1. Porque el sistema de escritura es ridículo.
Bello, complejo, misterioso...pero ridículo. En principio, a mí, como a muchos estudiantes de chino, me atrajo el idioma por su sistema de escritura, que seguramente es uno de los más fascinantes del mundo. Cuánto más aprende uno sobre los caracteres chinos, más intrigantes y adictivos se vuelven. El estudio de estos caracteres puede volverse una obsesión de por vida y, muy pronto, uno se sorprende a sí mismo en la tarea diaria de acumularlos, en un vano intento de atesorar gota a gota del vasto mar de los caracteres y guardar esas gotas en el balde agujereado de la memoria a largo plazo.
La belleza de los caracteres es indiscutible, pero cuando los chinos empezaron a darse cuenta de la importancia de la alfabetización universal, se hizo claro que esos ideogramas eran como los pies de loto - a algunos fetichistas les puede haber gustado su apariencia, pero no son muy prácticos para el uso diario.
Para comenzar, es excesivamente difícil aprender los caracteres necesarios para leer y escribir de forma funcional. De nuevo, se puede preguntar: "¿Difícil comparado a qué?". Y la respuesta es sencilla: difícil comparado al español, al francés, al ruso, al hindi o a cualquier otro lenguaje "normal" y sensato que requiere a lo sumo unas pocas docenas de símbolos para escribir cualquier cosa. John DeFrancis, en su libro "El Lenguaje Chino: Hecho y Fantasía", informa que sus colegas chinos estiman que a un hablante de mandarín le toma de siete a ocho años aprender a leer y escribir tres mil caracteres, mientras sus colegas franceses y españoles juzgan que los estudiantes en sus países respectivos alcanzan niveles comparables en la mitad de tiempo (1).
Naturalmente, esta estimación es un poco cruda e impresionista (no está claro lo que significan "niveles comparables"), pero la implicación global es obvia: el sistema de escritura chino es más difícil de aprender, en términos absolutos, que un sistema de escritura alfabético (2). Incluso los niños chinos, cuyas mentes se encuentran en su momento de mayor absorción, tienen más problemas con los caracteres chinos que los que sus pequeñas contrapartes en otros países encuentran con sus respectivas escrituras. Imagínese las dificultades que experimentamos estudiantes extranjeros adultos y relativamente lentos como yo mismo.
Figura 1. Hagan clic para ampliar y verla bien. Los caracteres chinos comenzaron hace milenios como dibujos pictográficos (columna de la izquierda). Sin embargo, muy pronto se simplificaron y estilizaron de forma que hoy en día resultan difícil de memorizar, pues han perdido toda semejanza gráfica con el objeto que representan (ver por ejemplo, la evolución de los caracteres del sol y la luna en la tercera y cuarta fila comenzando por abajo).
Todo el mundo ha oído que el chino es difícil debido al número enorme de caracteres que deben aprenderse y ello es completamente cierto. Hay una gran cantidad de libros y artículos populares que restan importancia a esta dificultad, diciendo cosas como "A pesar de que el chino tiene [10,000, 25,000, 50,000 - elija su opción] caracteres separados, sólamente se necesitan unos 2,000 para leer un periódico. Gran paja. Yo no podía leer cómodamente un periódico cuando tenía 2,000 caracteres en mi haber. A menudo, tenía que buscar varios caracteres por línea e, incluso después de esto, tenía problemas para extraer el significado del artículo. (Asumo que, en este contexto, "leer" significa "leer y comprender básicamente el texto sin tener que buscar docenas de caracteres" pues, en caso contrario, la afirmación tiene poco sentido).
Este cuento de hadas se basa en el hecho de que, cuando observas las frecuencias de los caracteres, más del 95% de los caracteres en un periódico pertenece normalmente a los 2,000 caracteres más comunes (3). Pero lo que esa explicación ignora es que esos caracteres familiares pueden construir muchas palabras no familiares (para ilustrar el problema, tenga en cuenta que, en español, conocer las palabras "corre", "ve" y "dile" no significa que se conoce la palabra "correveidile"). [Nota: este problema es mucho más común en chino que en español: ver figura siguiente]
Figura 2. Esta figura ilustra el argumento del último párrafo. Muchas palabras se escriben en chino como una combinación de caracteres. Conocer los caracteres no significa poder descifrar el significado de la palabra. Así, ustedes saben (porque lo han visto en la última columna de la Figura 1) que éstos son los caracteres que significan "sol" y "luna". Sin embargo, juntos significan la palabra "brillo", lo que, seguramente, nunca se les hubiera ocurrido.
Además, como cualquiera que ha estudiado un lenguaje conoce, puedes conocer bien cada palabra de un texto y, aún así, no ser capaz de comprender el significado. La comprensión lectora no se trata simplemente de conocer muchas palabras; se debe tener una idea de cómo esas palabras se combinan con otras en una multitud de diferentes contextos (4). Además, está el hecho de que, aunque sepas 95% de los caracteres de un texto dado, el 5% restante suelen ser precisamente los caracteres cruciales para entender la idea principal de este texto. Un hablante no nativo de español que lee un artículo cuyo titular es "Se ha comprobado que los jacuzzis son efectivos para el tratamiento de la flebitis" no llegará muy lejos si no conoce las palabras "jacuzzi" y "flebitis".
Figura 4. Hagan clic para ampliar y verla bien. A menudo, los caracteres se combinan de forma que se montan unos con otros. Aquí, la palabra "migrar" está compuesta por los caracteres "gran", "paseo", "oeste" y "parar". Abajo de estas líneas hay más ejemplos de caracteres compuestos.
Este problema con la lectura es delicado para aquellos que trabajamos en el área de estudios chinos. ¿Cuántos de nosotros nos atreveríamos a pararnos en frente de nuestros colegas y leer en voz alta un pasaje seleccionado al azar? Sin embargo, complejos de inferioridad o el miedo al desprestigio causan que muchos profesores y estudiantes se vuelvan colaboradores involuntarios en una especie de conspiración de silencio en la que todo el mundo finge que, después de cinco años de estudiar chino, el estudiante aplicado debería pasar a toda velocidad por cualquier texto desde Confucio a Lu Xun, deteniéndose sólo ocasionalmente para buscar algún molesto carácter poco frecuente (en su diccionario chino-chino, por supuesto).
Otros, por supuesto, son más honestos con las dificultades. El otro día, uno de mis compañeros estudiantes de posgrado, alguien que ha estudiado chino durante diez años o más, me dijo: "Mi investigación se ve dificultada por el hecho de que todavía no puedo leer chino. Me tardo horas en avanzar dos o tres páginas y no podría leer por encima ni aunque de ello dependiera mi vida". Esta sería una admisión asombrosa para alguien que ha estudiado (por ejemplo) literatura francesa durante diez años. Y, sin embargo, es un comentario que oigo todo el tiempo a mis colegas (al menos en esos momentos de descuido, en el que uno ha tomado demasiadas cervezas Tsingtao y comienza a lamentar la lentitud con la que avanza el trabajo de tesis).
Una vez, un profesor mío me explicó un juego que él y un colega jugaban a veces. La competencia consistía en tomar un libro al azar de los estantes de la sección china de la Biblioteca de Asia y ver quién era el primero que adivinaba de qué se trataba el libro. Cualquiera que haya pasado tiempo trabajando en una colección de libros de Asia occidental puede asegurar que esta puede ser una tarea bastante difícil - ya no hablemos de lo difícil que resulta leer el libro en cuestión. Este estado de cosas es muy desalentador para el estudiante que está impaciente para darse un festín con las vastas riquezas de la literatura china, pero que, durante los primeros años, debe subsistir a base de una dieta blanda de folletos enlatados, ejemplos de libros de texto y aperitivos cuidadosamente editados.
Llama la atención la comparación con el aprendizaje de los lenguajes occidentales más comunes. Después de un año de estudiar francés, fui capaz de leer mucho. Completé las novelas de siempre - La nausée de Sartre, el Candide de Voltaire, L'étranger de Camus - además de numerosos periódicos, revistas, libros de cómics, etc. Fue un montón de trabajo pero con poco dolor: en realidad todo lo que necesité fue un buen diccionario y un libro maltratado de gramática francesa que encontré en una venta de garaje.
Este enfoque de "arréglatelas como puedas" simplemente no funciona con el chino. Al final de tres años de aprender chino, todavía no había leído una sola novela completa. Me parecía muy difícil, increíblemente lento y poco gratificante. Los periódicos eran también demasiado intimidantes. No podía leer un artículo sin buscar un carácter de cada diez y no era raro que echara un vistazo a la portada del People's Daily y no fuera capaz de descifrar completamente ni un solo titular. En aquel tiempo, alguien sugirió que leyera El Sueño de la Cámara Roja y me dio una bonita edición de tres volúmenes. Recordarlo me da risa. Todavía se encuentra en mi estantería como un Buda gordo y petulante, con sólo las primeras veinte páginas llenas de definiciones garabateadas y signos de interrogacion mientras que el resto del libro está nuevo y virgen. Después de seis años de estudiar chino, todavía no he llegado a un nivel en el que puedo leer algo sin consultar una traducción inglesa (Por "leer" quiero decir, por supueso, "leer por placer". Supongo que si alguien pusiera una pistola en mi cabeza y un diccionario en mi mano, podría completar la lectura).
Figura 5. El People's Daily o Diario del Pueblo que el autor se ve incapaz de descifrar. ¿Se atreverían ustedes?
Sumergirse de un solo en la vasta piscina del chino no sólo es temerario, puede ser simplemente contraproducente. Como escribe George Kennedy: "La dificultad de memorizar un ideograma chino comparada con la dificultad de aprender una nueva palabra de un lenguaje europeo es tal, que se necesita una economía rígida de esfuerzo mental" (5). Esto es, si acaso, quedarse corto. Con un riesgo tan alto de ahogarse, se recomienda más bien que el estudiante pase más tiempo en la parte poco profunda de la piscina del chino pataleando para no hundirse antes de dirigirse a la parte más profunda.
Por si esto no fuera suficientemente malo, otro aspecto ridículo del sistema de escritura chino es que hay dos diferentes conjuntos de caracteres (que, por suerte, se intersectan): el conjunto de caracteres tradicional (que se usa todavía en Taiwan y Hong Kong) y los caracteres simplificados (adoptados por la República Popular de China al final de los años cincuenta y principio de los sesenta). Cualquier extranjero que estudia chino está más o menos obligado a familiarizarse con ambos conjuntos, pues está expuesto de forma rutinaria a libros de texto y materiales provenientes de las dos Chinas.
Figura 6. Hagan clic para ampliar y verla bien. Aquí vemos como se escriben las palabras "abrir", "dibujo", "diversión" y "aprender" en chino simplificado (abajo, usado en la China comunista) y en chino tradicional (arriba, usado en Taiwan, Hong Kong y las comunidades de exiliados chinos en Oriente y Occidente).
Está lingüística gota que colma el vaso pone una carga absurda en el ya absurdamente cargado estudiante de chino, que, en este punto, se alegraría de cambiar su lugar con el de Sísifo. Pero, como los propios chinos tampoco son igualmente competentes en los caracteres simplificados y en los tradicionales; no hay nada de vergonzoso en acabar concentrándose en un conjunto de caracteres y excluir parcialmente al otro. De hecho, a fin de cuentas, tampoco hay nada de vergonzoso en dejar de estudiar chino para siempre.
Notas
(2) A propósito, soy consciente de que mucho de lo que he dicho más arriba se aplica también al japonés, pero parece claro que la carga que lleva un aprendiz de japonés es mucho más ligera porque: a) el número de caracteres chinos usados en japonés es "solamente" de 2,000 - inferior en un factor de dos o tres comparado con el número necesitado por el lector chino de alfabetización media y b) el japonés tiene silabarios [alfabetos de sílabas] fonéticos (los caracteres hiragana y katakana), que son fiables fonéticamente casi al 100% y, en muchos aspectos, más fáciles de dominar que la caótica ortografía del inglés.
(3) Mirar, por ejempo, Chen Heqin, "Yutiwen yingyong zihui" [Caracteres usados en la literatura vernácula], Shanghai, 1928.
(4) John DeFrancis trata este tema, entre otros lugares, en "Why Johnny Can't Read Chinese", Journal of the Chinese Language Teachers Association, Vol. 1, No. 1, Feb. 1966, pp. 1-20.
(5) George Kennedy, "A Minimum Vocabulary in Modern Chinese", in Selected Works of George Kennedy, Tien-yi Li (ed.), New Haven, 1964, p. 8.
Que interesante Chent, aprender otro idioma es todo un arte, y este en particular tiene mucha más complejidad.
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