viernes, 20 de diciembre de 2013

Alta fidelidad, comentario personal, masculino y musical

Este jueves 19 hemos terminado de comentar nuestro libro de diciembre en el Club de La Buena Estrella, quedando pendiente únicamente la proyección de la adaptación cinematográfica de Stephen Frears, programada para el jueves 26. Para hacer nuestros comentarios establecimos un orden basado en una lista con algunas de las canciones favoritas de los siete asistentes. Pusimos el playlist en random, y la canción que seguía dictaba el orden de las intervenciones. De paso, resultó una nueva demostración de lo variados que pueden ser los gustos y preferencias de todos en el club, como se ve y se escucha:

Nacha Pop - Lucha de gigantes (Karla)
Ray Charles - Georgia on my mind (Loida)
Pearl Jam - Jeremy (Mike)
The Wallflowers - One headlight (Henry)
Pearl Jam - Black (Nelson)
Cultura Profética - La complicidad (Jennifer)
Jay Sean - Ride it (Celina)


Muchas gracias por su asistencia. Nos ha dado mucho gusto ver la dinámica que ha tenido la reunión: entretenida, muy divertida y sobre todo muy cercana y personal. 

Mi comentario sobre el libro Alta Fidelidad de Nick Hornby

Sin aires ni pretensiones de ser un clásico ni un imperdible literario, Alta fidelidad es un libro cuyos personajes, introspecciones, discusiones, situaciones y relatos anecdóticos, son insoslayables para quienes se enfrascan en su lectura. Encima, parece que los integrantes del club tenemos el promedio de edad idónea que, más allá de odiar, amar o al menos compadecer al personaje central de la historia, nos permite entender a Rob Fleming tal como se entiende a un individuo que se parece a uno, alguien que ha vivido cosas parecidas si no es que las mismas, y que las reconoce con honestidad brutal, como diría musicalmente el maestro Andrés Calamaro.

Si los hombres siempre dijéramos lo que pensamos tal como lo pensamos, si en todo momento pusiéramos de manifiesto que la inmensa mayoría de cosas que nos importan en la vida tienen alguna saludable o enfermiza connotación sexual (como tocar un instrumento musical o practicar algún deporte, por ejemplo), y si mostráramos permanentemente nuestros estancamientos en relaciones pasadas, nuestras inseguridades y afán de compararnos, competir y ganar a otras opciones presentes y experiencias previas de nuestra pareja, evidenciando que nuestro gen de espermatozoide competitivo sigue vivo y latente por el resto de nuestros días; difícilmente seriamos potables para mujer alguna. 

Pues ese es Rob, el tipo contradictorio que cambia la radio de estación mientras silba la canción que está sonando, el de los juicios y prejuicios sobre la personalidad de la gente en función de sus gustos musicales, el de las preguntas existenciales sobre los tiempos de la vida, la inminencia de la muerte, la naturaleza de las relaciones, el sentido del éxito y el fracaso, el compromiso, la libertad y otras hierbas, todo aderezado con obsesivas listas musicales y un baño de cultura pop contemporánea. No es raro que su personaje maneje dos discursos paralelos y traslapados: el que es audible a otros personajes, y el que dice de manera introspectiva, el que solo puede "escuchar" el lector.

Rob debe mucho dinero a su ex pareja, tuvo una relación con otra mujer mientras Laura estaba embarazada, su conducta hizo que Laura decidiera abortar y, en algún momento, hasta llegó a confesar a Laura que más o menos estaba buscando una nueva relación de pareja. Todas esas cosas tienen matices, por supuesto, pero sin duda exponen a Rob como un sujeto que dan ganas de abandonar; confundido, errático, estancado, pero terriblemente real y creíble. Rob es ese tipo que celebra cuando se entera que su ex aun no se ha acostado con su nueva pareja y acto seguido sale a buscar sexo con otra mujer. Es el mismo sujeto que confiesa que prefiere saltar de relación en relación, sin pasar más de dos años con una misma pareja, hasta llegar a los cincuenta, cuando se vaya a vivir solo la recta final de su vida, el tiempo de enfermedad, decadencia y muerte, todo por temor a sufrir la experiencia de que alguien importante para él enferme de gravedad y muera. Pero Rob también es el tipo entrañable que reconoce que de niño se enamoró de una pareja de recién casados que conoció durante una vacación. Ellos lo trataron tan bien y le dieron tanto cariño y atención, que cuando finalmente debieron despedirse, le rompieron el corazón. Rob es también ese que se disculpa con el pequeño de la fotografía (él mismo cuando era niño):

"A lo largo de los últimos dos años, aquellas fotos mías de cuando era niño, las fotos que nunca quise que vieran mis novias, han empezado a producirme una punzada de no sé qué, porque no es exactamente infelicidad, pero sí un pesar a la vez llevadero y profundo. Hay una en la que salgo con un sombrero de vaquero, apuntando con un revólver a la cámara, empeñado en parecer un perfecto vaquero pero sin conseguirlo. A duras penas me atrevo a mirar ahora esa foto. A Laura le parecía dulcísima (¡ésa es la palabra que empleó, todo lo contrario de agrio!), y la colgó en la pared de la cocina. Ya la he devuelto al cajón correspondiente. Quiero pedirle disculpas a ese pequeño, decirle que lo siento, que le he decepcionado. Yo era el que presuntamente tenía que cuidar de él, pero la he jodido: me equivoqué en los momentos malos, y ese crío ha terminado por convertirse en mí."

No soy Rob, al menos no en todo. Pero la verdad es que en alguna medida todos los hombres somos Rob, y es por eso que identificarnos con este chiflado obsesivo, en algún nivel y hasta cierto punto, resulta inevitable. A menos, por supuesto, que se cuente con menos de 30 y/o aun no se tenga plena conciencia de la naturaleza masculina que nos gobierna. O en caso contrario, que se tenga más de 60 y se forme parte de la generación del padre de Rob, que no entiende un comino de la dinámica actual de las relaciones de pareja ni de los estándares sociales de nuestra época.

Leí Alta fidelidad en su edición en inglés a finales de 2001 y casi de inmediato vi la película. Estaba por cumplir 30 y aunque lo disfruté mucho, reconozco que no asimilé el contenido en toda su dimensión. 5 años después estaba viviendo la crisis existencial de Rob. Fue entonces cuando la pasión por la música, el odio al trabajo, el miedo al compromiso y la obsesión imperiosa me motivaron a fundar mi propia versión de Championship Vinyl, un desperdicio de blog donde buscaba satisfacer mis instintos y sentirme libre, explotando una "base de datos azul", escribiendo absurdas divagaciones y sí, como no... haciendo estúpidas listas de canciones. 

Ha llovido desde entonces, y ahora mi existencia y mi música son otras. Desprendo de todo esto que leer el libro de nuevo en este momento de mi vida ha sido como examinar los 35 capítulos de la historia de Rob, desde la perspectiva de quien ya está viviendo el capítulo 41 (y a las puertas del level 42), esta etapa feliz en que pongo una canción que por fortuna ya no me satisface solo a mi, que no me veo orillado a disfrutar en soledad, apenas con mi alma y mis audífonos:

"Cuando oye los primeros compases del tema, se da la vuelta, me mira y me hace con el pulgar el gesto de que todo va bien, no una, sino varias veces".

Level 42 - Something about you

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Alta Fidelidad, la banda sonora del libro

Que Alta fidelidad no puede presumir de tener frases de gran calidad literaria, es cierto. Mas no podemos poner en duda que nuestro libro del mes de diciembre tiene frases y párrafos de mucho ingenio y gran carga emotiva. Sin embargo, este post no es para citar esas lineas. 

Fiel a la obsesión musical que me llevó a proponer a Nick Hornby para la viñeta libre de este año, he buscado (y por fortuna he encontrado) tiempo entre tantas actividades que presenta este mes, y el resultado es esta entrada con toda la banda sonora del libro Alta Fidelidad (la lista que Hornby enumera de manera directa, y la que el lector puede optar cuando solo se menciona un artista o un álbum sin especificar el track).

Para nadie que me conoce es un secreto que la música es una de mis pasiones. No hace falta decir cuanto he disfrutado (de principio a fin) la construcción de este post. Reconozco que Rob es demasiado soul y country para mi gusto, pero el paseo musical ha sido un verdadero placer. Creo que esto solo podría equipararse con la hipotética experiencia de encontrarme el iPod perdido de Quentin Tarantino. Ojalá ustedes también lo disfruten o al menos encuentren en la lista algo que consideren rescatable.

La "banda sonora" del libro ha sido listada por orden de aparición. Al final de esta entrada pueden escuchar la lista completa de canciones.

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Una canción de cada uno de los 5 artistas favoritos de Penny Hardwick:

1. Carly Simon - Coming around again 
2. Carole King - You've got a friend
3. James Taylor - Ain't no sunshine when she's gone 
4. Cat Stevens - Morning has broken 
5. Elton John - I guess that's what they call it the blues

Acerca de los tatoos populares de otras épocas, con nombres de bandas de rock como Lynyrd Skynyrd, marcados en la piel de quienes ahora son asesores fiscales, maestros de escuela o programadores de software en corporaciones

6. Lynyrd Skynyrd - Sweet home Alabama

Acerca de la gente que nunca pasó del día en que la banda en que tocaban sirvió de telonera de Dr. Feelgood

7. Dr. Feelgood - Hunting shooting fishing

La primera lista de canciones favoritas de Rob, emitida justo tras el abandono de Laura:

8. Neil Young - Only love can break your heart 
9. The Smiths - Last night I dreamed that somebody loved me 
10. Aretha Franklin - Call me 
11. Rod Stewart - I don't want to talk about it 
12. Nazareth - Love hurts 
13. Prefab Sprout - When love breaks down 
14. The Bee Gees - How can you mend a broken heart 
15. Alabama 3 - The speed of sound of loneliness 
16. Bob Marley and The Wailers - She's gone 
17. The White Stripes - I just don't know what to do with myself

Una novia dijo a Rob una vez que se parecía a Peter Gabriel:

18. Peter Gabriel - In your eyes

Lo cinco artistas favoritos de todos los tiempos de Sarah Kendrew:

19. Madness - Our house 
20. Eurythmics - Here comes the rain again 
21. Bob Dylan - Knockin' on heaven's door 
22. Joni Mitchell - Help me 
23. Bob Marley - Could you be loved

Rob habla del poco interés general de las personas comunes en su tienda: "A la gente del barrio no parece interesarle gran cosa mi Stiff little fingers etiqueta blanca ni tampoco mi copia monoaural de Blonde on blonde.

24. Stiff little fingers (la etiqueta blanca se refiere al álbum Hope Street)  
25. Bob Dylan (Blonde on blonde es su album de 1966) - Just like a woman

Los clientes de Championship Vinyl, según Rob, son hombres jóvenes, siempre hombres jóvenes con gafas a lo John Lennon que van a comprar discos los sábados, o solteros que hacen pedidos por correo, dispuestos a gastar cantidades desproporcionadas de tiempo en su búsqueda de álbumes descatalogados de Frank Zappa o The Smiths.

26. John Lennon - Watching the wheels
27. Frank Zappa - Night School
28. The Smiths - The boy with the thorn in his side

Rob describe a Dick, uno de los dependientes de su tienda, un tipo de 31 años, pelo largo y sucio que hoy lleva una camiseta de Sonic Youth, lee una biografía de Lou Reed y acaba de conseguir el primero de Liquorice Comfits, el que trae Testament of youth. Este último es una invención de Hornby. No existe tal banda ni álbum.

29. Sonic Youth - Incinerate 
30. Lou Reed - Underneath the bottle

Dick pone un disco que suena a "Psicodelia de la costa oeste". Bueno, pues no pondré a  The Doors, a Jefferson Airplane, a Grateful Dead, a Quicksilver Messenger Service o a Big Brother & The Holding Company, todos los cuales son lo más representativo de esa movida de fines de los sesenta. En su lugar sonarán los que más se aproximan por el nombre de la banda, una cosa remarcable, "The West Coast Pop Art Experimental Band".

31. The West Coast Pop Art Experimental Band - Transparent day

La canción que tararea con entusiasmo el borrachín que siempre llega a la tienda de Rob:

32. Dana - All kinds of everything

La probable canción de The Clash cuyo riff hace Barry con sonidos onomatopéyicos de lengua y dientes, mientras entra en Championship Vinyl:

33. The Clash - Should I stay

La primera y segunda canciones de la cinta de Barry para un lunes por la mañana. La tercera es la versión alternativa de Little latin Lupe Lu que prefiere Dick.

34. Katrina and The Waves - Walking on sunshine
35. The Righteous Brothers - Little latin Lupe Lu
36. Mitch Ryder and The Detroit Wheels - Little latin Lupe Lu

En una clara alusión a su reticencia sobre The Beatles, Rob habla de los cinco mejores discos que no te hacen sentir nada, aunque nunca llega a mencionar más de uno, el mítico Abbey Road, en el que solo habla de saltarse la composición de Harrison, Something. "Los Beatles eran como los cromos que venían en los chicles, o eran Help un sábado por la mañana en el cine del barrio, y aquellas guitarras de juguete con las que cantaba Yellow submarine a voz en cuello, cuando íbamos de excursión con el colegio, siempre en el último asiento del autobús". 

37. The Beatles - Something
38. The Beatles - Help
39. The Beatles - Yellow submarine

El single de Stevie Wonder que un tipo busca para su hija, sometiéndose a la burla de Barry; a continuación, el único sencillo del célebre no vidente que Rob dice tener en Championship Vinyl.

40. Stevie Wonder - I just call to say I love you
41. Stevie Wonder - Don't drive drunk

El primer y último artista de los discos de Rob ordenados cronológicamente al tiempo de la partida de Laura, desde el mítico representante del blues Robert Johnson (quien  de una u otra manera menciona al diablo en todas sus canciones), hasta terminar "no sé por donde, por Wham!, por algún africano, por lo que estuviera oyendo cuando nos conocimos Laura y yo. [...] Me agrada ver como he pasado de Deep Purple a Howling Wolf en 25 jugadas; ya no me reconcome recordar la melodía de Sexual healing que escuché mientras duró una larga temporada de celibato forzoso, ni me avergüenza tampoco acordarme que formé un grupo de rock en la escuela, una estupenda idea para reunirme con los demás chavales de octavo y charlar de Ziggy Stardust y Tommy hasta hartarnos. [...] Si me apetece poner, es un decir, Blue de Joni Mitchell, tengo que acordarme que lo compré para regalárselo a una persona en el otoño de 1983, y que me lo pensé mejor, y que decidí quedármelo, por razones en las que ahora no me apetece entrar."

42. Robert Johnson - Me and the devil 
43. Wham - Wake me up before you go go 
44. Yossou N'Dour - Seven seconds 
45. Deep Purple - April 
46. Howling Wolf - What a woman 
47. Marvin Gaye - Sexual Healing 
48. David Bowie - Ziggy Stardust 
49. The Who (Album Tommy) - Tommy can you hear me? 
50. Joni Mitchell - Blue

"Exactamente a la semana de marcharse Laura, recibo una llamada de una mujer que vive en Wood Green: dice que tiene unos cuantos singles que a lo mejor me pueden interesar. En general, nunca me tomo la molestia de hacer recogidas a domicilio, pero esta mujer sí parece saber de qué está hablando: me murmura algún dato suelto sobre las etiquetas blancas, las fundas con imágenes y otras cuantas cosas más, por todo lo cual me da en la nariz que no estamos hablando de esa media docena de discos algo rayados, casi todos de la Electric Light Orchestra, que se olvidó su hijo al irse de casa. [...] Me subo a una silla y voy bajando al suelo las cajas de singles. Habrá siete u ocho en total, y aunque las dejo en el suelo procurando no fijarme demasiado en lo que contienen, sin querer me llama la atención el primer single de la última caja: es un James Brown de la King, treinta años de antigüedad, de modo que se me hace la boca agua sólo de pensar en el festín que me aguarda. Cuando me pongo a repasar como es debido, entiendo que tengo entre manos el cargamento que siempre soñé encontrar, siempre, desde que empecé a coleccionar discos. Hay singles de los Beatles en edición especial y limitada para los clubs de fans; está la primera docena de singles de los Who, y hay originales de Elvis, de principios de los sesenta; hay montones de singles de blues y de soul, y... ¡un ejemplar del «God Save the Queen», de los Sex Pistols, editado por la A&M! ¡No lo había visto en mi vida! Y... ¡oh, no! ¡Oh, no! ¡Dios, no! Está «You Left the Water Running», de Otis Redding, en la edición especial hecha siete años después de su muerte..."

51. Electric light orchestra - So serious
52. James Brown - Please. please, please
53. The Beatles - Black bird
54. The Who - My generation
55. Elvis Presley - Return to sender
56. Muddy Waters - Gypsy woman
57. Ray Charles - I can't stop loving you
58. Sex Pistols - God save the queen
59. Otis Redding - You left the water running
60. Chuck Berry - You never can tell

A propósito de un cantante en el White Lyon, "un terrible cantautor local al que se le acabó el mundo después de Tea for the tillerman de Cat Stevents, y no con un estruendo, sino con un quejido. [...] Buenas noticias, no lloro mientras Marie canta Baby, I love your way. Marie sigue teniendo un aire a Susan Dey, y este tío -nos lo presenta como T-Bone Taylor, el secreto mejor guardado de todo Texas- parece como una versión remozada de Daryl Hall, el del duo Hall and Oates, si es que hay quien pueda imaginar a semejante monstruo."

61. Cat Stevens - Tea for the tillerman
62. Peter Frampton - Baby, I love your way
63. Hall & Oates - Out of touch

"Cuando llego a casa pongo una tras otra todas las canciones de autentico cabreo contra las mujeres que encuentro entre los discos de Bob Dylan y Elvis Costello, y cuando he terminado me pongo un directo de Neil Young"

64. Bob Dylan - Don't Think Twice, It's Alright
65. Elvis Costello - Don't let me be missunderstood
66. Elvis Costello - I can´t stand up for falling D
67. Neil Young - War of man (live)

Las cinco canciones con las que más se llenaba la pista en el Groucho Marx:

68. Smokey Robinson and The Miracles- I'ts a good feeling
69. Bobby Bland - No blow no show
70. Jean Knight - Mr. Big Stuff
71. The Samuel Jackson Five - The love you save
72. Donny Hathaway - The Ghetto

Según Rob, cuando conoció a Laura en el Groucho, ella lucía como Sheena Easton en sus inicios. Una vez se acercó a la cabina a pedirle Got to get you off my mind de Solomon Burke, una canción que ponía desierta la pista de baile, y en cuyo rescate Rob luego hacía sonar Holiday de Madonna

73. Sheena Easton - Morning train (nine to five)
74. Sheena Easton - Telefone (Long distance love affair)
75. Solomon Burke - Got to get you off my mind
76. Madonna - Holiday

Mientras busca un viejo single de Shirley Brown, Rob se entera que T-Bone Taylor ha tocado en dos discos de Guy Clark y en uno de Jimmie Dale Gilmore.

77. Shirley Brown - It ain't no fun
78. Guy Clark - All she wants is you
79. Jimmie Dale Gilmore - Because of the wind

Rob habla de esos casos en que una canción se te mete en la cabeza y se vuelve una obsesión. Cuenta la anécdota de un tipo que soñó entero un álbum, canción por canción y necesitó de la ayuda de Rob para identificar que se trataba de Happy go lucky girl de The Paragons.

80. The Paragons - Happy go lucky girl

Barry aplasta las opiniones musicales de los clientes y se les impone. Los desespera por no tener el primer álbum de Jesus and Mary Chain. Se ríe de que no tengan Blonde on blonde y explota en incredulidad cuando le confiesan que no han oído hablar de Ann Pebbles.

81. Jesus and Mary Chain - Just like honey 
82. Bob Dylan - Obviously 5 believers 
83. Ann Peebles - (You keep me) hanging on

"Estamos tan contentos que al tiempo que despedimos a los últimos clientes y damos el día por cerrado hacemos cada uno nuestra lista de canciones preferidas de Elvis Costello (yo me quedo al final con «Alison»,«Little Triggers», «Man Out of Time», «King Horse» y una versión estilo Merseybeat, que tengo en una cinta pirata aunque ni siquiera sepa dónde está, de «Every Day I Write the Book»: lo digo con la idea de que la oscuridad del último tema seleccionado contrarreste la obviedad de los primeros cuatro y me libre así de las pullas de Barry".

84. Elvis Costello - Alison
85. Elvis Costello - Little triggers
86. Elvis Costello - Man out of time
87. Elvis Costello - King horse
88. Elvis Costello - Every day I write the book

"Es difícil imaginarnos a los cuatro sentados alrededor de una mesa y riéndonos por ejemplo del cliente que confundió a Albert King con Albert Collins".

89. Albert King - Born under a bad sign 
90. Albert Collins - Doin' my thing

Entre otras cosas, el test de Barry tiene como propósito "impedir que un buen tío saltase a la cama con una chica que, después, en otra ocasión, resultara tener todos los discos que haya podido grabar Julio Iglesias a lo largo de su vida".
Y es así como el ex-portero del Real Madrid se cuela de manera impensada en esta lista.

91. Julio Iglesias - Hey! (English version)

"No pienso dejarme llevar a la otra historia, al «quién le hizo qué a quién». ¿No conoces «Behind Closed Doors», de Charlie Rich? Es una de mis canciones preferidas

92. Charlie Rich - Behind closed doors

"Estamos los tres haciendo el vago en la tienda, a punto de cerrar e irnos a casa, repasando los cinco mejores temas de un single, solamente la primera cara, de todos los tiempos. Los míos son «Janie Jones», de los Clash, tomado de The Clash, el primer disco del grupo; «Thunder Road», de Bruce Springsteen, tomado de Born to Run; «Smells Like Teen Spirit», de Nirvana, tomado de Nevermind; «Let's Get It On», de Marvin Gaye, tomado de Let's Get It On; «Return of the Grievous Angel», de Gram Parsons, tomado de Grievous Angel.

-¿No se te ocurre nada más típico, tío? me suelta Barry. ¿Qué pasa con los Beatles? ¿Y dónde te dejas a los Rolling Stones? ¿Qué fue del cabrón ese... de ese cabrón de Beethoven? ¿No te gusta el primer corte de la cara uno de la Quinta Sinfonía? Coño, tendrían que quitarte la licencia para ser dueño de una tienda de discos. Luego nos enzarzaremos en la discusión de siempre, a saber, si Barry es en el fondo un esnob y un oscurantista (los Fire Engines, que salen en la lista de Barry, ¿realmente son mejores que Marvin Gaye, que no aparece?)".

93. The Clash - Janie Jones
94. Bruce Springsteen - Thunder road
95. Nirvana - Smells like teen spirit
96. Marvin Gaye - Let's get it on
97. Gram Parsons - Return of the grievous angel
98. Rolling Stones - She's a rainbow
99. At Vance - Beethoven 5th symphony
100. Fire Engines - Candyskin

"Desde que tengo la tienda hemos intentado por todos los medios sacarnos de encima un disco de un grupo que se llama Sid James Experience. Por lo general, los discos o cintas que no conseguimos vender, al final nos los quitamos de encima de cualquier manera: rebajándolos a diez peniques o, llegado el caso, tirándolos a la basura. Lo que pasa es que a Barry le encanta este disco (tiene dos copias en su casa, por si acaso alguien le pide uno prestado y luego no se lo devuelve, cosa que suele ocurrir); dice que es una joya, que es muy raro y que un día haremos muy feliz a alguien. La verdad es que ha terminado por ser una especie de chiste de la casa. Los clientes habituales preguntan por su salud y le dan una palmadita amistosa cuando se lo encuentran en un estante; a veces, alguno ha traído la funda hasta el mostrador, como si estuviese a punto de comprarlo, pero entonces suelta el típico «¡Era broma, tío!», y lo devuelve al sitio en que lo ha encontrado."

Sid James Experience es solo otra invención de Hornby. No existía tal banda, aunque la referencia ha dado pie a la fundación de pequeñas bandas locales de covers que han adoptado el nombre. 
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"Es lo que hace Bruce Springsteen en casi todas sus canciones. Puede que no en todas, pero lo ha hecho muy a menudo. ¿Conoces esa que se titula «Bobby Jean», que está en Born in the USA? Da igual; él llama por teléfono a una chica, pero le dicen que se fue de la ciudad hace años, y le jode un montón no haberlo sabido antes, porque le habría gustado despedirse de ella, decirle que la echaba de menos, desearle buena suerte. Y entonces entra uno de esos solos de saxo de los que te ponen la carne de gallina, si es que te van los solos de saxo. Y Bruce Springsteen... Vaya, me gustaría que mi vida fuera como una canción de Bruce Springsteen."

101. Bruce Springsteen - Boby Jean 
102. Dan Reed Network - Seven sisters road

"Richard Thompson, le explica Dick a su novia Anna. Es de una canción de Richard Thompson que se titula «I Want to See the Bright Lights Tonight». ¿A que si Rob? Mi novia es fan de Simple Minds.

Me quedo sin saber qué decir, pues en nuestro universo ésta es una información que rompe esquemas. Odiamos a los Simple Minds. Estuvieron en el número uno de nuestros «primeros cinco grupos o músicos que habrá que matar a tiros cuando llegue la revolución musical». (Michael Bolton, U2, Bryan Adams y, sorpresa, sorpresa, Genesis, que se colaron por los pelos en quinto lugar. Barry también quiso matar a tiros a los Beatles, pero le señalé de pasada que eso ya lo había hecho otro".

103. Richard Thompson - I Want to See the Bright Lights Tonight
104. Simple Minds - Don't you (forget about me)
105. Michael Bolton - When a man loves a woman
106. U2 - Pride (in the name of love)
107. Bryan Adams - Somebody
108. Genesis - That's all

"No te queda más remedio que descoronarte de un menda como ese tal Ian, qué coño. Con ese pelo a lo Leo Sayer y esos pantalones de peto; con esa risa de mamón y esa política de capullín sin remedio, con ese...
En un momento dado estás bailando con ella en la cocina, una canción de Bob Wills y los Texas Playboys, y acto seguido te enteras de que te quiere ver entre rejas."

109. Leo Sayer - When I need you
110. Bob Wills and The Texas Playboys - Shame on you

"Pero descubro que vuelve a preocuparme todo ese rollo de la música pop, si será que me gusta porque soy infeliz o si soy infeliz porque me gusta. Me vendría bien saber si alguna vez él ha estado sentado en un sillón y rodeado por miles y miles de canciones que tratan..., que tratan... (dilo, tío, dilo de una vez), bueno, que tratan del amor. Imagino que no, que él no ha estado en una situación así. Y tampoco el Príncipe Carlos, ni el tío que dirige el Banco de Inglaterra, ni David Owen, ni Oliver North, ni Kate Adie, ni montones y montones de famosos que debería conocer de nombre, pero que no conozco, simplemente porque nunca tocaron con Booker T y los MGs. Son gente, se les ve en la cara, que nunca han tenido tiempo de oír siquiera la cara A de los Grandes éxitos de Al Green, y para qué hablar de sus otras composiciones (diez discos sólo en el sello Hi, aunque solamente nueve estuvieran producidos por Willie Mitchell); deben de estar demasiado ajetreados fijando los tipos de interés e intentando alcanzar la paz en la antigua Yugoslavia, y no les queda tiempo, claro, para oír «Sha La La (Make Me Happy)»."

111. Booker T y los MGs - Green onions 
112. Al Green - Sha La La (Make Me Happy)

Oigo un tema nuevo, con un cambio de acorde que me derrite las entrañas, y sin darme ni cuenta ando buscando una chica, y antes de que me dé cuenta la he encontrado. Me enamoré de Rosie, la de los orgasmos simultáneos, justo después de enamorarme de una canción de los Cowboy Junkies; la ponía sin parar, una y otra vez, y me ponía en plan soñador, y necesitaba una chica con la que soñar, y la encontré, y..., bueno, todo un problemón."

113. Cowboy Junkies - Angel mine

- Hasta ahora hemos tenido una norma bien clara sobre los anuncios de grupos chungos. Sí, para los que vienen de la calle a pedirnos que por favor les dejemos poner un cartel. Todos esos perdedores. 
- Como, por ejemplo... Suede. No les dejaste pegar el cartel. Ni a los Auteurs. Ni a St. Etienne. ¿Te refieres a esa clase de perdedores?

114. Suede - Beautiful ones 
115. The Auteurs - A sister like you 
116. St. Etienne - Who do you think you are

A propósito del nombre de la banda de Barry, supuestamente tomado de la canción de Steely Dan:

117. Steely Dan - Barrytown

Laura me mira, frunce el ceño y abre la boca: es su manera de insinuar que me he vuelto tarumba.

—¿Sabes con toda seguridad que Kate Adie no tiene ni un solo disco?
—Bueno, alguno tendrá. Dos o tres, seguro: Pavarotti, algo así. Puede que algo de Tracy Chapman, un ejemplar de los Grandes éxitos de Bob Dylan y dos o tres álbumes de los Beatles.

Laura se echa a reír. Sinceramente, yo no estaba de broma, pero si a ella le parece gracioso, estoy más que preparado para actuar como si lo estuviera.

—Y me juego cualquier cosa a que era una de aquellas que, en las fiestas, se ponía a chillar «¡Uau!» cuando se terminaba «Brown Sugar».
—Y por lo que a ti se refiere, no existe un delito mayor que ése, ¿no?
—Lo único que se le acerca bastante es corear a gritos el estribillo de «Hi Ho Silver Lining».

118. Luciano Pavarotti - Ave Maria 
119. Tracy Chapman - Give me one reason 
120. Bob Dylan - Like a Rolling Stone 
121. The Beatles - Ob la di ob la da 
122. Rolling Stones - Brown sugar 
123. Jeff Beck - Hi ho silver lining

"Saco la pila de discos y de compacts que he escogido para ella. Está The Nightfly, de Donald Fagen, porque Laura nunca lo ha oído..."

124. Donald Fagen - The Nightfly

Al dejar a Rob, Laura no quiere llevarse ninguno de los discos que él ha comprado para ella. "Sé que me los encontraría a cada paso, y que su presencia me daría vergüenza, y que... no encajan con el resto de las cosas que sí son mías, ¿lo entiendes? Ese disco de Sting que me compraste... Es distinto, porque fue un regalo para mí. A mí me gusta Sting, y tú en cambio lo detestas. En cambio, todos ésos... —Escoge la recopilación de blues—. Por ejemplo, ¿quién demonios es Little Walter? ¿Quién es Júnior Wells? Yo no los conozco de nada..."

125. Sting - Fields of gold
126. Little Walter - My babe
127. Junior Wells - You don't love me baby

—Venga, tíos. Las cinco mejores canciones del pop que hablen de la muerte.
—Fabuloso —dice Barry—. Una lista en homenaje al padre de Laura. Vale, entendido. «Leader of the Pack», la primera. El tío de la canción se mata en un accidente de moto, ¿no? Luego está «Dead Man's Curve», de Jan and Dean, y «Terry», de Twinkle. Mmmm, a ver... Aquella de Bobby Goldsboro, «And Honey, I Miss You»... —tararea desafinando más incluso que de costumbre, y Dick se echa a reír—. ¿Y qué os parece «Tell Laura I Love Her»? Con ésa se vendría la casa abajo.

La discusión muta a una selección de temas que Rob y Barry quisieran para su propio funeral. En la transición aparecen «One Step Beyond», de Madness, «You Can't Always Get What You Want», «Abraham, Martin and John», Black Sabbath, Nirvana,  

Rob cierra el episodio con una lista que no comparte con Dick y Barry, sino con el lector: "Yo sí he pensado en la música que quiero que pongan en mi funeral, aunque nunca he podido pasarle la lista a nadie, porque cualquiera se moriría de la risa. «One Love», de Bob Marley; «Many Rivers to Cross», de Jimmy Cliff; «Angel», de Aretha Franklin. Además, siempre he tenido la fantasía de que una bella y llorosa mujer insistiría en que pusieran «You're the Best Thing That Ever Happened to Me», de Gladys Knight, sólo que no consigo imaginar quién podría ser esa mujer bella y llorosa. "

128. The Shangri-Las - Leader of the Pack
129. Jan and Dean - Dead Man's Curve
130. Twinkle - Terry
131. Bobby Goldsboro - And Honey, I Miss You
132. Dickey Lee - Tell Laura I Love Her
133. Madness - One Step Beyond
134. Marvin Gaye - Abraham, Martin and John
135. Rolling Stones - You Can't Always Get What You Want
136. Black Sabbath - Electric funeral
137. Nirvana - All apologies
138. Bob Marley - One Love
139. Jimmy Cliff - Many Rivers to Cross
140. Aretha Franklin - Angel
141. Gladys Knight - You're the Best Thing That Ever Happened to Me

"La gente que ha mantenido una relación con alguien que ha muerto —y podría pasar por una canción de Barbra Streisand, aunque no lo sea— es la que más suerte tiene en este mundo."

142. Barbra Streissand - Some good things never last

Rob sufre una conversación con Laura en el coche, de camino a casa de su madre; segundo fin de semana; suena una cinta que ha grabado ella, en la que sale Simply Red, Genesis y Art Garfunkel cantando «Bright Eyes».

143. Simply Red - Stars
144. Genesis - In too deep
145. Art Garfunkel - Bright eyes

"Oye, es la segunda canción de Simply Red en lo que va de cinta. Una ya es imperdonable; dos son todo un crimen de guerra. ¿Me la puedo saltar? —Me la salto sin esperar respuesta, y caigo en un tema lamentable de Diana Ross, de los tiempos posteriores a la Motown. Gimo. Laura sigue a lo suyo sin hacer ni caso."

146. Simply Red - If you don't know me by now
147. Diana Ross - Chain reaction

Laura cuestiona a Rob: "Ya, así estás bien, desde luego. Pero no eres perfecto, y está muy claro que no eres feliz. ¿Qué pasaría si llegases a ser feliz? Sí, ya sé que es el título de un álbum de Elvis Costello, he aprovechado la referencia adrede, para que te fijaras."

148. Elvis Costello - Clowntime is over
149. Elvis Costello - High fidelity

"¿Has oído eso último que ha dicho? ¿Que no se le dan nada bien las cosas delicadas? Para mí, eso es todo un problema, tal como seguramente lo es para todo hombre que haya oído cantar a Dusty Springfield «The Look of Love» a una edad en la que aún se impresionaba con facilidad.  No es que Dusty nos llevara de la mano por un camino de rosas, así de claro. Lo que ocurre es que la mirada del amor no es ni de lejos lo que yo esperaba que fuera. No tiene esos ojos enormes, desbordantes de un anhelo situado más o menos en medio de una cama inmensa, con las sábanas y el cobertor incitadoramente vueltos a un lado; es más bien esa mirada de indulgencia benévola que una madre dedica a su hijo pequeño al verlo gatear, o una mirada de divertida exasperación, e incluso una mirada de preocupación y de dolor. ¿Dónde está esa mirada del amor de la que hablaba Dusty Springfield? Olvídala. Es tan mítica como la lencería exótica."

150. Dusty Springfield - The look of love

"Pero cuando estás metido en un piso que sólo tiene un dormitorio, en Crouch End para más señas, cuando tu negocio se va a hacer gárgaras y cuando tu novia se ha marchado con el vecino de arriba, un papelito en un episodio de Treinta y tantos, sólo que en la vida real, con los niños, los matrimonios, los trabajos, las barbacoas y los compacts de k. d. lang, es decir, todo lo que implica una cosa así, me parece más de lo que puede pedirse en esta vida."

151. k.d. lang - Save me

"Así pues, me acerco a la estantería, ladeo la cabeza e inspecciono los discos: sin duda, es una zona declarada de desastre, una colección de compacts tan horrorosa, tan mala, que lo mejor sería meterla en un contenedor metálico y mandarla a un país del Tercer Mundo. Están todos, no falta ni uno: Tina Turner, Billy Joel, Kate Bush, Pink Floyd, Simply Red, los Beatles, por supuesto, Mike Oldfield (Tubular Bells I y II, nada menos), Meat Loaf... No tengo tiempo suficiente para repasar despacio los vinilos, pero sí veo dos álbumes de los Eagles, y también lo que parece sospechosamente un disco de Barbara Dickson."

152. Tina Turner - Simply the best
153. Billy Joel - I go to extremes
154. Kate Bush - Love and anger
155. Pink Floyd - Learning to fly
156. Simply Red - Something got me started
157. The Beatles - Eleanor Rigby
158. Mike Oldfield - Tubular bells, Part 1
159. Mike Oldfield - Tubular bells, Part 2
160. Meat Loaf - I'd Do Anything for Love (But I Won't Do That)
 
161. The Eagles - Best of my love
162. The Eagles - New kid in town
163. Barbara Dickson - Memory

"Y después de un concierto reducido, sólo acústico, como el que daría Bob Dylan en Championship Vinyl (con un disco en directo, en edición limitada, ¿por qué no?; aunque surgiera algún complicado detalle contractual, todo es posible, eso está claro), no sería muy difícil imaginar un futuro mejor. Quién sabe, podría hacerme con el traspaso de una sala como el Rainbow: está cerca de casa, y nadie se ha interesado por un sitio tan cargado de sabor histórico. La inauguración sería un concierto para recaudar fondos para una causa justa, quizás una repetición del famoso concierto de Eric Clapton en el Rainbow..."

164. Bob Dylan - Blowin' in the wind (live acoustic) 
165. Eric Clapton - Key to the highway

"El gran día transcurre en un visto y no visto, como seguramente le pasó a Bob Geldof cuando organizó el macroconcierto de Live Aid."

(La actuación de Queen en Live Aid, fue elegida a través de una encuesta musical como una de las mejores actuaciones de rock de todos los tiempos).

166. Queen - Live aid concert at Wembley Stadium

"Marie sabe cómo promocionar la venta. Toca una docena de canciones, pero sólo la mitad son temas suyos; antes de empezar, pasa un buen rato repasando los discos, comprobando que tengo versiones de todos los temas que piensa tocar, y apunta en un papel los nombres, los títulos y los precios de los discos en los que se puede encontrar cada uno. Si resulta que no tengo en stock uno de los que ella había pensado tocar, lo tacha de la lista y escoge otro que sí tengo.
—Éste es un tema de Emmylou Harris. Se titula «Boulder to Birmingham» —anuncia—. Está en el disco titulado Pieces of the Sky, que Rob ha puesto esta misma tarde a la venta al increíble precio de cinco libras y noventa y nueve peniques. Lo podéis encontrar ahí mismo, en la sección de «Cantautoras country».
Después de otra canción, vuelve a la carga:
—Este otro es un tema de Butch Hancock, que se titula..."

167. Emmylou Harris - Boulder to Birmingham 
168. Butch Hancock - If you were a blue bird

"Voy hasta la puerta y bailo con Johnny el numerito de siempre hasta ponerlo de patitas en la calle. No se puede comparar con el fallo de Paul McCartney cuando se le cae el micrófono al cantar «Let It Be», ¿a que no?"

169. The Beatles - Let it be

"Los primeros tres de los cinco trabajos de lo sueños de Rob:

1. Periodista del New Musical Express entre 1976 y 1979. Hubiese conocido a los Clash, a los Sex Pistols, a Chrissie Hynde, a Danny Barker, etc., etc. Hubiese recibido montones de discos gratis, y discos de los buenos. Después, hubiese pasado a ser presentador de un concurso de televisión o algo así.
2. Productor de Atlantic Records entre 1964 y 1971 (aprox.): hubiese conocido a Aretha, a Wilson Pickett, a Solomon Burke, etc. Hubiese recibido montones de discos gratis (posiblemente), y discos de los buenos. Hubiese ganado muchísima pasta.
3. Músico de cualquier clase (excepto de clásica y de rap). No hacen falta comentarios. De todos modos, me hubiese conformado con tocar con los Memphis Horns; tampoco se trata de ser Hendrix, Jagger u Otis Redding."

170. The Clash - I fought the law
171. Sex Pistols - Holidays in the sun
172. Chrissie Hynde - Baby it's you
173. Danny Barker - Blood on the moon
174. Aretha Franklin -  I never loved a man (the way I love you)
175. Wilson Pickett - Mustang Sally
176. Solomon Burke - None of us are free
177. Memphis Horns - Get up and dance
178. Jimi Hendrix - Voodoo child
179. Mick Jagger - Out of focus
180. Otis Redding - My girl

Entre Barry y Rob:
—Y bajista y guitarra solista, ¿es uno o son dos?
—No sé, pero creo que es uno.
—¿Cómo? Entonces, según tú, ¿resulta que Keith Richards tiene el mismo trabajo que Bill Wyman?

181. Keith Richards - Wicked as it seems 
182. Bill Wyman - Memphis woman

Era 1988:
"En los tablones que hay clavados sobre el escaparate del local situado frente al mío se pueden ver unos cuantos documentos históricos de verdadera importancia: un cartel que anuncia un combate de Frank Bruno, una manifestación antinazi, el nuevo single de Prince, la actuación de un humorista caribeño y montones de conciertos, cómo no. En menos de quince días habrán desaparecido, cubiertos seguramente por las arenas movedizas del tiempo o, si no, por un anuncio del último disco de U2." 

183. Prince - Lovesexy 
184. U2 - Desire

"Bueno, pues sí, sí que es distinto. Por una parte están mis cinco discos de baile preferidos, y luego están mis cinco discos preferidos, a secas, de todos los tiempos. ¿Ves? Uno de mis discos preferidos es «Sin City», de los Flying Burrito Brothers, pero es un disco que nunca pondría en el club, porque son todo baladas de country-rock. Todo el mundo se iría a su casa si lo pusiera cuando vienen a bailar."

185. Flying Burrito Brothers - Sin city

No entiendo por qué, pero no se me ocurre un solo disco, si dejo a un lado «Respect», y eso que no es ni mucho menos mi canción preferida de Aretha.

186. Aretha Franklin - Respect

Rob armando su lista definitiva, muy nervioso y errático:

—No, espera; seguro que se me ocurre algo. Espera un momento, ¿vale?
«A Horse with No Name». «Beep Beep». «Ma Baker». «My Boomerang Won't Come Back». De pronto, se me llena la cabeza de títulos que corresponden a discos impresentables. Estoy tan nervioso que empiezo a respirar aguadamente.
—Bueno, pues pon «Sin City». —Tiene que haber algún otro buen disco en la historia del pop, digo yo...—. ¡Ah! «Baby, Let's Play House».
—¿De quién es eso?
—De Elvis Presley, ¿de quién iba a ser?
—Ah, claro.
—Y luego... —Aretha, me digo: piensa en algo de Aretha—. «Think», de Aretha... Franklin.
Un poco aburrido, pero servirá. Ya van tres. Me quedan dos. Venga, Rob, que tú puedes.
—«Louie, Louie», de los Kingsmen. «Little Red Corvette», de Prince.
—Perfecto. Te ha quedado fenomenal.
—¿Ya está?
—Hombre, no me importaría charlar un ratito, si tienes tiempo.
—Pues claro. Pero decía..., ¿ya está hecha la lista?
—Sí, ya van cinco. ¿Quieres cambiar alguno o qué?
—¿He dicho «Stir It Up», de Bob Marley?
—No.
—Pues me gustaría incluirlo.
—¿Y cuál quieres quitar?
—El de Prince.
—Vale, eso está hecho.
—También querría poner «Angel» en vez de «Think».
—Como tú digas. —Hace el cambio y mira qué hora es—. Bueno, mejor será que te haga un par de preguntas más antes de marcharme. Por ejemplo, ¿por qué has decidido empezar de nuevo con el club, eh?
—La verdad es que ha sido idea de una amiga. —No tengo remedio; una amiga, joder. Soy lamentable—. Lo ha organizado todo ella sola, sin decirme ni palabra. Es una especie de regalo sorpresa, un regalo de cumpleaños, ¿sabes? Por cierto, también querría introducir algo de James Brown, ¿puedo? «Papa's Got a Brand New Bag», en vez del tema que te he dado de Elvis.
La observo con toda atención mientras tacha uno y escribe otro.
—Oye, perdona que me ponga tan pelma, pero me gustaría poner «Family Affair», de Sly and the Family Stone. Tendré que quitar «Sin City».
Tacha y anota una vez más."

187. America - A Horse with No Name 
188. Beep beep - Alice 
189. Boney M - Ma Baker 
190. Lazy Harry - My Boomerang Won't Come Back 
191. Elvis  Presley - Baby, Let's Play House 
192. Aretha Franklin - Think 
193. Kingsmen - Louie, Louie 
194. Prince - Little Red Corvette 
195. Bob Marley - Stir it up 
196. Aretha Franklin - Angel 
197. James Brown - Papa's Got a Brand New Bag 
198. Sly and the Family Stone - Family affair

"No me lo puedo creer —dice Laura cuando le cuento lo de Caroline—. ¿Cómo has podido...?
—¿El qué?
—Desde que nos conocemos, siempre has dicho que «Let's Get It On», de Marvin Gaye, es con diferencia el mejor disco de todos los tiempos. Y resulta que no aparece en tu lista, Rob.
—Mierda. Me cago en... Cojones. Ya sabía yo...
—Y, además, ¿qué ha pasado con Al Green? ¿Y los Clash? ¿Y Chuck Berry? ¿Y ese tío por el que tuvimos aquella discusión, ese Solomon no sé cuántos?
La hostia.

199. Marvin Gaye - Let's Get It On 
200. Al Green - So Tired of Being Alone 
201. The Clash - White Man In The Hammersmith Palais 
202. Chuck Berry - Back in the USA 
203. Solomon Burke - Got to get you off my mind

—Muy bien, ahí va. Mis cinco discos preferidos, de una vez por todas. El número uno, «Let's Get It On», de Marvin Gaye. El dos, «This Is The House That Jack Built», de Aretha Franklin. El tres, «Back in the USA», de Chuck Berry. El cuatro, «White Man In The Hammersmith Palais», de los Clash. El cinco, aunque no menos importante que los anteriores, je, je, «So Tired of Being Alone», de Al Green.

204. Aretha Franklin - This Is The House That Jack Built

"Se los dicto sobre la marcha, aunque cuando se publica el artículo, en esta lista aparece «In The Ghetto», como la canción de Elvis, y ese error lo achaca Barry a mi ignorancia."

205. Elvis Presley - In The Ghetto

"Aunque sea una relación de pareja, aunque esté hecha de sentimientos, uno puede tomar decisiones intelectuales al respecto. A veces hay que tomar decisiones así, dejarse de sentimientos; si no, no vamos a ninguna parte. Es precisamente ahí donde yo me he equivocado, y me he equivocado a cada paso. He dejado que el tiempo, mis músculos estomacales, o un fenomenal cambio de acorde en una canción de los Pretenders, lo que fuera, me llevase a tomar una decisión de peso. Y ahora quiero tomar las decisiones de peso yo solito, con todas las consecuencias."

206. The Pretenders - Don't get me wrong

"Sin embargo, tengo que decir que me siento de putísima madre: sigo teniendo la misma magia de antes. Organizo una secuencia de temas —primero, los O'Jays con «Back Stabbers»; luego, Harold Melvin and the Bluenotes con «Satisfaction Guaranteed», Madonna («Holiday», claro), «The Ghetto» (que arranca una salva de gritos y aplausos, como si fuese una canción mía, y no de Donny Hathaway), para cerrar con «Nelson Mandela», de los Specials— que deja exhausto al personal: todos piden clemencia, les hace falta un respiro."

207. O'Jays - Back Stabbers
208. Harold Melvin and the Bluenotes - Satisfaction Guaranteed
209. Madonna - Holiday
210. Donny Hathaway - The ghetto
211. The Specials - Nelon Mandela

—Ya no nos llamamos Sonic Death Monkey —dice Barry nada más agarrar el micro del escenario—. Puede que estemos a punto de convertirnos en The Futuristics, pero aún no lo tenemos nada claro. Esta noche, con todos ustedes, somos Backbeat. Así que... Un, dos, tres. WELL SHAKE IT UP BABY...
Y se lanzan de lleno al «Twist and Shout», que les sale genial. 

212. The Beatles - Twist and shout

Hacen «Route 66», «Long Tall Sally», «Money» y «Do You Love Me»? Atacan el bis con «In The Midnight Hour» y terminan con «La Bamba». En pocas palabras, todo lo que tocan está más visto que el tebeo, y tiene todas las garantías de gustar a una panda de treintañeros convencidos de que el hip-hop es la música que oyen sus hijos en las clases de música y de expresión corporal. 

213. Chuck Berry - Route 66 
214. Little Richard - Long tall Sally 
215. Pink Floyd - Money 
216. The Contours - Do you love me 
217. Otis Redding - In The Midnight Hour 
218. La bamba

Pongo por fin «Got to Get You off My Mind», de Solomon Burke, y todo el mundo hace un intento por marcarse un baile, supongo que por obligación, aunque sólo los que de verdad saben bailar pueden aguantar el tirón. En toda la sala no hay nadie que se cuente entre los que de verdad saben bailar, ni entre los que saben bailar un poco. Laura, cuando oye los primeros compases del tema, se da la vuelta, me mira y me hace con el pulgar el gesto de que todo va bien, no una, sino varias veces. Mentalmente, me pongo a montarle una cinta sólo para ella, una cinta con un montón de cosas que ya ha oído y otro montón de cosas que le encantaría oír. Esta noche, por primerísima vez, creo que ya sé cómo hay que hacerlo.

219. Solomon Burke - Got to get you off my mind

lunes, 16 de diciembre de 2013

Top 5 - Club de la Buena Estrella

¡Hola a todos! Espero que estén disfrutando de la lectura de "Alta fidelidad" tanto como yo. Una de las cosas que más me ha gustado de este libro es la dinámica de compartir el Top 5 de música, películas, series, libros e incluso relaciones trágicas. Y es que no solo se enumeran “las cinco canciones favoritas” sino que sus Top 5’s son tan particulares, específicos y divertidos que le dan un toque especial a la lectura. En esta oportunidad quiero invitarlos a que compartamos, asi como Barry, Rob y Dick, los Top 5 de lo que nos gusta o no nos gusta. Las reglas del juego son las siguientes:
  • Publicar tu Top 5 de las categorías propuestas por los participantes. (Puedes elegir uno o los que quieras).
  • Proponer una categoría personal de tu Top 5. Tiene que ser lo más específica posible.
  • No críticas.
Sin más, les comparto la mía:

Top 5 de canciones que escogerías para escuchar en tu naufragio en una isla desierta...
  1. Bohemian Rhapsody – Queen.
  2. Dream A Little Dream Of Me – Caro Emerald
  3. Electric Avenue – Eddy Grant
  4. Sixteen Tons - Tennessee Ernie Ford
  5. Allegro moderato parte I concierto para violín – Tchaikovsky

viernes, 13 de diciembre de 2013

¡Feliz navidad!



Amigos del Club de la Buena Estrella,

Les deseamos una muy feliz navidad al lado de sus seres queridos. Que el otro año volvamos a encontrarnos entre las páginas de los libros que vamos a conocer. Espero que se animen a leerlos todos y que los que no puedan asistir a las reuniones, logren acompañarnos en estos espacios virtuales.

Un gran abrazo y como siempre... ¡Felices lecturas!





miércoles, 11 de diciembre de 2013

Alta fidelidad, comentario personal

Anoche terminé de leer Alta Fidelidad. Mi valoración general del libro es muy buena. Pese a haber pasado por varios estadios que fueron desde la identificación, la incomprensión, el enojo, el abandono, la reconciliación, luego la comprensión y finalmente la risa y un poco de perturbación.

La verdad es que sentí como que me metí en la cabeza de un hombre a hurgar su propio “subsuelo” y, como era de esperarse, algunas cosas no me gustaron.

Me enojé un día entero con Rob y tiré el libro hasta que me pasó el berrinche.

Sin embargo, así tenía que ser. Es demasiado franco y cínico como para no generarle a una mujer (en los treinta) algún escozor. Porque muchas de las cosas que Rob describe de las mujeres, de las relaciones y de nuestros “baches”, son cosas que todos sabemos pero que intentamos maquillar de alguna manera. Nos gusta sentir que somos inocentes y que siempre tenemos la razón.

Me siento en la edad correcta para leer este libro. No solamente por la descripción que hace sobre los conflictos y los altibajos de las relaciones de pareja, sino por la música. Me encantó por ejemplo conocer mucha de la música que él menciona, y estoy de acuerdo con algunas de sus valoraciones.

Este es de los pocos libros sobre el cual puedo decir que agradezco haber visto antes la película. Me permitió ponerle rostro a los personajes. Principalmente, porque hicieron una selección a mi juicio bastante acertada de los actores. Mi personaje favorito tanto en el libro como en la película es Barry. Me parece alguien de lo más auténtico y creíble.  Es un tipo random que uno se podría encontrar en cualquier parte, y sin embargo, encaja a la perfección en el rol que le asignaron. Casi se podría pensar en que no se lo tuvieron que inventar, que solamente hubo que describirlo.


También hay algunas frases que valdría la pena rescatar, pero no las pondré sino hasta que todos lo hayan acabado.

Tampoco contaré nada concreto de la historia, pero quiero decir que me gustó mucho el final. Me pareció justo. Y ya quiero ponerme a escuchar toda la musiquita y que veamos la película. Espero que todos nos apuntemos porque es realmente buena.

¿Qué tal les está pareciendo a ustedes esta lectura?

martes, 26 de noviembre de 2013

Memorias del subsuelo, comentario personal


 «Tal como puede confirmar cualquiera que la haya leído, Memorias (1864) es una novelita impresionante pero considerablemente extraña, y estas dos cualidades tienen que ver con el hecho de que el libro resulta al mismo tiempo universal y particular. […] Notas del subsuelo y su Hombre del Subsuelo son en realidad imposibles de entender sin conocer el clima intelectual de Rusia en la década de 1860, sobre todo el momento álgido del socialismo utópico y el utilitarismo estético que estaban de moda por entonces entre la intelectualidad radical, unas ideologías que Dostoyevski odiaba con esa pasión con que solamente podía odiar Dostoyevski.» David Foster Wallace, El Dostoievski de Joseph Frank.

(Apuntes, Memorias o Notas, del o desde, el subsuelo, sótano, o subterráneo), se publicó en la revista Epoja [Época], entre los meses de abril y junio de 1864. El manuscrito sufrió recortes de censura, pero Dostoyevski no lo revisó cuando lo volvió a publicar en la edición de sus obras. La fama que lo acompaña comenzó décadas después de la muerte del escritor, como si hubiera sido un escrito póstumo, una bomba de efecto retardado.

La novela está dividida en dos partes. En la primera, la más introspectiva y filosófica, el narrador establece una especie de diálogo con el lector. Ahí confiesa sus frustraciones, culpas y resentimientos; al tiempo que reflexiona sobre las ambigüedades de la sociedad hipócrita y ambivalente en que vive, sobre la culpabilidad en que el sistema hunde a los individuos a través de la práctica de la des-personalización y la humillación generalizadas. El narrador nos habla sobre su trabajo como funcionario, su condición de pobreza, la soledad que lo caracteriza y su respuesta como individuo. 

La segunda parte, titulada "A propósito de la cellisca", posee un carácter más narrativo. En sus páginas, el hombre del subsuelo se dedica a contarnos algunos extraños hechos que han sido definitivos en su vida, como el curioso deseo de venganza hacia un oficial al que persiguió por más de dos años, y la infructuosa obsesión por mostrar igualdad, cuando no superioridad, con respecto a sus ex-compañeros de la escuela. Finalmente, nos muestra su contradictoria relación con Liza, la prostituta ante quien, aun a sabiendas de su propio vacío y su conciencia maltrecha, pretende erigirse como una voz moral que no se sostiene y que de hecho se derrumba.

SOBRE LOS INDIVIDUOS
Una primera condición salta a la vista de quien lee Memorias del Subsuelo: el protagonista de la novela es un personaje anónimo, un individuo del que no importa su nombre. Eso no parece algo fortuito. Tal y como sucede en otras obras de Dostoyevski, el autor plantea una crítica a la deshumanización de su época por los nuevos conceptos de éxito laboral basado en rangos salariales, degradaciones y ascensos. Hay un momento, dentro del proceso de industrialización rusa y las políticas del zarismo, en el que sus discursos dejan ver de un modo más crudo el carácter forzoso e inevitable que consolidaría el sistema socio económico y político de la nueva nación. 

Dostoyevski pone de manifiesto que la educación, los modales, la civilización y la programación del individuo, desembocan en la subsecuente anulación de nuestra naturaleza, en la represión de nuestros instintos. Demuestra que la negación de nuestros impulsos nos impone una careta que oculta nuestra verdadera personalidad. ¿Pero tenemos una única personalidad? ¿No saltamos de una opinión a otra todo el tiempo? ¿No cambiamos de parecer según el momento, las circunstancias y la perspectiva? Por otra parte, sucumbir ante esos impulsos, aun cuando sea en secreto, supone la aparición de la culpa y el remordimiento. He ahí la dualidad de pensamientos, razonamientos, emociones y sensaciones del incompresible ser humano del subsuelo.

Por eso mismo, porque las novelas de Dostoyevski son toda una encrucijada de ideas, puntos contradictorios y personajes que se desarrollan al mismo tiempo y cada uno con su propia voz, es que para el crítico literario Mijaíl Mijáilovich Bajtín, resulta claro que Dostoyevski es el creador de la novela polifónica. Bajtín manifiesta que pareciera que las obras de Dostoyevski no fueran obra de un solo escritor, sino que parecen discursos filosóficos independientes y hasta contradictorios de varios pensadores. El narrador de las Memorias del subsuelo no escapa de esa polifonía. Y es por eso mismo que este personaje provoca en los lectores sentimientos tan contradictorios como empatía, antipatía, risa, ternura, admiración, vergüenza ajena, repulsa, enojo, pasmo, lástima y, ¿por qué negarlo?, a veces hasta identificación.

SOBRE LA CIENCIA
Memorias del subsuelo es una obra que anticipa las consecuencias que tiene para el hombre la confianza excesiva en la ciencia y la razón, la reducción de la vida a un plano formal y descriptivo que suprime la espontaneidad, las diferencias y las divergencias que definen al individuo y a su entorno.

Según Adolfo Vásquez Rocca en su análisis sobre la metáfora de Palacio de Cristal de Sloterdijk, "en Memorias del subsuelo, que no constituye tan sólo el documento fundacional de la moderna psicología del resentimiento, sino también la primera manifestación hostil contra la globalización (si es que el empleo  de dicho término no es anacrónico en este contexto), se halla una expresión que resume, con una fuerza metafórica aún no igualada, la caracterización de la civilización de Occidente como un 'palacio de cristal'." 

Vásquez Rocca señala que el mundo ha perdido la noche porque la luna y el sol ya no son los vectores del tiempo. En el mundo interior del capital siempre es de día. 

La idea expresada en el libro de Sloterdijk a través de la imagen del Palacio de cristal, acuñada por Dostoyevski en Memorias del subsuelo; se refiere al famoso recinto de la Exposición Universal de Londres de 1851. Esta exposición marca un hito y simboliza el inicio de la atención del ser humano hacia el progreso y la modernidad. Es aquí donde se comienza a ver la diferencia entre un emergente grupo de países tecnológicamente más avanzados, el Primer Mundo, versus otros que después serían llamados "países en vías de desarrollo" o Tercer Mundo.

La base de esta exposición fue la fe en el conocimiento científico. La ciencia estaba produciendo nuevos y poderosos cambios en la manera de ver y vivir la vida, modificando así mismo el pensamiento. El hombre quería tener el mayor conocimiento posible para poder controlar a la naturaleza. La ciencias como la física, la genética, la psicología, la antropología y la sociología, comenzaron a tener más adeptos para su estudio, propiciando cambios y descubrimientos en la aplicación de nuevos conocimientos científicos.

Pero Dostoyevski desconfía del cálculo probabilístico y de las tablas exactas que determinen las formas y prescriban las soluciones para todas las necesidades y problemas en un estado totalitario, sea este social o científico.

"Ustedes creen en ese edificio de cristal, indestructible por los siglos de los siglos, es decir, ese al que no se le puede sacar la lengua a escondidas, ni tampoco hacer un corte de mangas. Pues bien, quizá por eso mismo le tema yo al edificio, porque es de cristal, por siempre indestructible y porque ni a escondidas se le puede sacar la lengua. [...] ¡A ver si lo comprenden!: si en lugar de un palacio hay un gallinero y se pone a llover, yo probablemente me metería dentro del gallinero para no empaparme, pero de ninguna manera tomaría el gallinero como un palacio, por muy agradecido que le estuviera al haberme resguardado de la lluvia. [...] ¡Pero que puedo hacer, si se me ha metido en la cabeza que no vivimos sólo para no mojarnos, aunque, si se trata verdaderamente de vivir, mejor hacerlo en un palacio! Esa es mi voluntad, ése es mi deseo. Y sólo podrán arrancarlos cuando sustituyan mis deseos por otros. ¡Adelante, cámbienmelos, sedúzcanme, ofrézcanme un ideal diferente! Mientras tanto seguiré sin confundir un gallinero con un palacio. Aun cuando resulte que el edificio de cristal sea un bulo, algo inconcebible para las leyes de la naturaleza o tan sólo una invención mía, fruto de mi propia estupidez y de algunas costumbres anticuadas e irracionales de mi generación".

SOBRE EL DOLOR
El comportamiento masoquista es una constante en los apuntes del subsuelo: "Eres una contradicción grotesca y dolorosa. Eres un corazón con hemorroides", "También hay placer en un dolor de muelas. Si no sintiera placer con ellos no gemiría", "Y si a pesar de todo usted no está de acuerdo y decide protestar, su único consuelo sería auto-propinarse una paliza o que la emprendiera a puñetazos contra su propio muro, que es lo único que está a su alcance", "A veces el hombre ama el dolor de un modo pasional y terrible: esto es un hecho", "Al fin y al cabo, el sufrimiento es la única razón de ser de la consciencia". 

Si pudiéramos remontarnos a la cintura del siglo XIX, y cayéramos en la cuenta que los poderosos y efectivos analgésicos y anestésicos que hoy conocemos, no existían entonces; y si nos detenemos a pensar que el mundo de Dostoyevski era más lento y estaba desprovisto de la ingente cantidad de información, actividades y distractores de que hoy disponemos, quizá podamos entender que el dolor físico o emocional, era algo que en ese tiempo debía asumirse por entero. Quien ha pasado por un episodio de dolor severo y sostenido, sabrá que al final ocurre una de dos cosas: o caemos en estado de shock por dolor extremo y nuestro cuerpo se desconecta, o terminamos por desarrollar una cierta tolerancia cuasi indiferencia al sufrimiento. Después de una experiencia de esa naturaleza, el umbral de dolor se modifica y el carácter sufre alteraciones irreversibles. Todas las otras cosas adquieren una importancia relativa, cuando no caen en la insignificancia. El humor negro no es sino una auténtica manifestación de resignación, cuando no de orgullo, de cara al sufrimiento.

Y probablemente a ese masoquismo se deba a su vez el sadismo posterior. El narrador del subsuelo llega al punto de entender la humillación a la que somete a Liza, como un beneficioso acicate, "¿No actúa la ofensa como una purgación, como la más corrosiva y dolorosa de las consciencias?"

SOBRE EL AMOR
El narrador del subsuelo habla de amor en repetidas ocasiones. A veces habla del amor propio, a veces del amor de pareja, del de la familia, y hasta de una suerte de delirio onírico febril en que se siente capaz de amar de manera pura a la humanidad entera. 

Y sin embargo, nunca logra desligar el concepto de amor del de dolor. En algunas citas lo refiere de manera anecdótica: "Yo conocí a una mujer que decía lo siguiente: 'Como te quiero tanto, también te haré sufrir por amor, para que sepas apreciarlo'." En otras, lo describe a manera de declaración personal de juicio y valor: 

"En toda mi vida no he podido imaginarme otro tipo de amor y he llegado a un punto en que pienso a veces que el amor consiste precisamente en eso, en el derecho voluntariamente otorgado por el objeto amado a dejarse tiranizar. Nunca jamás, ni siquiera en mis sueños de subsuelo, he podido imaginar el amor de manera diferente a una lucha, que siempre surge del odio y siempre termina en un sometimiento moral, aunque nunca he sabido qué hacer después con ese objeto sometido."

SOBRE EL AUTOR
A diferencia de tantos autores que basan su obra en mera imaginación y elucubración, la vida de Dostoyevski está llena de experiencias extremas y paroxismo, lo que sin duda resultó ser una fuente inagotable de historias, personajes, situaciones, ideas, argumentos, pasiones y reflexiones. ¿Pero cuánto hay del autor en esta reflexión-confesión?

Memorias del subsuelo fue escrita entre 1860 y 1864, año de su publicación. La esposa de Dostoyevski moría de tuberculosis y él, sumido en la pobreza y en la frustración, padecía de hemorroides. Si sumamos a ese estado miserable el sorprendente cúmulo de vivencias que el autor experimentó previamente, no cuesta imaginar que la desdicha personal fue su motor y combustible a la hora de escribir.

Y quizá debamos ir más allá. Porque el subsuelo, el inconsciente, el subconsciente, el oscuro sótano y la cloaca o resumidero de las bajas pasiones y los malos motivos, no es patrimonio personal del perturbado narrador ni de su delirante creador, sino de todos los seres humanos.

Dostoyevski no solo establece los fundamentos del psicoanálisis y del existencialismo. De su pensamiento precursor dependen futuras posturas y conceptos como la filosofía del absurdo y se nutren obras como La metamorfosis, La náusea o El mito de Sísifo. El narrador del subsuelo es el antepasado de honor de Kirilov, de Gregorio Samsa, del Doctor Jekyll, de Mister Hyde, del estudiante de Praga, de Thomas Anderson, de Neo, del otro yo del Doctor Merengue de Willy Divito, y del desquiciado narrador (también anónimo) de El club de la pelea de Chuck Palahniuk.

A propósito de este último, en "Tripas", el perturbador relato corto publicado en 2006, Palahniuk hace una interesante alusión al "ingenio de escalera", eso que los franceses llaman "espirit de l'escalier", la lucidez que tantas veces llega de manera tardía a la mente del narrador del subsuelo.

Dice Palahniuk que el ingenio de escalera "significa el momento en el que uno encuentra la respuesta, pero es demasiado tarde. Como cuando se está en una fiesta y alguien nos insulta. Uno tiene que decir algo. Y sucede que bajo presión, con todos mirando, decimos algo estúpido. Pero en el momento que uno se va de la fiesta… mientras baja las escaleras, magia. Se nos ocurre la cosa perfecta que deberíamos haber dicho. La réplica idónea desperdiciada. Ese es el ingenio de la escalera. El problema es que ni siquiera los franceses tienen una frase para las cosas estúpidas que realmente decimos bajo presión. Esas cosas estúpidas, desesperadas que realmente pensamos o hacemos. Algunos actos son demasiado bajos para tener un nombre. Demasiado bajos siquiera para hablar de ellos."

Pues bien, el personaje narrador de Memorias del subsuelo nos da cátedra sobre esas bajezas, algunas veces con la cabeza, otras tantas con el corazón... y todas las demás con el hígado; mas siempre, con la incomprensible honestidad del mentiroso impenitente, con esa confusa claridad que paradójicamente resulta de un ejercicio semejante por un ego y un alter ego que comparten páginas intercalando párrafos. Porque no hay luz que nos permita alumbrar y discernir la imagen de lo que nos habita en los bajos fondos. El residente del subsuelo ha aprendido a ver en la oscuridad.