Estoy aquí tratando de no perder el ritmo de la lectura que llevan ustedes de forma presencial. En esa lucha, me he propuesto leer todos los libros que se programan desde que entré al club y, hasta el momento, son pocos los que no he podido leer. Esto ha sido posible, gracias al apoyo que ustedes nos dan a los que seguimos el club, casi que obligatoriamente de forma virtual, por medio del envío de los archivos de los libros. Este mes, no ha sido la excepción, he leído "De ratones y hombres" de Steinbeck, el cual me pareció un libro interesante, aunque no del tipo de libros que yo prefiero.
También leí a Rulfo y su obra "Pedro Páramo". Seré sincero. Cuando vi que ese libro había sido elegido para las lecturas del mes de Agosto, me supuso, al igual que para Stephanie, un enorme reto... ¿por qué reto?
Lo primero que se me vino a la mente, fue el recuerdo de aquellas tardes del año 1995, mientras estudiaba mi bachillerato en mi natal Ahuachapán, cuando gracias a mi profesor de Letras descubrí, que las letras sería algo que me apasionaría para toda la vida. Recuerdo que en aquella ocasión, mi profesor, el Sr. Mayorga, nos puso en las manos a cada estudiante, el libro que nos correspondería exponer como prueba del mes.
En mis manos (y no sé si mi profesor sabía el reto que estaba dejándome caer), cayó la historia del Sr. Páramo y desde que vi las primeras hojas del libro, supe que esa sería una lectura difícil y extraña. Lo primero que provocó en mi fue un desconcierto atroz. No hallaba por donde lograr que la trama me entrara a la mente y sobretodo, que me generará interés.
Esta vez, Rulfo me sumergió, así como lo hizo hace 22 años, en un mundo de soledad fantasmal, rumores, murmullos y muerte; que esta implícita en la obra, para dondequiera que se vea. No sé si Rulfo lo hace adrede, posiblemente sea, equivocada o no, la mejor técnica que él encontró para atraer nuestra atención a la lectura de su libro y que esta generara, la imperiosa necesidad de que nosotros como lectores, le colaboráramos en el difícil reto de ir armando nuestra propia cronología de la historia para entender su mensaje. Es la única forma que se me ocurre, de entender una historia, en la que el pasado y el presente se confunden con suma facilidad, en donde los personajes se llegan a mover en un tiempo sin tiempo a la vez, y que presenta un nudo y una trama que parecen sencillos, pero que poseen al mismo tiempo, una estructura desordenada e invertebrada, que te obliga a poner suma atención en los detalles, si no quieres quedar perdido en ella.
Aún así, difícil o no, me parece una obra con una energía que resalta y que logra mezclar lo real con lo fantástico y eso es lo que en cierto modo, la vuelve alucinante. Será por eso seguramente, que los críticos la sitúan entre las más notables novelas de la literatura en Latinoamérica. Conclusión: El reto fue en cierta forma superado en este 2017, respecto a lo que significó en aquel 1995, aunque aún guardo mis reservas.
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