunidad de leerlo!
Por si fuera poco, a veces pasa que se pone 'de moda' en nuestro entorno (nuestras amistades se ponen en la fila para leerlo), y hablamos de él, a veces en el país se habla de él, y otras resulta que justo cuando por fin nos animamos a leerlo sale a la venta una nueva edición y está de nuevo en las listas de los más vendidos en muchos lugares del mundo. Carl G. Jung definió esto como una "sincronicidad" (no existe la casualidad, sino la causalidad).
¡Qué bonita sorpresa ¿verdad?!, como ese momento cuando una música nos inunda el alma o cuando al abrir un vino desconocido, el primer sorbo nos deja saber sin ninguna duda que estamos bebiendo "uno de los mejores vinos de nuestra vida". ¡Qué regalo más grande es encontrarnos de pronto ante un libro que nos atrapa y nos hace pensar en lo afortunados que somos por tener la oportunidad de leerlo!
Por si fuera poco, a veces pasa que se pone 'de moda' en nuestro entorno (nuestras amistades se ponen en la fila para leerlo), y hablamos de él, a veces en el país se habla de él, y otras resulta que justo cuando por fin nos animamos a leerlo sale a la venta una nueva edición y está de nuevo en las listas de los más vendidos en muchos lugares del mundo. Carl G. Jung definió esto como una "sincronicidad" (no existe la casualidad, sino la causalidad).
Después de la primera reunión de marzo del Club de
la Buena Estrella, puedo decir con toda certeza que, ese es el caso del libro Rebeca de Daphne Du Maurier.
Como todos, este libro gustará más a unos que a otros pero, en general, nos ha dado la seguridad de estar leyendo un libro muy bien escrito, un libro de esos que gustan, que tienen una prosa limpia, elegante y que nos cuenta una historia sobre un tema siempre y por siempre vigente, ¿un clásico entonces? pues nosotros opinamos que sí y, además, creemos que es un libro de esos que vale la pena haber leído y más aún, haberlo leído en el club. Al respecto quiero decir una sola cosa: ¡No estamos solos!
Como todos, este libro gustará más a unos que a otros pero, en general, nos ha dado la seguridad de estar leyendo un libro muy bien escrito, un libro de esos que gustan, que tienen una prosa limpia, elegante y que nos cuenta una historia sobre un tema siempre y por siempre vigente, ¿un clásico entonces? pues nosotros opinamos que sí y, además, creemos que es un libro de esos que vale la pena haber leído y más aún, haberlo leído en el club. Al respecto quiero decir una sola cosa: ¡No estamos solos!
Dice la biografía de Daphne Du Maurier que el
primer manuscrito de Rebeca fue entregado a su editor, Víctor
Gollancz, en abril del 1938 y este enseguida predijo su éxito. Se sabe que el libro se convirtió rápidamente en un
bestseller y que la joven escritora se vio
de pronto convertida en una celebridad.
De aquello han pasado 81 años y, en la actualidad, se considera que lo que Dahpne Du Maurier creó con esa novela más que un bestseller es un longseller eterno, es decir, un libro que no solo ha superado la prueba del marketing y del mercado sino, además, la del tiempo como el Quijote, La Biblia, Diez Negritos y otros tantos que siguen facturando en automático.
En la actualidad, Rebeca supera los 30 millones de ejemplares vendidos y cada mes se suman cuatro mil ejemplares, sin necesidad de hacer ningún tipo de promoción. Se prevé que esos números se vean incrementados ahora que Manderley Forever, una nueva biografía de Du Maurier saldrá a la venta y por el remake de la película que prepara para muy pronto Netflix...
El libro Rebeca de Daphne Du Maurier nunca ha dejado de imprimirse.
De aquello han pasado 81 años y, en la actualidad, se considera que lo que Dahpne Du Maurier creó con esa novela más que un bestseller es un longseller eterno, es decir, un libro que no solo ha superado la prueba del marketing y del mercado sino, además, la del tiempo como el Quijote, La Biblia, Diez Negritos y otros tantos que siguen facturando en automático.
En la actualidad, Rebeca supera los 30 millones de ejemplares vendidos y cada mes se suman cuatro mil ejemplares, sin necesidad de hacer ningún tipo de promoción. Se prevé que esos números se vean incrementados ahora que Manderley Forever, una nueva biografía de Du Maurier saldrá a la venta y por el remake de la película que prepara para muy pronto Netflix...
El libro Rebeca de Daphne Du Maurier nunca ha dejado de imprimirse.
Quiere decir que, durante 81 años, se ha vuelto a editar y editar y editar. No nos extraña entonces cuando hemos leído que en Gran Bretaña se le ha votado como uno de los libros más queridos de la Nación.
Y para que tengamos una idea gráfica de lo que esto significa, he querido compartir con ustedes este archivo fotográfico de algunas portadas de distintas ediciones.
Sin duda, yo me hubiera decidio a cerrar las páginas de este libro en sus primeros capítulos de no haber contado con este club como una nueva familia de lectura.
ResponderEliminarMuy bien descrito lo que es un clásico. Estos, no debe de pensarse como aburridos, tampoco que son de un lenguaje "extraño", o que su tema central es demasiado complejo para verlo ocurrir en nuestro día a día... cosas que recién voy descubriendo benditamente!
Lo he disfrutado más de lo que me imaginé al principio. Lo empezaré a recomendar!
Super buena la forma de explicar qué es un clásico. Hasta hace unas horas, pensaba que los clásicos tenian por temas cosas poco rutinarias, que eran difíciles de entender y además, la forma de escribirse eran muy complejas para para los que no pretendemos ser eruditos la disfrutaramos.
ResponderEliminarLos primeros capítulos se me hicieron un tanto difíciles porque con la sombra de no saber qué era exactamente un "clásico", pensaba que la trama iba a estar aburrida y sin emoción, pero al estar abrigada por este club y participar de sus comentarios me hizo animarme y al despegar en la lectura, las horas que estuve "comiendomelo" lo disfrute a raudales!
Verdaderamente una lectura muy hermosa por la forma de describir cosas, flores, calles, personajes. Todo un deleite por lo fácil de comprender.
Concuerdo con que, al menos el primer capítulo, es un poco denso con tantas descripciones (habrá a quien le encante como a Loida), pero luego la historia agarra vuelo y no se puede parar. Muchas gracias por leer y por compartir tus comentarios Leah. Saludos!
ResponderEliminar¡Ciertísimo! a mí me encantaron las descripciones y creo que en este caso son necesarias para comprender que Manderly es un personaje protagónico de la historia y solo de esa forma uno se puede enamorar de su entorno, de los árboles, de las veredas y caminos y ¡hasta de las paredes! sin embargo, concuerdo que pasando ese capítulo se mete el acelerador y comienza la verdadera sucesión de cosas que lo atrapan a uno en una lectura voraz...
ResponderEliminarQuizá porque sin querer me hice spoiler del libro antes de terminarlo, pero no me gusto. Añadido a eso el personaje de la narradora (segunda esposa de Winter, de la cual nunca dicen su nombre), ¡Por Dios! Que pereza me dio leerla, imaginando todo dentro de su cabeza, sus inseguridades y temores, en fin, todo su drama psicológico, que podrían ser los de cualquier realmente, pero multiplicado por diez.
ResponderEliminarAl terminar de leerlo, regrese al principio, a repasar las primeras páginas que narran realmente el final, me gustó un poco más, la escritora trató de hacerla sonar más madura, menos tímida, en todo caso creo que, si se escucha diferente, más segura de sí misma.
Creo que la moraleja que deja el libro es lo increíble que pueda llegar a ser “el qué dirán los demás” y como tiende a dominar la vida de las personas, dejando incluso de lado su propia felicidad y sobre todo tranquilidad, solo por el hecho de guardar las apariencias.
Rebeca, de haber estado viva, hubiera resultado ser un personaje por mucho más interesante, tipo “la niña mala”, se imaginan: bella, inteligente, encantadora en apariencia, pero con rasgos de psicópata. Best Seller seguro.
Personaje favorito, no creo que tenga, y en todo caso escogería a Manderley, la manera como describen esa humilde casita, es imposible no enamorarse y Jasper, me dolió saber que se había ido al cielo de los perros.
Por último, solo como dato interesante, ¿sabían que…? En psicología, se conoce como Síndrome de Rebeca a la aparición patológica de celos hacía una ex-pareja de la pareja actual. El nombre de este síndrome se toma a partir de esta novela.
¿Cuántos habremos padecido ese síndrome en algún momento, no creen?
Saluditos a todos...