Dado que no pude asistir a la última reunión, me gustaría exponer algunos aspectos sobre el libro "Cuando te encuentre". En esta entrada, haré una valoración del contexto, pero me guardo los aspectos que me parecen más importantes para la próxima reunión. Me excusarán si este texto no está pulido: hoy estoy muy cansado. Y cuando estoy cansado me sale la vena irónica.
Cualquier texto tiene dos vertientes: el contenido ("lo que se dice") y la forma ("cómo se dice"). En este caso, no tengo ninguna objeción sobre la última. Es cierto: el libro no ganará ningún Nobel de literatura, ni será recordado por su brillante prosa y su hábil manejo del lenguaje. No pretende ser literatura seria (como, por ejemplo, la magistral Anna Karenina que podíamos estar leyendo en estos momentos si las minorías no fueran aplastadas por la tiranía de la mayoría en nuestro club si la voluntad sabia y democrática del club de lectura no se hubiera expresado de manera clara y positiva) sino una novela popular para consumo del público femenino americano.
En este sentido, el libro no engaña a nadie. La prosa es sencilla. Al contrario de "Una misma noche" (donde, si quitas la forma de narrar, la historia queda reducida a tres páginas), el libro se centra en el contenido e intenta que la forma sea lo más transparente y más sencilla posible. Es una forma que hasta los dundos de los gringos pueden comprender no necesita una gran cultura para ser leída, por lo que ésto amplía el público potencial de la novela engordando los bolsillos del autor. El autor conoce a su público y conoce la técnica del best-seller.
Lo mismo puede decirse en cuanto al contenido. El público de la novela son las mujeres americanas y, en especial, las madres solteras. El libro sigue una fórmula que garantiza su éxito, una fórmula que ha explotado hasta la saciedad la novela rosa americana, con la que tiene muchos puntos de contacto.
Cuando viví en Estados Unidos, me sorprendí de saber que el 50% de los libros que imprimían en ese país eran novelas románticas para consumo femenino. Aún recuerdo ir al Wall-Mart y encontrar estanterías llenas de novelas rosas que las americanas devoraban con fruición. Y recuerdo hablar de ese tipo de novela con mi vecino (un nativo tejano), que lo llamaba "pornografía femenina" ("female porn") y que había aconsejado a sus hijos que leyeran varias de ellas, pues sus esposas los iban a juzgar por los parámetros de esas novelas (por razones que se me escapan, las americanas suelen creer que su vida va a ser como la ficción literaria o cinematográfica que consumen).
La fórmula de ese tipo de novela consiste en que la heroina (una mujer normal con la que las lectoras se pueden identificar) es rescatada de su vida vulgar por un hombre perfecto o casi perfecto que la adora con un amor más grande que la vida.
Es la típica fantasía femenina americana, pues muchas mujeres del país del norte no superan nunca la etapa de cenicienta y están esperando un hombre que las rescate de su existencia gris (en vez de cambiarla por su propio esfuerzo, pues, eso, como dijo la india, "muy cuesta"). Este ser perfecto que rescatará a la mujer recibe diferentes nombres: "Prince Charming", "The One", "The Man of My Life", "Mr. Right", "The Knight in Shining Armor" ("el caballero de la brillante armadura").
Nuestro héroe es una encarnación de ese arquetipo, hasta en los detalles. Por ejemplo, es un militar (los caballeros eran militares de su época) y ¡¡¡defiende el honor de las universitarias desnudas!!! (casi me atraganto con el café cuando leo esto: el honor no existe desde hace siglos en la cultura occidental y cuando existía, desde luego, las mujeres que se bañaban desnudas y solas en un río no se consideraban honorables). Pero el tipo parece la reencarnación de los caballeros de los libros de caballerías que satirizó el Quijote, que iban desfaciendo entuertos y protegiendo a las doncellas.
Como bien dice Henry,
El tipo es un veterano de tres misiones en la guerra, estuvo en los feroces combates en Fallujah, sobrevivió 11 ataques de bomba, de muchacho era bueno en todos los deportes que practicaba, tocaba el piano y el violín desde niño y hasta componía sus propias piezas musicales. Tiene un título universitario, la musculatura de un marine, el carisma de un artista y la pinta de un actor de cine rebelde y bohemio. Por si esto fuera poco, Thibault trabaja en la residencia canina y luego lava, plancha, cocina y repara cosas. Sabe manejar bravucones, es considerado con las ancianas, paciente con los niños y un encanto con las mujeres. Busca pistas, calcula e interpreta estadísticas mentalmente, respeta el honor de las universitarias desnudas, lee con voracidad, reflexiona como un griego, viaja de manera ecológica, acampa con armadillos y hasta entrena perros.
Sólo falta que sirva como relleno para sandwiches y como aceite para los frenos del auto. Todo ello plantea la pregunta de qué ha visto un hombre tan perfecto en una mujer normal de un pueblo de mala muerte. Pero eso es parte del género romántico americano: el héroe debe ser perfecto, para que la lectora se emocione con la lectura. La mujer debe ser bastante mediocre, para que la lectora se identifique con ella y viva de forma vicaria el amor con ese hombre de ensueño. Se trata de la evasión de la realidad de unas mujeres que no están contentas con su vida amorosa y sueñan con "su príncipe".
Así, por ejemplo, sólo para poner ejemplos famosos, en "Crepúsculo", una joven sosa y tonta es amada por un vampiro de más de cien años que es inteligente y está más bueno que el pan, mientras ella hace tontería tras tontería. En "Fifty shades of grey", un ejecutivo de menos de treinta años, que es multimillonario, se fija en una estudiante normal y corriente y acaba casándose con ella.
¿No es esa la historia más exitosa del mundo? La historia de Cenicienta, la historia de "Dirty dancing", la historia de "Pretty woman" o de "Doncella en Manhattan", la historia de la mayoría de las telenovelas mejicanas. Una joven normal consigue a un hombre extraordinario.
Se trata, en suma, que cualquier mujer pueda creer que puede conseguir un hombre perfecto. En este punto, el libro corresponde a la fantasía femenina típica. Es tan poco realista como la fantasía masculina típica, por ejemplo, las películas de Sylvester Stallone (un tipo mata a cien enemigos con una sola pistola) y los libros de James Bond (que es amado por montones de mujeres que encuentra, sin necesidad de seducirlas ni prometerles nada, sólo porque es tan irresistible que todas caen a sus pies y no se aguantan por quitarse la ropa).
Bueno, eso sólo para contextualizar la novela. Pero tengo mucho más que decir sobre la historia. Espero no haberme hecho demasiado odioso.
Me encantó tu post! Es verdad eso de la novela rosa, se recuerdan del personaje de As Good As It Gets (Mejor..Imposible) que escribía este tipo de novelas? Pues bueno, a mi me pasó exactamente lo mismo que a tí, fui a un centro comercial y sólo habían libros al estilo Corín Tellado, ejeje.
ResponderEliminarAgrego honestamente que a mi me gusta Logan, yo creo que caí en el embrujo del escritor con este personaje.
Que buen post Vicent, gracias por compartirlo. Estoy muy de acuerdo con lo que mencionas sobre la "receta" gringa para la novela rosa, misma que emplean en los cuentos de Disney y en las películas de Hollywood. ¡Cómo han jodido a tantas generaciones con ese enfoque retorcido de las relaciones y su manejo estereotipado y utópico de los personajes!
ResponderEliminarSin embargo, me llama la atención que Sparks también usa algunos elementos de la fantasía masculina hollywoodense de la que hablas. Por ejemplo, en el personaje llevado a la pantalla por Sylvester Stallone, aproximadamente ocho años después de su vuelta de Vietnam, el soldado John Rambo tiene dificultades para adaptarse a la vida como civil y decide realizar unos viajes por Estados Unidos. Estos viajes darán un cambio a su vida, quizás más profundo que los que experimentó en la guerra. Durante su viaje sin rumbo, Rambo llega (caminando, sí, ¿es que hay otra manera?) a Hope, un pequeño pueblo de montaña del estado de Washington, donde tiene problemas con el sheriff Will Teasle, veterano de la guerra de Corea que lo hostiga y maltrata para que se vaya. De ahí en más, todos conocemos las inverosímiles hazañas e increíbles historias de supervivencia de Rambo. Bueno, al igual que Rambo, Super Logan también sobrevive a todo.
Además, el buen Logan es medio francés (otro estereotipo del romanticismo gringo, oh la lá!), es tremendo mecánico y un trabajador estrella (de escritorio y de campo) como para ganarse todos los meses el premio al empleado del mes. También sabe hacer cometas con menos insumos que MacGyver. Medio año de mal comer en su caminata desde Colorado hasta Carolina del Norte (unos 2321 kilómetros) no incidió en su peso ni deterioró su complexión muscular. Tampoco afectó su look. Clayton lo ve como un hippie piojoso, pero las universitarias, Beth y el resto de las mujeres de la historia lo ven como un tipo enigmático, atractivo y sexy.
Y encima un día de estos se va a ganar el Premio Nobel de algo. El tipo es brillante. Para decidir donde y como buscar a Beth, Logan hace una impresionante demostración de experticia en demografía, población y estadística, todo con cálculos mentales. Ah, pero la cerecita en el postre es que Logan estudió Antropología porque "quería ser un tipo interesante". ¡¡¡¿¿¿???!!! Es que me deja sin palabras.
Dicen que en la secuela le enseña a hablar a Zeus.
;) Saludos!
jajajaja, si que me han hecho reir! El club tiene otra dimensión con este blog porque nos hace la lectura más atractiva y les digo...me encanta su sentido del humor! Tengo que ver Rambo! Confieso no la he visto nunca. Ya hasta pena me da decir que me gusta Logan, ejejej, pero podía uno resistirse a tanta perfección?jejeje
ResponderEliminarGracias por sus comentarios. Sobre lo que dice Henry:
ResponderEliminar¡Cómo han jodido a tantas generaciones con ese enfoque retorcido de las relaciones y su manejo estereotipado y utópico de los personajes!
Este fenómeno alcanza en Estados Unidos extremos ridículos. Yo he visto textos en Internet como este (escribo de memoria, pero juro que era así):
Conocí a un chico y era muy guapo, inteligente y divertido. Tenía un buen trabajo y era buena persona. Conectábamos en seguida y nos encantaba conversar.
Sin embargo, cuando lo conocí, no sentí campanas de angelitos, ni mariposas en el estómago. Esto me torturaba, pues pensé que no era el indicado ("The one"), pues siempre imaginé que mi príncipe haría mover la tierra bajo mis pies.
Oré intensamente a Dios para que me diera una guía si él era el hombre de mi vida. Como no recibía respuesta, decidí que no era el indicado y corté la relación.
Eso fue hace tres años. Por amigos comunes, supe recientemente que está casado, lo que me deprimió. Yo sigo soltera pero no he encontrado otro que me guste como él. Pero sigo orando y sé que, cuando Dios así lo desee enviará ese hombre que hará realidad todos mis sueños
Como dicen los gringos, "fucking unbelievable".
Que buena historia! Pero qué mujer influenciada por la cultura occidental no sufrió el Síndrome de Cenicienta? Yo lo padecí y lastimosamente llega a afectar tu percepción del sexo opuesto en gran manera. No logré ser plenamente feliz en una relación hasta que me deshice de ese síndrome y aprendi a amar a un humano, un ser de carne y hueso que se equivoca, y que bueno que se equivoca! Eso quiere decir que es auténtico y que lo que estoy conociendo de él es real.
ResponderEliminar