viernes, 28 de julio de 2017

El Hierofante Inesperado: Una Carta



San Salvador, 28 de Julio, 2017


Antes de todo debo confesarte que no había tomado las cosas muy en serio. Ponerme una pistola en la cabeza y escupir algunas palabras sobre mi falta de tacto o conocimiento sobre con quién estaba lidiando realmente no es una estrategia para presionarme a escribir. Por un momento, y lo admito, el haber encontrado muertos a unos cuantos compinches estuvo a punto de doblegarme, pero al pensar fríamente sobre el asunto, este juego del homicidio, de cuerpos ensangrentados e hinchados, ya han comenzado a rayar en un convencionalismo que no hace más que incomodarme; y esto, por el hecho de que tales 'masacres' solo me dejan con la incomoda duda de: ¿Quién será el pobre diablo que tendrá que limpiar el asqueroso desorden de estos vulgares ejemplos de maldad? Veo necesario recordarte que el exceso de una facultad, sin importar su índole, siempre termina arrancado los encantos que alguna vez nos pudieron congelar. Por eso, los cuerpos flácidos, los ojos blanqueados y el olor a mierda de los cadáveres que alguna vez fueron vidas que compartieron el tiempo conmigo, y la nota – que me resulto un intento repulsivo de intimidación gansteril de tu parte – “A., Escribe sobre Faulkner”, fue demasiado melodramático, una cosa carente de gusto. Por eso, y te lo hago saber con cierto reproche, no había escrito nada.

Si esta carta está ahora en tus manos es porque que fuiste lo suficientemente aguda, mordaz e ingeniosa, para sacarme del letargo y la apatía que me habían provocado tus presiones y amenazas. Así que no tengo opción, hablemos de Willy.

Primero es necesario volver a aquella covacha y a las reuniones donde salió el tema de Faulkner. Solo recordar el bullicio del lugar, el agua teñida con vegetales que solía pedir y el bloque de levadura barata que servían por pan, aún me provocan nauseas. ¿Lo recuerdas?

Faulkner, de quien a lo mejor se podría decir mucho, solo me interesó en una forma en aquellos días. Podes culpar a mi poca educación o a mi incapacidad de apreciar el arte, pero creo que este interés tiene relación con algo así como los instintos, algo que está amarrado a la fatídica vida que tengo que cargar. 'Santuario', 'Santuario', 'Santuario'. “¿William, en qué diablos estabas pensando cuando llamaste así a tu libro?". Esa pregunta me obsesionó desde el principio, me encerré en eso y nada me movería de ahí. Por ello no puedo mencionar nada más de libro, porque realmente nada más me importa.

Santuario.

La verdadera función de un título, e imagino que lo has logrado sospechar desde siempre, radica en que este deja al descubierto el límite territorial del texto; por decirlo de otra forma, es el ojo con el que se deben de ver las cosas. Es por eso que no creo, en ningún momento, en que haya tal cosa como discordia entre el título y el texto. Si el sumbitch de Faulkner nombró a su texto con una palabra que aún logra connotar a lo sagrado y lo divino, es porque el libro es acerca de lo Sagrado y lo Divino. Dime ¿por qué habría de resistirme a lo que es evidente? Claro, y eso lo sabes muy bien, la disonancia no es entre Faulkner y Faulkner, el problema es entre Faulkner y la concepción de lo sagrado y divino del que se topa con el libro. Haber, contéstame ¿desde cuándo lo sagrado se fundió con la benevolencia o lo moralmente aceptado? Tengo la sospecha que nuestra generación, masa asquerosa de moscas que solo buscan pegarse a la comida, aún no esté lista para aceptar que eso a lo que llaman bondad solo es un mal que se ha logró alzar y puso su negro trasero hediondo encima de nuestras caras. ¡Respiren ahora tontos!

La novela órbita alrededor de Popeye, un tipo simpático, y momento, se lo que puedes estar pensando, con 'órbita' no quiero hacerte creer que no he sido lo suficientemente astuto como para no darme cuenta de que él no es el protagonista. La ramera y el abogadillo, a todas luces, se convierten en ejecutores del proceso narrativo de Willy, pero aún y con sus breves avistamientos, como si se tratara de un cometa milenario, Popeye es capaz de hacer de las suyas en todo el texto aún sin estar presente. Las acciones de Popeye son lo suficientemente colosales para generar grietas en el cuerpo del texto. Ese amorfo ronda los surcos que se hacen entre los párrafos y habla aún sin tener voz. La única forma en que puedo asimilar estas capacidades etéreas es en términos religiosos, ya que en ningún otro lado encontraremos palabras más precisas que nos ayuden a cercar la inmensidad de Popeye.

El libro se convierte en acontecimiento justo cuando Popeye ejerce un acto sobre el plano de la realidad; es decir, y presta atención en esto: El trabajo de Will solo fue el de congregar a todos nuestros personajes en un espacio físico común, lugar al que todos acceden con tal densidad que cualquiera podía apoderarse del libro. La construcción aislada de cada personaje al inicio del libro nos demuestra las capacidades religiosas de Faulkner para crear santos, sujetos ‘apartados’, que se ‘alcen’ por sobre los otros, ya sea por los atrios de la estupidez, la rebeldía, la simpleza del hombre común, del blasón de la justicia o por el sendero de la más brillante de las maldades.

Ahí donde los personajes de William convergen es el Santuario, el lugar donde peregrinan los santos, el lugar donde se alzan los dioses. Y tu y yo, como los necios que somos, solo se nos permite observar. 

En este encuentro de santos, que más lo percibo como un vórtice de deidades, como múltiples colores intentando acomodarse sobre una sola camba, Will, en lugar de ofrecer una respuesta ecuménica, sincretista o algún variante politeísta, escoge la prevalencia de un solo Dios, de un solo color. Dios que al revelarse deja en evidencia la falsedad de los otros santos y profetas. Popeye trepa sobre la divinidad de los otros santos y con esto: La transformación, el juicio, el acto de creación del Dios único. Desde Akhenatón, Heliogábalo, Moisés y Mahoma, la tradición monoteísta se revela en Popeye, que así como sus predecesores no dudó en expurgar el Santuario de otros dioses y de convertir los muchos cultos en uno solo. En este acto, que se apresura a ser tildado de extremista o fanático, existe una doctrina oculta y enmarañada. Hacer que Todo sea Uno, lograr que todas las formas quepan en una, antes que agresión, hacer eso requiere el conocimiento de todas las formas, de sus dinámicas y sus orígenes para poder llevarlas nuevamente hasta la fuente, a la sucia placenta en la cual crecieron.

Lo sagrado siempre será el efecto de la separación de lo Uno por sobre todo lo demás; luego alejarlo, para que solo desde la distancia sea posible su contemplación. ¿Me creerás ahora cuando te diga que no hay cosa más divina que ver a un hombre con una sola pierna? ¿Sabes que es lo que tengo en mente? Averiguar qué tan brillante es la santidad que emana una casa corroída por el tiempo en medio de la nada y encontrar la belleza en un hombre que muere ahorcado cuando lo único que quiere es acomodarse el cabello. Santo. 

Hay más en todo esto.

El monoteísmo en Popeye alcanza registros peculiares. El tema de los sexual es una de las cosas que deseo tratar con urgencia. Cuando Popeye le destruye el chocho a Temple con la mazorca, este deja en evidencia que para estos gajes no se necesita una polla dura, ya que él, como el Único, puede modificar las cosas, la carne, solo con el uso de la palabra. La mazorca es un símbolo, una palabra que representa el contenido que es el falo. ¿Ahora entiendes mejor el porque una palabra puede ser hecha carne? En Popeye convergen las formas del sexo, al estar castrado es Uno que es en potencia todos los sexos, igual que el mariquita de Heliogábalo. No quiero cerrar este tema sin dejar en evidencia que Temple es un Templo hasta que Popeye la fornica con la mazorca. ¿Porqué? Por que hasta ese punto ella se convierte en el espacio donde la palabra de Dios resuena. Hace eco. Tiembla. En este mismo sendero te puedes dar cuenta que Popeye, aparte de Santo, es un espacio simbólico que se sobrepone al espacio físico en el que se da el encuentro, ya que el lugar de la transformación y el Juicio es en Popeye, no más. Todos los personajes, si acaso se relacionan, es a través de Popeye, por medio de los efectos de su palabra y su voluntad.

El resto de santos de madera hueca y de cera ordinaria son modificados por la intervención del Santo, el único. Tommy que intenta esconder su poca utilidad, Lee que lucha por acceder a algo más, Temple que no encuentra la forma de ser lo que desea ser y Benbow que se resiste a admitir la victoria de la oscuridad, son perfeccionados, trabajados en las manos del Santo. Él hace de ellos lo que realmente son. El inútil realmente es un cadáver. La trascendencia es hacer de un don nadie un alguien. Se es ramera siendo La Ramera. La oscuridad siempre fue más que la luz. Hijos de Dios. Marcados desde el nacimiento, hechos para un propósito: Hacer que el Dios, el único, emerja como un Sol y que nada puede ser más allá de su esplendor.

Es un hijo de perra, no puedes contradecirme con ello. ¡William Faulkner es un bastardo!


Por el momento es lo único que puedo escribir, no lo mal entiendas, no es que no pueda comentarte más, pero simplemente hay cosas que vuelven espesa la sangre, que martillan la cabeza y que endurecen el corazón, como los besos de Satanás o como tu acto Sagrado de hacerme escribir.

No puedo cerrar esta carta sin mencionarlo, pero el detalle fue precioso. Haber enviado 'eso' fue lo suficientemente acertado para hacerme escribir inmediatamente. Aquí, junto a mi, esta la mazorca. El color marrón aún parece fresco, y mis piernas se empiezan a podrir por no utilizarlas desde que vinieron los dos gorilas con ese mensaje:


"A., 
creo que no había entendido del todo el asunto. La única forma de hacer que escribas sobre Faulkner, es que seas lo suficientemente puro y digno de él. Así que te ayudaré. Estos dos, llevan una mazorca en el bolsillo. Y bueno, no creo que exista otra forma de hacértelo saber: 
pero solo hay un lugar donde la mazorca puede entrar".



¡Que glorioso fue aquello!



A.




martes, 11 de julio de 2017

La intrincada situación de todo Club

Para L.
__________________


En la fotografía, imperceptible debido a que ocupa un espacio al fondo del salón, 
Maximiliano Ravidabia; Maestro Masón, según el ritual de York. 
Logia 'La Aurora', Madrid, España (1925).
________________

El siguiente texto pertenece al tomo VI del Partum Magnum Mysterium del versátil y desconocido escritor, Maximiliano Ravidabia. 
________________

Aunque podríamos sospechar que viene puntuado desde la filogenia, que no es estrictamente una característica de tipo animal sino que esta arraigada a toda entidad biológica y se manifiesta como una σύνβίωσις previa a cualquier forma de gregarismoel Club ha de encontrar su origen en determinadas fractalidades de la vida social, las cuales, por sus características y su marcada incongruencia con el resto, se vieron en la tarea de institucionalizar su lenguaje, sistematizar sus métodos de aprehensión y unificar sus ambiciones. De esta forma las 'pequeñas' sociedades encontraron la justificación de hacerse llamar orden, hermandad, fraternidad, logiacírculo, cenáculoconciliábulo o Club.

La palabra Club parece ser el resultado de los accidentes inherentes al lenguaje, a su inestabilidad intrínseca e independencia de la realidad del hablante. Los registros de la Asiatic Society indican que su fundador, Sir William Jones, estableció la etimología de la palabra 'Club' en la voz indoeuropea Klubba. Posteriormente, el francés Gaston-Laurent Coeurdoux, que llegaría a ser el pilar del impresionante trabajo de Jean-Francois Champollion con los jeroglíficos egipcios, precisó que Klubba es de raíz germánica; y que el uso de la palabra es destacado en Suecia, donde la palabra funciona para designar lo hacinado y aglomerado. No es de extrañar que Klubba connote las palabras masoarma con maza masa aglomerada vinculada a un haz. 


Con audacia, sobretodo pedagógica, se puede disponer que Club hace referencia a un cuerpo aglomerado en torno a un eje o centro.

Aunque es difícil identificar el momento en que la palabra comienza a responder a su disposición actual, se pretende dilucidar en el presente estudio las razones que hacen funcionar a estas masas aglomeradas. A lo mejor, en esta praxis, sea posible encontrar una genealogía que nos permita esbozar su naturaleza, desenvolvimiento y τέλεος. 

En la obra del inglés Robert Seymour reside el primer indicio de la tarea aquí propuesta. Reconocido ilustrador de los ligeros gustos del típico hombre británico, Seymour llegó al conocimiento de los clubes alrededor de 1828, a través del contacto con la tradición oral de su región. En las charlas informales en parques y bares, era común escuchar acerca de las hazañas de caballeros pertenecientes a una sociedad llamada Club Nimrod. Las historias acerca de este club hacen mención que sus miembros se dedicaban a cazar en el bosque de Epping, fronda que limita entre Londres y el condado de Essex; y aunque en esos relatos nunca se detalla la técnica de caza o los tipos de presa predilectos del Club, todos convergen en que sus miembros utilizan mantos escarlatas y máscaras de cérvidos para llevar a cabo sus acciones. 

Si bien, Robert Seymour jamás describió abiertamente estas cuestiones al momento de publicar algunas de sus ilustraciones 'deportivas' - las cuales tenían como base el espíritu atlético del Club Nimrod - fue lo que llevó a Dickens a consentir trabajar junto a él bajo la administración de Chapman & Hall, en una publicación mensual que tuviera como argumento la aventuras de los miembros de un Club en 1835.


Ilustración del Club Pickwick por Robert Seymour (1836).

La experticia literaria de Charles Dickens, quien tan solo contaba con 24 años de edad, era lo suficientemente acertada para interpretar y traslapar los secretos recolectados del Club Nimrod bajo la cándida apariencia del aristócrata Samuel Pickwick y su club. Este trabajo en conjunto, terminaría inmortalizado sobre una serie de disgustos e intereses mezquinos de tipo editorial, en la que ahora se entiende como la primera novela de Dickens, The Posthumous Papers of the Pickwick Club.

Una situación análoga se dio pocos años después en Francia. Alexandre Dumas, a finales de 1844, después de 7 entregas, daba por terminado Les Tris Mousquetaires. La duodécima novela de Dumas recorre las idas y venidas de D'Artagnan en la carrera por convertirse en miembro oficial de la guardia monárquica, y junto a él, aparecen Aramis, Athos y Porthos; los cuales se encuentran hacinados y aglomerados entorno a un pour tous, tous pour un. A pesar de no figurar en la obra de Dumas, club parece ser el concepto más adecuado para denominar a esta camaradería. 

El aporte de Dumas al estudio de los clubes descansa en el capítulo XLII, Le vin d'Anjou, del relato ya citado. Este episodio se convertirá 150 años después de su escritura, en el viacrucis de Lucas Corso. Si las investigaciones de Pérez-Reverte acerca del bibliófilo Lucas Corso llegan a ser acertadas, en 1993 se estarían publicando algunos datos del críptico Club Dumas. Este consorcio en particular, cuyo año de fundación no ha sido posible identificar, se caracteriza por la devoción a Dumas y su obra. Tal es esta dedicación al francés, que a parte de conocer los detalles más efímeros de su vida privada, han logrado reconocer que en el genio de Alexandre Dumas hay más que un literato. Entre los secretos que Lucas Corso desvelará de las entrañas mismas del Club Dumas, están el vicio del francés por hacerse del trabajo de otros escritores para complementar sus voluminosos textos, y la simpatía que este profesaba al tratado de Aristide Torchia, De Umbrarum Regni Novem Portis; del que se encuentran tributos desperdigados en toda su obra, sobretodo en Les Tris Mousquetaires, capítulo XLII. 


De Umbrarum Regni Novem Portis, traducido como Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras, posee la cábala para congregar a los demonios y someterlos a la voluntad humana. El texto de Torchia, el cual lo llevó a la hoguera inquisitorial en 1666, es simiente del desdeñado libro el Delomelanicon; el que resulta casi imposible no asociarlo con el escrito de Abdul Alhazred, el Al Azif, que data de 730 d.C. Es probable que esta relación de Dumas y el culto esotérico, visto en su forma más profunda, pase desapercibido en la faena de Pérez-Reverte.



Portada del De Umbrarum Regni Novem Portis
escrito por Aristides Torchia (1666).
_________________

Sobre el Delomelanicon, el desciframiento del De Umbrarum Regni Novem Portis y un estudio exhaustivo de los sistemas místicos esotéricos occidentales y orientales, se recomienda la consulta del Tomo XIII del Partum Magnum Mysterium de Maximiliano Ravidabia (N. del T.)
________________


Las seducciones de grimorios y escritores no han sido únicamente de pocos, curiosamente y siguiendo las pistas del club en el viejo mundo, existen rastros de un club en España que profesa compromiso y fidelidad al recientemente fallecido Howard Phillips Lovecraft, llamado Club Lovecraft. Se tiene conocimiento que Leonardo Pacheco es quien encabeza la dirección del club, y que por desconocidas fortunas dará con el paradero del libro de Alhazred, el cual descansa en Toledo. Aparentemente, esta copia que yace en tierras toledanas, responde a la misma que desapareció en 1932 de la biblioteca de Miskatonic University; la misma entidad académica que patrocinó las famosas y misteriosas investigaciones de 1931 en la Antártida, bajo la dirección del Dr. William Dyer.

Posiblemente el Emblema del Club Lovecraft, 
diseñado a partir de las descripciones de Tomislav.
Miembro 'accidental' del Club Lovecraft.

Junto a estos clubes que orbitan alrededor de figuras prolíficas, existió un club homónimo al escritor florentino Dante Alighieri, en Boston de 1865. Los ficheros policiales de la ciudad citan el trabajo del detective Nicholas Ray en el caso de los asesinatos seriales que compartían homogeneidad con los castigos infernales explicados en La Divina Commedia. La información de estos asesinatos quedó soterrada bajo el alboroto social-político que dejó la finalización de la Guerra Civil y la muerte de Lincoln. Los archivos mencionan que Nicholas Ray se hizo de la ayuda del Club Dante, grupo conformado por poetas y profesores de Harvard, para construir hipótesis criminológicas que permitieran anticiparse al asesino. El club se encontraba bajo el liderazgo de Henry Wadsworth, el primero en realizar una traducción al inglés de La Divina Comedia. 

El Club Dante no es él único que destacó en el ámbito público, la recopilación del Dr. Watson sobre el desempeño profesional del detective privado Sherlock Holmes, refieren a la existencia de uno de los clubes que se distingue por su injerencia en temas políticos y sociales. El Club Diógenes, fundando por Mycroft Holmes, hermano de Sherlock, se desempeña, debajo de sus excéntricas apariencias, en asuntos de consejería y dirección en temas de seguridad de la corona inglesa; lo que representaría el arraigo del mayor de los Holmes en la tradición de la 'consejería Real' propuesta por el Dr. John Dee desde 1559. 


Muchos han sido los logros del Club Diógenes en lo que respecta a temas de seguridad nacional, pero en este estudio se cree meritorio citar los dos más importantes. El primero es la conformación del programa The Extraordinary League of Gentlemen, cuya historia puede encontrarse en las crónicas del no reconocido caballero de la corona Sir. Alan Moore; y el segundo, es el diseño y la ejecución del sistema de entrenamiento militar conocido como J.B007. Estos programas de seguridad han sido propuestos por el Club Diógenes con la única finalidad de suplir la ausencia de Sherlock Holmes que viene desde 1893. Actualmente, se sabe que The Extraordinary League of Gentlemen tendrá su disolución hasta principios del Siglo XXI, y el J.B007, el cual alcanzara su total madurez bajo la dirección de Ian Lancaster Fleming, fortalecerá las operaciones del Servicio Secreto Inglés en las modalidades MI5 y MI6.


Una de las características fundamentales del Club Diógenes es la presencia misma de lo ausente. Esto, que podría tildarse de un recurso sacado de la filosofía hegeliana, parecer funcionar como un procedimiento de selección de miembros que se ajusten a ciertos patrones psicológicos, necesarios para el desempeño de la misión del clubEl imperativo del silencio dentro club, su principal cualidad, elude a 3 normas para cada uno de sus integrantes. El Dr. Watson, en su remembranza del caso El intérprete griego, recrea una de las conversaciones con Sherlock Holmes, quién expone el normativo diogenesiano:



"Y es muy lógico. Ya sabe que hay en Londres muchos hombres que, unos por timidez y otros por misantropía, no desean la compañía del prójimo, y no obstante se sienten atraídos por unas butacas confortables y por los periódicos del día. Precisamente para conveniencia de estos se creó el Diogenes Club, que ahora da albergue a los hombres más insociables y menos amantes de clubs de toda la ciudad. A ningún miembro se le permite dar la menor señal de percepción de la presencia de cualquier otro. Excepto en el Salón de Forasteros, no se permite hablar en ninguna circunstancia, y 3 faltas en este sentido, si llegan a oídos del comité, exponen al hablador a la pena de expulsión. Mi hermano fue uno de los fundadores, y yo mismo he encontrado allí una atmósfera muy relajante".


Extraído del caso El intérprete griego, publicado después de la 'muerte' de Sherlock Holmes en 1894.

Archivos del Dr. John Watson.


Posterior a la 'muerte' de Sherlock Holmes,
el Club Diógenes imprimió y distribuyó la normativa en una pequeña tarjeta a todos sus miembros. 


Más allá de sus extravagancias, la lección del Club Diógenes parece orientarse a la necesidad de que todo club trace contornos que delimiten el accionar o movimiento de sus miembros; necesario, aún y con toda la sensación de unidad que los clubes evocan por naturaleza. En Estados Unidos, con propósitos totalmente opuestos al club insular, se encuentran 2 clubes que destacan por su devoción y respeto a las medidas de control de la conducta. 

Se conoce por limitadas investigaciones, pero altamente acertadas, sobre la presencia de un club titulado el Club de los Viudos Negros, cuyas directrices son: No aceptar mujeres dentro de las reuniones, así como establecer limitantes para la comunicación con las mismas. Ante esta carencia, el club propone un aditivo exuberante, y es que cada miembro del club por el solo hecho de pertenecer al club recibe el titulo de Doctor. Hartamente curioso es el carácter transitivo de la gerencia del club, ya que en cada sesión se tiene que elegir al presidente. Este, aparte de sus labores burocráticas sujetas a su tiempo, tiene como obligación llevar a un invitado que por defecto recibe el titulo de 'Socio Honorífico', y que funciona como el tema principal de discusión dentro de cada sesión. Ante esta enredada condición de intrusiones a la intimidad, es que nadie del club puede comentar o hablar acerca de sus sesiones o de sus compañeros. 

Se espera que el entusiasmo y genio del amateur Isaac Asimov en relación a este grupo, logren constituir un sólido aporte a la erudición de los clubes. 

El otro club estadounidense del que recientemente se tienen noticias, transgrede la sofisticación de los clubes revisados. Aunque las investigaciones no son conclusivas, hay pistas que sugieren que este club, conocido como Fight Club, se identifica por la falta de un domicilio fijo, realizan sus reuniones en sótanos o espacios abandonados, y además, la mayoría de sus miembros pertenecen a esferas sociales de clase trabajadora. El carácter beligerante que tanto el nombre, localidad y miembros confieren a este club, se ve intensificado con su objetivo fundamental, la pelea. Si bien, no se tienen datos de primera mano sobre el funcionamiento del club, hasta el momento se conocen algunas reglas que determinan su proceder. 

La siguiente información no se encuentra cotejada y por defecto puede estar incompleta. Por lo tanto será citada únicamente como referencia de la posible normativa del club. 

Las reglas del club de la pelea, son:

No hablar del club.
Solo luchan 2 hombres.
Para luchar no se utilizan camisas, ni pantalones, ni zapatos.

Si es la primera vez en el club, deben luchar.

En menor proporción que este club dedicado a la lucha, el salvajismo presente en el Club Sócrates parecer difuminarse más con la maldad y lo diabólico. Las pesquisas de Gyles Brandreth, versado en la obra de Oscar Wilde, le han llevado a publicar algunos acontecimientos que hasta el momento habían permanecido únicamente en secreto y rumor acerca de la vida del irlandés. Brandreth, en un osado manuscrito titulado Oscar Wilde and a Death of No Importance, describe uno de los momentos más complicados para el Club Sócrates, fundando por el propio Wilde y distinguido por reunir a miembros como Arthur Conan Doyle, Bram Stoker, el Marques de Queensbery y Robert Sherad - para ampliar, Brandreth, acérrimo creyente del testimonio de un vulgar cochero londinense conocido como John Netley, popular en el barrio de Whitechapel por asegurar que había trabajado para Jack el Destripador, advirtió que el joven profesor Montague Druitt, uno de los tantos sospechosos de los asesinatos de mujeres ligeras en 1888, fue miembro del Club Sócrates-.  La situación del club en el año 1892, que en razón del letargo y la rutina obligó a su fundador a diseñar nuevos placeres que lograran revitalizar una sensibilidad que parecía ir rumbo a la decadencia, llevó a la invención y a la ejecución de un juego para el placer de sus miembros; el cual, por su sencillez, logró el cometido. 

Según Branderth el juego fue llamado Asesinato. Para jugarlo, cada uno de los miembros del club debía escribir en un papel a quién de sus compañeros quisieran dar muerte con sus propias manos. Como era de esperar de un ambiente en que brotaba la más refinada de las mundanalidades, el juego se extendió de la tinta a la sangre. Algunos de los miembros del club comenzaron a ser asesinados, y el club estableció su postura ante estos hechos interpretándolos como consecuencia imprevista pero lógica del juego mismo. En esta línea diabólica, se debe agregar la investigación de Anne Perry, en la que se intenta asegurar que el asesinato de una prostituta en 1938 en Pentecostés Alley, barrio de Whitechapel - que a más de alguno hizo recordar las atrocidades escondidas en los espacios y el tiempo -  fue realizado por los programas ritualísticos del Club Fuego del Infierno; lo cual repite, asegura y robustece, la idea de que todo club es capaz de generar profundas transformaciones en sus miembros. 

No es necesario aventurarse a pensar que todo club debe transgredir ciertas normas que para todos los hombres son consideradas como racionales. El ejemplo que deja el Club Sócrates o el Club Fuego del Infierno, encuentra su par antagónico y simétrico en tierras parisinas. El Club de la Serpiente, identificado por su disposición a la música, la bebida y las pláticas filosóficas, demuestran su gema y brillantez racional en el excesivo o malsano interés por Ivan Lermolief. La brega de Lermolief se distingue por sus incisivos análisis de las obras de arte a través de los detalles; ya que en los detalles estéticos, que aparentemente carecen de interés en la primera impresión que nos ofrece una pintura - como la proporción de las orejas y la posición de los dedos en una mano articulada delicadamente - es posible identificar el sello característico de un maestro, así como señalar la treta de un copista. 

_________________
Esta actitud hacía los detalles de Lermolief es lo que llevó a Sigmund Freud a configurar su psicoanálisis, y lo que tendría que llevar a los actuales críticos de arte a desechar, con ferocidad, muchas obras fraudulentas que cuelgan en los tabiques de los museos. Ejemplo, La extracción de la piedra de la locura, atribuida erróneamente a Hieronymys Bosch. El método de Lermolief revelaría que el canon no corresponde al modélico del bolduquense (N. del T.).
________________



Ivan Lermolief (1816 - 1891) crítico de arte y foco
del Club de la Serpiente

El Club de la Serpiente expone, y sobretodo cristaliza la exigencia de que en todo club, sin importar su notoriedad o promoción, debe haber un objeto latente, algo o alguien que constituya el centro que articule su principio y finalidad. 

Los ideales de un club por otro lado, en ningún momento deben de estar sujetos a convencionalismos como puede llegar a figurarse el no versado en el tema. La ciencia sobre este asunto es ofrecida por 2 clubes londinenses, The Club of Queer Trades y The Suicide Club. Aquel, dejado al descubierto por el brillante Charlie Swinburne en 1905, relata los sucesos que enmarcan la divertida labor de los hermanos Grant y su vínculo con un club que se rige por la condición de que cada uno de sus miembros, sin excepción, debe subsistir por medio de actividades totalmente novedosas: como el cultivo de pensamientos del Comandante Brown o el contar la verdad sin la necesidad de usar las palabras, del peculiar Profesor Chadd. Y este, que comparte no solo extravagancias con el club de Swinburne, sino que llega hasta el punto de rayar en duplicidad, expone, a través de la pluma del escocés Robert Stevenson, los esfuerzos del Principe Florizel y el Comandante Geraldine por arrancar la esencia misma del Suicide Club; club, en que todos sus miembros comparten el interés por arrebatarse la vida junto a una marcada incapacidad para concretarlo. 



Caricatura de los Hermanos Grant realizada por Gilbert K. Chesterton
(1905, Libreria Británica).

Sobran las referencias, historias y misterios para construir la totalidad de esta clubalógia; como los diarios del Club ingles en Birmania, recopilados por George Orwell, los atestiguamientos del Club Reforma, que sirvió como punto de partida para las 2 travesías más largas de la historia: la vuelta al mundo en 80 días en un globo aerostático y la vuelta al mundo en 79 días en busca de todas las personas que hablan el esperanto; los singulares apetitos de los miembros del Club Epicúreo, que se lanzaron hasta Egipto en busca del pájaro mítico solar, criatura que hasta el momento no figura en ningún bestiario; o la terrorífica odisea de los miembros del Loser's Club con la forma de vida extraterrestre catalogada momentáneamente como IT.

_________________
La única copia existente del manuscrito de Maximiliano Ravidabia, presenta deterioro y la falta de hojas del capítulo presente; por lo que se desconoce sobre la continuidad de las permutaciones del autor en este sector del escrito (N. del T.)
________________


Los testimonios de los miembros del Club de los poetas muertos, encerrados en las anotaciones periodísticas de Nancy Kleinbaum, no solo consolidarán las lecciones defendidas por todos los clubes, sino que llegará a remarcar los efectos éticos y los cuestionamientos ontológicos que yacen en el alma de todo club; y por sobre esto, destacaría la fuerza y la habilidad en que todo club puede llegar a ahincarse en el espíritu humano. 

Por último, aparecen clubes que sus hados deben de estar escritos en los polvos del olvido, de la mortalidad y el silencio. Hay clubes que en lugar de resolver los empantanados misterios de la realidad, o entregarse al 
festín de la indescifrable naturaleza de los hombres, optan por tareas modestas y ordinarias. Se aglomeran entorno a una consciencia nostálgica acerca de la brevedad de la vida, se entretejen sobre las irreparables heridas que dejan las pérdidas, y sellan consuelos a través de las palabras y las historias.

Esto, que a pesar de estar lejos de la inmortalidad y divinidad que llegan a rozar aquellos grupos destinados a la eternidad, se acerca con timidez al centro mismo de todas las cosas. Esto, más que principios o cualidades, son los ladrillos que construyen el extraordinario corazón del Club de la Buena Estrella ¡Gracia y fortuna a todos aquellos que usen el nombre! 

El magisterio de este club es que detrás de seres comunes, sencillos y extremadamente pequeños, en sus pechos en lugar de guardar vida, descansan galaxias que vibran al respirar. 

domingo, 2 de julio de 2017

El lobo estepario, Hermann Hesse



Hermann Hesse 1927 Photo Gret Widmann.jpg
“La soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en el que se mueven las estrellas.” - Hermann Hesse.


Estimados amigos del club de lectura, llegamos a la mitad del año y con ello estamos por iniciar nuestro séptimo libro. En esta ocasión nos encontramos ante la etiqueta de País/Región en la que vamos a aventurarnos dentro de la obra cumbre del autor alemán Hermann Hesse, "El lobo estepario". Aunque nunca he leído anteriormente al autor, propuse este libro pues su temática siempre ha llamado mi atención, cuando una obra toca la temática del existencialismo, siempre nos deja meditando un poco en relación a porque una sociedad funciona como funciona, hacia dónde vamos y si lo estamos haciendo bien, es así que Hesse nos presenta un personaje que intenta vivir al margen de las convenciones sociales, dándole realce a las emociones y sentimientos individuales. 


SINOPSIS

El lobo estepario se dice ser el primer estudio biográfico sobre Hermann Hesse, es su obra cumbre y su novela más desenfrenada e impactante, pues en ella recoge la experiencia de toda su vida, traduciéndose la obra en un dibujo de su existencia.


Como parte de la literatura del siglo XX, está caracterizada por la presencia de individuos pensantes y esclavos del mundo que presentan una conciencia y un mundo interior opuestos a este destino. El lobo estepario nos muestra una época crucial en la mentalidad y en la conducta humana.

Hermann Hesse nos sumerge en un viaje de angustias y miedos propios de la sociedad contemporánea. Nos muestra una humanidad mil veces más sabia que la actual. El protagonista de la novela, Harry Haller, tiene alrededor de cincuenta años y vive en Basilea completamente solo. Allí alquila una pequeña habitación y emplea todo su tiempo a la lectura, la buena música, el vino y el tabaco. Es un personaje huraño, solitario y desconfiado que se comporta como un perfecto licántropo compuesto por dos naturalezas: una humana y otra lobuna. Esta segunda naturaleza es a la que se refiere el lobo estepario, un ser que se mantiene distanciado de toda burguesía y totalitarismo. Este héroe angustiado tiene dos caras y va intercalándolas a la largo de la obra: unas veces es el lobo de las estepas y otras el sonriente Harry. 


La confesión dirige el avance de la obra. Esta confidencia va dirigida a aquellas personas que ven la vida como un camino de experiencias y descubrimientos, no de repeticiones. Es un reclamo para que el hombre empiece a conocerse a través de esa dualidad descubierta por el protagonista y llegar así al fin ideal de todo ser humano: alcanzar una perfecta armonía entre ambas esencias: la corporal y la espiritual.

FICHA DEL LIBRO




Viñeta:                    Julio  | País/Región: Alemania
Libro:                      El lobo estepario
Autor:                      Hermann Hesse
Nacionalidad:          Alemana
Año:                        1927
Total de páginas:     224
Editorial:                  Editorial Jurídica Salvadoreña
Idioma original:        Alemán
ISBN:                       8420666521

DIVISIÓN DE LECTURAS


Jueves 6 de julio de 2017
Jueves 13 de julio de 2017
Jueves 20 julio de 2017
Jueves 27 de julio de 2017In
Introducción y Anotaciones de Harry Haller.
Páginas
1-26 (PDF)
Tratado del Lobo Estepario 
Páginas
27- 41 (PDF)
Siguen las anotaciones de Harry Haller (1a parte)
Páginas
42 - 94 hasta *** (PDF)
Siguen las anotaciones de Harry Heller (2a. Parte)
Páginas
94 - 131 (PDF)
20%
31%
72%
100%


EL AUTOR.
Hermann Karl Hesse nació el  2 de julio de 1877 en Calw, localidad ubicada en  Wurtemberg, Alemania. Fue descendiente de misioneros cristianos, la familia tuvo desde 1873 una editorial de textos misioneros dirigida por el abuelo materno de Hesse, Hermann Gundert. Era hijo de Johannes Hesse,  y de Marie Gundert. Hesse tuvo cinco hermanos, de los que dos murieron prematuramente.
Terminados sus estudios latinos con éxito en Göppingen, Hesse ingresó en 1891 en el seminario evangélico de Maulbronn, del que se escapó en marzo de 1892 a causa de la rigidez educativa que le impedía, entre otras cosas, estudiar poesía: «seré poeta o nada», dice en su autobiografía. En su obra Unterm Rad (Bajo las ruedas) hizo una descripción del sistema educativo. Continuos y violentos conflictos con sus padres lo llevaron a una odisea a través de diferentes instituciones y escuelas. Entró en una fase depresiva e insinuó, en una carta de marzo de 1892, ideas suicidas: «quisiera partir como el sol en el ocaso», y en mayo hizo una tentativa de suicidio, por lo que lo ingresaron en el manicomio de Stetten im Remstal, y más tarde en una institución para niños en Basilea. En 1892, entró en el Gymnasium de Bad Cannstatt, cerca de Stuttgart, y en 1893, a pesar de obtener el diploma de ingreso de primer año, dejó los estudios.
Comenzó como aprendiz de librero en Esslingen am Neckar, aprendizaje que abandonó tres días después. Luego trabajó como mecánico durante catorce meses en la fábrica de relojes Perrot en Calw, pero aquel monótono trabajo reforzó en él su deseo de volver a una actividad intelectual. En octubre de 1895 empezó una nueva experiencia como librero, en la librería Heckenhauer en Tubinga, a la que se consagró en cuerpo y alma. La parte principal del fondo literario era sobre teología, filología y derecho y la tarea del aprendiz Hesse consistía en agrupar y archivar libros. Al terminar la jornada, continuaba enriqueciendo su cultura en solitario y los libros compensaban la ausencia de contactos sociales —«[...] con los libros tenía más y mejores relaciones»—. Hesse leyó escritos teológicos, después a Goethe y más tarde a Lessing, Schiller y textos de la mitología griega. En 1896, su poema Madonna fue publicado en una revista vienesa.
En 1898 Hesse llegó a asistente de librero y dispuso de un sueldo respetable que le aseguró independencia económica. En esta época leía sobre todo obras de los románticos alemanes. Siendo todavía librero, publicó en el otoño de 1898 su primer libro de poemas, Romantische Lieder (Canciones románticas), y en el verano de 1899, Eine Stunde hinter Mitternacht (Una hora después de la medianoche). A pesar de que ambas obras fracasaron comercialmente, el editor, Eugen Diederichs, estaba convencido del valor literario de la obra y vio estas publicaciones desde el principio como un estímulo para el joven autor, más que como un negocio.
A partir del otoño de 1899, Hesse trabajó en una librería de ocasión en Basilea. Sus padres tenían contactos con familias basilenses cultas, por lo que se abrió ante él un reino espiritual y artístico de lo más estimulante. Al mismo tiempo,  encontró la ocasión de retirarse a su mundo interior gracias a las numerosas posibilidades de viajes y paseos, lo que sirvió a su búsqueda artística personal y le ayudó a desarrollar en él la aptitud de transcribir literariamente sus percepciones sensoriales. En 1900 se libró del servicio militar por sus problemas en la vista, los cuales duraron toda su vida, al igual que su neuralgia y sus migrañas.
En 1901 Hesse pudo realizar uno de sus grandes sueños: viajar a Italia. Ese mismo año encontró un nuevo empleo, en la librería Wattenwyl en Basilea. Al mismo tiempo, aumentaron las ocasiones de publicar poemas y pequeños relatos literarios en revistas. Enseguida el editor Samuel Fischer se interesó por Hesse y la novela Peter Camenzind, publicada oficialmente en 1904, marcó el punto de cambio, pues Hesse pudo vivir de sus escritos a partir de entonces.
Resultado de imagen para hermann hesseLa consagración literaria permitió a Hesse casarse en 1904 con Maria Bernoulli y fundar una familia. Escribió entonces su segunda novela, Bajo las ruedas, aparecida en 1906, además de relatos y poemas. Su siguiente novela, Gertrud (1910), supuso una crisis de creatividad en Hesse. Acabó a duras penas la obra y más tarde la consideró fallida. Problemas en su hogar le llevan a viajar en 1911 con Hans Sturzenegger por Ceilán e Indonesia, donde no encontró la inspiración espiritual y religiosa que buscaba, pero este viaje impregnó sus obras posteriores, comenzando por Aus Indien (Cuadernos hindúes) (1913). Tras su vuelta la familia se mudó a Berna, pero a pesar de ello no se resolvieron sus dificultades de pareja, tal como describe en su novela Rosshalde.
Tras la declaración de la Primera Guerra Mundial en 1914, Hesse se presentó como voluntario en la embajada de Alemania. Fue, sin embargo, declarado inútil para el combate y destinado en Berna para asistir a prisioneros de guerra en su embajada. En su nuevo puesto era responsable de la «Librería de los prisioneros de guerra alemanes». El 3 de noviembre de 1914 publicó en el Neue Zürcher Zeitung el artículo «O Freunde, nicht diese Töne», traducido literalmente como: ¡Oh, amigos, no con esos acentos! y llanamente, Amigos, dejemos nuestras disputas, primer verso de la Oda a la Alegría, del poeta alemán Friedrich von Schiller en el que llamaba a los intelectuales alemanes a no caer en las polémicas nacionalistas. La reacción que produjo la calificó más tarde de momento crucial en su vida: por primera vez, se encontró en medio de una violenta trifulca política, la prensa alemana lo atacó —en la prensa de mi patria fui declarado traidor—, recibió anónimos amenazantes y cartas de amigos que no le respaldaron. Por otro lado, sí le apoyaron su amigo Theodor Heuss y el escritor francés Romain Rolland.
Los conflictos con el público alemán no se habían disipado cuando Hesse sufrió una nueva vuelta de tuerca que le sumió en una crisis existencial más profunda: la muerte de su padre, la grave enfermedad de su hijo Martin y la crisis esquizofrénica de su esposa. Tuvo que dejar la ayuda a los prisioneros y comenzar un tratamiento psicoterapéutico. Hesse fue tratado desde mayo de 1916 hasta 1917 por el Dr. Joseph Bernhard Lang, un estudiante y discípulo de Carl Gustav Jung. El primer mes completó doce sesiones y entre junio de 1916 y noviembre de 1917 dieciséis sesiones más. Esto iniciaría en Hesse un gran interés por el psicoanálisis, a través del cual llegaría a conocer personalmente a Jung, quien lo familiarizó con el mundo de los símbolos, latente en Hesse desde los años de su infancia. Entre septiembre y octubre de 1917, Hesse redactó la novela Demian, que salió a luz en 1919 con el seudónimo de Emil Sinclair.
Cuando pudo retornar a su vida civil, su matrimonio estaba arruinado. Debido a la grave psicosis que afectó a su esposa (y muy a pesar de la mejoría), no pudo plantearse ningún porvenir con Maria. La casa de Berna fue vendida, y Hesse se mudó a la villa de Montagnola, en el distrito denominado Collina D'Oro, en el cantón del Tesino, en Suiza, donde alquiló un edificio similar a un pequeño castillo: la «Casa Camuzzi». Allí no sólo comenzó a escribir, sino también a pintar, lo que aparece en su gran relato siguiente, Klingsors letzter Sommer (El último verano de Klingsor). En 1922 apareció la novela Siddhartha, en la que expresa su amor por la cultura y sabiduría hindú.
Hesse se casó en 1924 con Ruth Wenger, matrimonio que no fue consumado, y obtuvo la nacionalidad suiza. Las principales obras que siguieron, Kurgast (En el balneario) en 1925 y Die Nürnberger Reise (Viaje a Nuremberg) en 1927, son relatos autobiográficos teñidos de ironía, en los que se anuncia su más célebre novela, Der Steppenwolf (El lobo estepario) (1927). Al cumplir 50 años apareció su primera biografía, publicada por su amigo Hugo Ball. Poco después, con el éxito de su novela, la vida del escritor dio un cambio al iniciar una relación con Ninon Dolbin, que sería su tercera esposa. Publicó Narziβ und Goldmund (Narciso y Goldmundo) (1930), dejó el apartamento de la Casa Camuzzi y se instaló con ella en una casa más grande: la Casa Hesse (también llamada Casa Rossa) en los altos de Montagnola, construida según sus deseos por su amigo Hans C. Bodmer.
En 1931 comenzó el proyecto de su última gran obra, titulada Das Glasperlenspiel (El juego de los abalorios). Publicó en 1932 un relato preparatorio, Die Morgenlandfahrt (El viaje a Oriente). Hesse observaba con preocupación la toma de poder de los nazis en Alemania. En 1933, Bertolt Brecht y Thomas Mann estuvieron en su casa durante sus viajes al exilio. Hesse intentó, a su manera, oponerse a la evolución de Alemania: publicaba desde hacía tiempo reseñas en la prensa alemana, a partir de entonces se manifestó más enérgicamente en favor de autores judíos o perseguidos por los nazis. Desgraciadamente, desde mediados los años treinta, ningún periódico alemán se arriesgó a publicar artículos suyos. Su refugio espiritual contra las querellas políticas y más tarde contra las trágicas noticias de la Segunda Guerra Mundial fue trabajar en su novela El juego de los abalorios, impresa finalmente en 1943 en Suiza. En esta novela, según Luis Racionero, «propone su ideal de cultura: Una sociedad que recoge y practica lo mejor de todas las culturas y las reúne en un juego de música y matemáticas que desarrolla las facultades humanas hasta niveles insospechados». En gran parte, por esta obra tardía le fue concedido en 1946 el premio Nobel de literatura como reconocimiento a su trayectoria literaria.
Resultado de imagen para hermann hesseDespués de la Segunda Guerra Mundial escribió algunos relatos más cortos y poemas, pero ninguna novela. Murió a los ochenta y cinco años, el 9 de agosto de 1962 en Montagnola, a consecuencia de una hemorragia cerebral mientras dormía.
Resultado de imagen para hermann hesseDe su obra de cuarenta volúmenes —entre novelas, relatos, poemarios y meditaciones— se han vendido más de 30 millones de ejemplares, de los cuales sólo una quinta parte corresponde a ediciones en alemán. Además, publicó títulos de autores, antiguos y modernos, así como monografías, antologías y varias revistas. Editó también casi 3000 recensiones. A esta obra se suma una copiosa correspondencia: al menos 35 000 respuestas a cartas de lectores, y su actividad pictórica: centenares de acuarelas de sesgo expresionista e intenso cromatismo. Según el biógrafo Volker Michels «nos enfrentamos con una obra que, por su copiosidad, su personalidad y su vasta influencia, no tiene paralelo en la historia de la cultura del siglo XX».
Hasta el centenario de su nacimiento, se habían escrito más de 200 tesis doctorales, unos 5000 artículos y 50 libros sobre su vida. Para dicha fecha, era también el europeo más leído en Estados Unidos y Japón, y sus libros traducidos a más de 40 idiomas, sin contar dialectos hindúes.