"Se perdió en un laberinto de pensamientos que resultaban oscuros por no acertar a expresarlos con palabras." - El señor de las moscas, William Golding.
Estimado Club, nos llega el turno del libro opcional para este mes de marzo que se lo dedicamos a los clásicos, esto me pone a reflexionar en los motivos por los que recomendé este libro y en los motivos por los que también estoy tan entusiasmada de leerlo (debo comentar que para mí será la primera vez leyéndolo). Este libro lo tenía en mi lista de pendientes desde hace bastante y, una de las razones por las que lo he tenido pendiente, es porque no lo vendían aquí en el país. Para tratarse de un clásico, esto es algo que me resulta sumamente extraño y fue una de las razones por las que me aventuré a proponerlo, pues mientras más difíciles de conseguir son, más especiales nos parecen. Cuando hablamos de los libros, más allá de su género, historia o argumento; hay algo que es sumamente importante para mí y es que sus personajes me hablen, me transmitan y finalmente me enseñen. Si hay algo que he visto repetido en las reseñas y críticas a esta obra, es que en muchas se comenta el simbolismo de sus personajes, aunque también se comenta que da para mucha interpretación; así que, teniendo opiniones tan distintas dentro del club, creo que dará para una discusión muy entretenida, por lo que, sin más, les dejo aquí las generalidades de la obra que vamos a disfrutar en estas últimas dos semanas del mes.
Obra de William Golding
A Golding se le reconoce entre los críticos, como un novelista muy original al presentar temas polémicos valiéndose del simbolismo por medio de sus personajes. Sus novelas más reconocidas reflejan un estilo de ficción alegórica en el que se hace alusión a la literatura clásica, mitológica y al simbolismo cristiano. Sus obras son muy distintas, por lo que no siguen una línea argumental única y la técnica de composición varía, pero se puede encontrar como factor común que en todas destaca la violencia que es inherente al ser humano y la respuesta sensata y cívica contra la barbarie y la guerra, mostrando las ambigüedades y fragilidades de la civilización occidental, en esta última aseveración se nota que se trata de un escritor de posguerra.
Sus textos, en su mayoría, se enfocan en los dilemas morales y en las reacciones de las personas cuando son sometidas a situaciones extremas y la crueldad innata del ser humano. Obras como El señor de las moscas, en la que sus protagonistas son un grupo de niños en una isla desierta o Los herederos, que se enfoca en una tribu de Neanderthales enfrentados a los Homo Sapiens y en Martín el náufrago que narra en un solo hombre la lucha de la inteligencia contra la naturaleza como enemigo del hombre.
El hilo conductor de sus novelas principales es, generalmente, un esquema disfrazado como una aventura, pero que en su fondo ocultan el mito del mal. Desmarca la utopía racional de H. G. Wells y de los autores que piensan que el origen del mal se encuentra en las estructuras y en los sistemas políticos. William Golding propone indirectamente en sus obras, la interesante teoría de que la violencia brota de las profundidades del hombre y que es esta maldad intrínseca, la creadora de los modelos sociales destructores como el nazismo.
El señor de las moscas es una recomendación de Katy Álvarez
FICHA DEL LIBRO (EDICIÓN FÍSICA)
Viñeta: Marzo | Clásico
Título: El señor de las moscas
Autor: William Golding
País: Reino Unido
Nº de páginas: 286
Año de publicación: 1954
Idioma original: Inglés
Género: Novela/Alegoría/Ficción especulativa
Editorial: Alianza Editorial
ISBN: 978-84-206-7417-9
Título: El señor de las moscas
Autor: William Golding
País: Reino Unido
Nº de páginas: 286
Año de publicación: 1954
Idioma original: Inglés
Género: Novela/Alegoría/Ficción especulativa
Editorial: Alianza Editorial
ISBN: 978-84-206-7417-9
SINOPSIS
Una treintena de muchachos son los únicos supervivientes de un naufragio en el que perecen todos los adultos. Enseguida se plantea cómo sobrevivir en tales condiciones, y no tardan en crearse dos grupos con sus respectivos líderes. Ralph se convierte en el cabecilla de quienes están dispuestos a construir refugios y a recolectar, mientras que Jack se convierte en el jefe de los cazadores, animados por un espíritu más aventurero, lo que lleva a tensiones entre ambos bandos. El señor de las moscas es un nombre para el mal en la cultura judía, y este es uno de los temas principales de la novela, junto con la contraposición entre civilización y barbarie y la validez de la disciplina, entre otros muchos.
DIVISIÓN DE LECTURAS
Jueves 23 de Marzo de 2017
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Jueves
30 de marzo de 2017
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Lectura
de la biografía del autor y página 73 (de la versión PDF) Capítulo 6: La
Bestia de Aire (inclusive)
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Página
140 (de la versión PDF) Capítulo 12: Gritos de Cazadores.
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50%
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EL AUTOR
Sir William Gerald Golding, CBE (Newquay, Cornualles, Reino Unido, 19 de septiembre de 1911 - Perranaworthal, Cornualles, Reino Unido, 19 de junio de 1993), fue un novelista y poeta británico, galardonado con el premio Nobel de literatura en 1983, conocido especialmente por su obra El señor de las moscas.
Nació en Newquay, Cornualles, en 1911 y creció en Marlborough, en cuya escuela era profesor de ciencias su padre, Alec Golding. El profesor Golding se definía como socialista con una gran confianza en el racionalismo científico, hecho que influyó decisivamente en sus dos hijos, William y Joseph, mientras que su madre, Mildred, era una ferviente defensora del sufragio femenino. En 1930, William comenzó a estudiar ciencias naturales en el Brasenose College de Oxford para complacer a su padre, pero dos años después cambió a los estudios de literatura inglesa, con el sueño de convertirse en poeta, al estilo de Shakespeare y Tennyson.
En el otoño de 1934 se publicó su primer libro de poesía, Poems, que posteriormente repudió, y al año siguiente comenzó su trabajo como profesor en la escuela Michael Hall, en el sur de Londres, trabajo que abandonó dos años después para volver a Oxford, donde preparó su doctorado.
En 1939, unas semanas antes de la declaración de guerra que condujo a la Segunda Guerra Mundial, contrajo matrimonio con Ann Brookfield. En abril del año siguiente comenzó a trabajar como profesor en la Bishop Wordsworth’s School de Salisbury. A los cinco meses de la boda, en septiembre, nació su primer hijo, David. Dos meses después, en diciembre de 1940, ingresó en la Royal Navy.
Los cinco años que pasó en la Royal Navy durante la guerra le causaron un enorme impacto, exponiéndole a la increíble barbaridad y crueldad de la que es capaz la humanidad. Rechazando el optimismo racionalista de su padre acerca del desarrollo humano, se convenció a sí mismo de la maldad intrínseca al ser humano: "Cualquiera de mis contemporáneos que no entienda que el hombre produce maldad, como una abeja produce miel, debe estar ciego o mal de la cabeza".
Una vez finalizada la guerra, vuelve a sus clases, dejando definitivamente la Royal Navy con el nacimiento de su segunda y última hija, Judith Diana.
En 1952 comienza a trabajar en una novela titulada Strangers from Within (Extraños desde el interior), que después de ser rechazada por varios editores, es publicada en 1954 por Faber and Faber con el título Lord of the Flies (El señor de las moscas), su obra más emblemática y conocida. Esta obra trata de lo que puede llegar a hacer el ser humano en situaciones tan dramáticas como el estar perdidos en una isla.
Cultiva también el teatro, con la obra The Brass Butterfly, estrenada en 1958 y basada en su relato anterior Envoy Extraordinary y la crítica literaria, escribiendo para The Bookman y The Listener.
En su lugar de residencia, Bowerchalke, cerca de Salisbury, entabla amistad con James Lovelock, conocido científico independiente, al que apoya en su teoría de que la vida en la Tierra se comporta como un único organismo, para el que el propio Golding sugiere el nombre de Gaia, la diosa griega de la Tierra. En 1962 deja su trabajo como profesor para dedicarse a la literatura a tiempo completo, dando conferencias sobre El señor de las moscas y escribiendo ensayos sobre sociología y literatura, recopilados en The Hot Gates y A moving target.
Tras una experiencia de «sequía creativa» desde 1968 a 1970, publica de nuevo su relato Envoy Extraordinary, junto a otros dos relatos en The Scorpion God (El dios escorpión, 1971) y comienza a escribir un Diario en el que cuenta tanto experiencias personales como sus dificultades creativas.
En 1970 se presentó como candidato a canciller de la Universidad de Kent en Canterbury, pero perdió frente al político y líder del partido liberal Jo Grimond.
Su obra Darkness Visible ganó el premio James Tait Black Memorial en 1979 y Rites of Passage consigue en 1980 el premio Booker del Reino Unido, ese mismo año comienza su trilogía To the Ends of the Earth, donde deja entrever su pasión por el mar y la navegación a través del periplo mundial de su protagonista, Edmund Talbot, y que finalizará entre 1989 y 1991.
Es galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1983. En el anuncio de la elección el jurado del Premio Nobel compara a Golding con Herman Melville en estos términos:
"Las novelas e historias de William Golding no son solo sombrías enseñanzas morales u oscuros mitos sobre el mal y las fuerzas de traición y destrucción. También son relatos llenos de aventuras y color que pueden ser disfrutados como tales, por su alegre narrativa, inventiva y emoción. Sus obras, con la perspicacia de la narrativa realista, y la diversidad y universalidad del mito, iluminan la condición humana del mundo actual."
En 1988 fue nombrado sir, caballero de la Orden del Imperio Británico por la reina Isabel II y en 1992 doctor honoris causa por la Universidad de Oviedo, España.
En diciembre de 1992 tiene que ser intervenido de un melanoma maligno en la cara, del que es operado satisfactoriamente. Comienza a escribir una nueva novela, The Double Tongue (La lengua oculta, ambientada en Delfos durante el Imperio romano), que deja inacabada al morir de un infarto el 19 de junio de 1993 y se publica posmortem en 1996. Está enterrado en el cementerio de Bowerchalke, Reino Unido.
Después de leer esto solo puedo decir (lo que ya se ha dicho en el club)..."no se puede juzgar a un libro por su portada", disfruten de la lectura
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