
Leer esta novela de Sándor Márai es como sentarse frente a un viejo y escuchar sus historias, mil veces repetidas tal vez, pero marinadas y añejadas con la suma de reflexiones que durante mucho tiempo ha rumiado en soledad.
Es un viaje introspectivo a través de la conciencia de alguien que ya vivió su vida y da una mirada hacia atrás para buscar las respuestas a dos preguntas que ni el tiempo ni sus propias cavilaciones han sabido...