Por: María Ofelia Zúniga
¡Buenas tardes club!
Entonces, le llegó el turno a la Gioconda de Nicaragua con el libro “Sofía de los Presagios”.
Qué lástima que no voy a estar en estas semanas para comentar con ustedes, pero a continuación les dejo un extracto de algunos textos sobre la escritora que podrían ayudar a comprender el porqué de su novela, etc.
¿Cómo empecé a escribir? / Por Gioconda Belli
¿Cómo empecé a escribir? ¿Qué me llevó a hacerlo? ¿Cómo fue pasar de la poesía a la novela? Muchas de esas preguntas que mis lectores me hacen, las contesto aquí, en esta charla que di en Managua en el ciclo de El Autor y su Obra que patrocina el Festival Internacional de Poesía de Granada.
Muchísimas gracias a Blanca Castellón por esa bellísima introducción hecha con tanto cariño. Gracias a todos por estar aquí. Conozco muchos rostros en el público; rostros que me han seguido y a quienes he seguido por muchos años; personas queridas que, a través de los tantos vericuetos de la vida, me han ayudado a ser quien soy.
Entre las muchas leyendas urbanas que se cuentan en un país pequeño como el nuestro, hay varias que me tienen a mí de protagonista, porque a falta de artistas de cine, aquí los personajes públicos son los políticos, los borrachos y los poetas.
De las historias que cuentan de mí, una de las más simpáticas es la que asegura que este pelo abundante que tengo es en realidad una peluca, porque yo soy pelona. Y es que en realidad lo que pasa es que yo tengo una prima bellísima que es pintora que se llama Patricia Belli, que por una enfermedad que se llama alopecia no tiene ningún pelo en la cabeza, entonces han mezclado a Patricia conmigo y han creado esa síntesis.
Otra de esas leyendas, que me contó Helena Ramos, es de un señor que le dijo que había trabajado de chofer en mi casa, y que yo escribía desnuda, y que cuando yo quería tomar agua o algo así, pedía con gran naturalidad, desnuda, que me trajeran el agua o que me trajeran la leche, o que me trajeran el almuerzo. Seguramente ese señor oyó que yo escribía poesía erótica y pensó que el erotismo era andar desnudo. Esa historia que me pareció genial por cierto.
Pero la leyenda urbana que más me gusta y que más a menudo se repite y me repiten es la que me atribuye una gran valentía. Me dicen: “Usted es una mujer valentísima.” “Que valiente que sos, que atrevida, que lanzada…” y cosas por el estilo. Que me concedan esa cualidad siempre hace surgir en mi cara más íntima, ésa que solo yo veo en mi espejo interior, una sonrisa mezcla de pasmo y de satisfacción. Y es que eso de que soy valiente refleja una realidad distinta a la que yo me he enfrentado en la vida, a la que me enfrento constantemente. Porque yo no soy una persona sin miedos. Al contrario, he sido tímida, introvertida y con tendencia a la reclusión.
Mi deporte favorito es leer tendida cuan larga soy ya sea en un sofá o, mejor aún, en la cama. Le tengo miedo a los aviones, me da nervios hablar en público, me afligen las conferencias. Desde que tengo conciencia, mi vida ha sido un enfrentamiento a muerte con ese miedo. No me gusta tener miedo. La vida con miedo solo puede vivirse a medias. Con miedo uno no puede realizar todo lo que es, ni vivir su pleno potencial. El miedo paraliza y esconde, de ahí que uno de los objetivos más importantes que me planteé desde joven, fue perder ese miedo, hacer todo lo que me daba miedo y no dejar que el miedo me venciera.
Recuerdo por ejemplo que a mi papá todos en mi casa le teníamos terror, porque mi papá era un ser bien dulce pero bien bravo, y entonces cuando yo tenía como 12 años me pregunté “¿porque le tengo tanto miedo a mi papá?”
Cuando me tocaba ir de la casa al trabajo de mi papá en el carro con él yo quería hablarle, me preguntaba a mí misma ¿por qué es que voy a ir tan calladita? Quería hablarle pero no sabía de qué hablarle, entonces un día de tantos decidí perderle el miedo a mi papá, dispuse empezar a contarle chistes, a ganármelo. Esa fue la primera vez que me di cuenta de que podía perder el miedo. Mi papá reaccionó de una manera linda, y no sólo se rió conmigo, sino que, desde entonces, nuestra relación cambió. Se volvió mi mejor amigo, se le quitó toda esa coraza que él aparentaba frente a nosotros.
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A continuación les dejo un enlace de una entrevista a Gioconda Belli que se le hiciera para un artículo de la revista Chasqui – Revista de literatura latinoamericana- donde se le preguntó sobre el libro “Sofía de los Presagios”, y ella contestó que es su segunda novela (después de “La Mujer habitada”) y que su intención era escribir ficción, algo que la sacara del ámbito político, probarse que era capaz de escribir una realidad ficticia y de hacerla vivir y tocar otra área de la feminidad.
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También encontré estos otros enlaces que pueden ser de su interés:
¡Saludos y muchas gracias por todo!
¡Besitos!
Gracias por el dato Ma. Ofelia... Yo igual lastimosamente no pude asistir a las discusiones, asi que aprovecho para darles mi apreciación por aquí.
ResponderEliminarEl libro tiene mucho de realismo mágico, que por cierto es uno de mis géneros favoritos. Lo que más me gusto del libro - a parte de mi personaje favorito: Xintal - es que todavía hoy no se si me agrada o no el personaje de Sofia. Pase del amor al odio en cuestión de 1 capitulo y viceversa. Al final creo que me inclino más por el SI que por el NO. SI me gustó. Gracias por la recomendación. Saluditos a todos.
Sí, la parte del realismo mágico me gustó mucho a mí también. Esa parte de los rituales y cosas de "brujos" me parecieron interesantes.
ResponderEliminarCon respecto a Sofía, fijate que a mi no me simpatiza, sin embargo, creo que el personaje está bien hecho. Me parece una representación bien lograda de una mujer pueblerina, sin mucha educación más que el bachillerato, dominada por las pasiones y sobretodo por los traumas del abandono y otros parecidos, a quien le sobra el dinero para hacer y deshacer a su antojo. Así que los exabruptos que tiene y algunas excentricidades que se le pueden achacar, creo yo que son creíbles por las características del personaje.
Lo que yo más rescato son los diálogos. El tono de todos, exceptuando quizás un poco a Jerónimo, son propios del campo de nuestros países, y eso me pareció bien bonito porque es como sentir que los personajes pueden ser cualquiera de nuestra familia, que sus ojos han visto nuestros volcanes y sufren nuestros mismos calores!! jajajaja
Les comparto el comentario de Ángela Pinto:
ResponderEliminar"Es cierto,como personaje Sofía da la impresión de una mujer que por un momento se acomoda y se casa, y después lucha para no ceder a la opresión de su marido macho...
El realismo mágico me parece más bien una parte real de la vida de los pequeños pueblos donde todos se conocen y los brujos, como siglos atrás, eran parte importante de la vida, y en lugar de buscar su proprio destino con decisiones, se buscan signos del destino a través de brujos... ¿es como buscar horóscopos en el diario?
Claro, el verdadero realismo mágico de Gabriel García Márquez es inimitable, pero es cierto, no cae mal en Sofía de los presagios...
Me leí el libro en una semana,o sea que a pesar de tener 600 páginas (me asustó al principio) se logra leer con cierta facilidad...
Un poquito más complicado es "El cuerpo en que nací" de Nettel, por ser una autobiografía a veces cae en lo aburrido, pero la historia revive el abandono, la soledad, la diversidad de las personas y los líos de una emigración, no importa porqué se emigra, si una vez era por un mejor futuro (que así es casi siempre) o por otra condición...
Feliz reunión,
Ángela"
Gracias por compartir la entrevista María Ofelia. Al igual que ustedes, no he podido asistir a las reuniones del Club en este mes que recién ha finalizado; pero quiero aprovechar comentarles un poco sobre mis impresiones de esta Novela.
ResponderEliminarEn lo personal, el libro me parece entretenido, leí una versión física que tiene cerca de 23 años y me da nostalgia por el valor sentimental del mismo, pues es un obsequio de alguien que admiraba mucho.
Sobre los personajes, me encantan las brujas Carmen y Xintal, con sus rituales de veneración a la tierra, filtros, pomaditas y todo lo demás que le impregna esa atmósfera de misticismo a la historia, característico del Realismo Mágico.
Sofía no me agrada mucho por esa volatilidad de carácter típico de una niña maleducada, me sacó varias veces de mis casillas; igual es un personaje bien hecho. Admiro esa resistencia suya para aguantar al energúmeno de René, que verdaderamente representa con lujo de detalles la imagen de hombre machista del campo. Finalmente, la eximo un poco de culpa a Sofía, porque se reivindica al término de la novela.
De la narración rescato las estampas del Diriá, su iglesia, las haciendas, el atardecer, el Mombacho y la densidad de su vegetación... Sin faltar las típicas viejas chismosas Teresa y Patrocinio que de verdad tienen esa lengua bífida, estilando ponzoña por doquier.
Para concluir, considero que es un libro bueno, no es precisamente una joya literaria; pero se divierte una con las historias de los personajes. Espero poder verlos pronto. ¡Hasta luego!
P.D.: El terremoto fue lo máximo ¡Jajaja! Ya quisiera darle ese tipo de sustos a algunas chismosas conocidas.