viernes, 27 de septiembre de 2013

Opinión sobre Ni de Eva ni de Adán

Ni de Eva ni de Adán, un libro que creí, sería raro y difícil de leer, pues, cuando leí la biografía de la autora y las reseñas de sus otros libros se me hizo un poco extraña, lo cual no significa que, no me interesara leer, sino que, simplemente pensé que sería un poco extravagante su escritura. Nada más alejado de la realidad, al ir avanzando en el libro, encontré, un libro muy bueno, y para mi sorpresa todo demasiado normal, con rasgos interesantes de la cultura japonesa sí, pero una relación bastante normal entre un joven y una chica que van iniciando sus años 20. A pesar de esto, el libro me pareció entretenido y se lee con fluidez. Quizás no me atrapó como el "Último judío", pero si me inyectó una necesidad muy tenue de seguir leyendo, de hecho, lo leí muy rápido.

La historia se basa en dos personajes, Amélie y Rinri, todos los demás son rellenos sin importancia, incluso a veces el mismo Rinri solo es relleno. Es una historia centrada exclusivamente en lo que siente, quiere y desea Amélie, cuya personalidad, no me gusta mucho, en mi opinión es prejuiciosa, altanera, egocéntrica y para rematar al final cobarde. Sin embargo, tampoco puedo negar sus cualidades, es inteligente, ingeniosa, divertida, culta y con buena conversación, eso para mí era lo mejor, las conversaciones entre los personajes; me pareció, muy interesante incluso, las confusiones que pueden darse cuando dos personas de distintas culturas tratan de comunicarse (todas las confusiones, exceptuando la de la proposición de matrimonio, me parecieron graciosas). 

El personaje de Amélie empezó a caer de mi gracia, cuando llegó de visita a la casa del amigo de Rinri, y empezó a atacar a Amy, la nativa de Portland, mostrando un antiamericanismo que no me esperaría en una mujer "de mundo", como yo lo veo, le gustaba ser la única extranjera y la presencia de Amy quién, es gringa y tuvo además el atrevimiento de aclarar a la gran filóloga, la correcta interpretación de la palabra "asobu", representaba una amenaza. La belga, ningunea todo lo que no le gusta o a quien no se siente atraído por ella, como el caso de los abuelos de Rinri a los cuales se refería muy groseramente como "monstruos" llegando a alegrarse incluso, de que el otro par de abuelos estuvieran muertos, ¿quién es el monstruo, finalmente?, lo mismo pasó con el gringo de la montaña (aunque reconozco, que éste, sí era un poco molesto), además, por mucho que intente hacer memoria, no recuerdo algo significativo que ella haya hecho para Rinri, salvo tragarse alguna carcajada para no herir sus sentimientos, y al final del libro se me cae completamente con esa jugada cobarde, ¿en serio, piensa que le creeré, que no aclaró lo de la propuesta de matrimonio por no herir los sentimientos de Rinri?, ¡por favor!, lo que no tuvo fue valor para decirle en su cara que no se quería casar con él, punto. No hay más que razonar en esa situación.

Puede parecer que me cae muy mal Amélie, pero no es así, son algunas actitudes que no comparto, pero en otras la entiendo perfectamente, por ejemplo, su desencanto del trabajo, ese sentimiento de estar atrapada en un lugar que no quiere, su asombro, al ver lo duro de la educación japonesa que enfrenta a un niño de 5 años a una prueba donde, es marcado con el éxito o el fracaso para toda su vida, su tedio frente a un pintor pedante y su actitud ante una compañera que la ve como "bicho raro" cuando dice que no quiere tener hijos, y menciona una de las mejores frases del libro "No, a la gente no le gusta que uno tenga su propia fe".

Entiendo que Amélie no se haya querido casar con Rinri (lo que no me gusta es que no haya sido honesta y que no haya dicho claramente que no, solo para conservar lo bien que la pasaba con él), es demasiado bueno, y como decimos aquí, algo demasiado bueno se arruina, y ahora que Mike, publicó las entrevistas de Nothomb en el blog, encontré las palabras justas con las que lo expresa la misma escritora: "es que lo que no es difícil no merece la pena. Como el amor. Cuando es fácil, aburre."  Estoy de acuerdo. Si los Montesco y los Capuleto hubieran sido familias amigas en lugar de enemigos a muerte, la historia de Romeo y Julieta no valdría nada. Fue esa la sorpresa que me llevé con el libro. Era una relación muy fácil e idílica, el príncipe azul convertido en un rico japonés que cambia el corcel blanco, por un Mercedes del mismísimo color, el castillo por una casa futurista, su espada por libros, que es más bueno que el comer con los dedos, educado, culto, atento, limpio, detallista, incapaz de hacerle ningún reproche a su amada (ni siquiera, cuando ésta lo deja como novio de pueblo, vestido y alborotado), capaz de invitar a los ex suegros a su boda, buscar a la mujer que lo abandonó para pedirle un autógrafo y sin más que reprocharle que, un episodio en el cual, en lugar de defender a su novia de un anciano perverso, se muere de la risa. Es algo exageradamente bueno, que solo se puede describir diciendo "Menudo Rinri". El atractivo de la frase "y vivieron felices para siempre", es porque viene después de vencer a dragones asesinos, gigantes malvados, madrastras perversas, y otros obstáculos sin los cuales la historia no pasaría de ser un relato simple, y por eso esta historia no podía terminar así.

No se si soy yo la rara, pero alguien como Rinri demasiado bueno, pierde el atractivo. Si nuestro nunca bien ponderado Logan era "perfecto", es por sus traumas de guerra, la capacidad de poner a los bravucones en su lugar e incluso esa habilidad de "improvisar excusas" (mentir), pequeñeces que no le permitían alcanzar el grado de ángel, ser una especie de delincuente era el principal atractivo del comandante Yu, todas las experiencias por las que pasó Yonah Toledano lo hicieron pasar de un joven inocente a un hombre interesante, incluso conservando su nobleza, el aíre de mafioso y malvado del Coronel de "Los héroes tienen sueño" inspiraba respeto hacia su persona, porque finalmente, "los chicos malos, son atractivos", no generalizo, hablo por mi.

También pienso que  pasa lo mismo con las mujeres, el personaje, astuto y tramposo de la abuela de Sorgo Rojo no se puede, siquiera comparar con la angelical pero insípida Beth de "Cuando te encuentre", y en "El último judío", la rebelde y práctica Adriana es mucho mejor personaje que su obediente tía Inés.

El final me gusto mucho, pues era la manera en que debía terminar la relación entre Amélie y Rinri, ellos eran amigos, camaradas y el "abrazo del Samurai" lo sellaba todo, para mi gusto llegó muy tarde, lo hubiera preferido en el aeropuerto de Tokio en enero de 1991 y no en la fila de firmas de un libro, en diciembre de 1996, simplemente porque Rinri, no merecía quedar burlado de esa manera, pero también entiendo, que de ser así, la ruptura hubiera sido tan fácil como la historia de amor. Había que ponerle un poco de drama, y ya que la relación había sido demasiado "normal", un final así traía el equilibrio, pues el abrazo en lugar de contener dos años de todo lo vivido, llevaba 10 segundos de todo lo que pudo ser y eso lo hizo más intenso.

Me gustó mucho leer algo sobre una cultura tan distinta como la de Japón, ver el respeto hacia los ancianos, la presión sobre el rendimiento de niños y adultos, lo fascinante que pueden encontrar otras culturas, que para nosotros son ordinarias y, en contraste, lo ordinaria que pueden encontrar su propia cultura, esa tranquilidad que tienen, el concepto del  honor, en fin todo lo disfrute mucho.

Finalmente la pregunta de rigor, ¿leería otra cosa de Amélie Nothomb?, la respuesta es un rotundo sí, es buena, entretenida y se lee con fluidez y como dijo Karla en un comentario, se necesitan agallas para retratarse a sí misma tal cual es y eso la hace bastante admirable.

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